Estimados integrantes Mesa Humanitaria y de construcción de paz del Catatumbo, nuestro saludo cordial para todos y todas ustedes, trabajadores y trabajadoras por la paz.
Saludamos la iniciativa de la Mesa Humanitaria plasmada en la propuesta de Acuerdo Humanitario hecha pública el pasado 28 de agosto, orientada a regular los efectos del conflicto político y armado en la región.
Destacamos el interés que ha despertado la propuesta y que ha permitido convocar como en pocas ocasiones en la región a sectores sociales, institucionales y personalidades en una causa común.
La llegada de Iván Duque al poder continúa agudizando las causas que generaron el conflicto político y armado en el país; la opción por la Guerra se ha mostrado claramente entre otros, en el levantamiento unilateral de la Mesa de Diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la represión y persecución al movimiento social, el Genocidio continuado contra la oposición política y los planes de intervención a los territorios.
Las iniciativas del Gobierno para el Catatumbo son de Guerra, anunciadas desde la primera visita de Duque el 9 de agosto del 2018 y ratificadas en sus múltiples retornos a la región.
Mientras que la región anhela la Paz el Gobierno aumenta la militarización de los territorios, fortalece su aparato represivo y promueve la expansión del narcoparamilitarismo, las violaciones a los Derechos Humanos (DDHH) se han incrementado dramáticamente: asesinatos, masacres, atentados, amenazas y desplazamiento. Los “Falsos Positivos” vuelven a ser noticia en la región, así como también se ha intensificado la confrontación armada.
A las luchas de las comunidades por la defensa del territorio el Gobierno responde con medidas de sangre y fuego para imponer el saqueo de los recursos naturales, implantar la agroindustria, destruir la selva y el agua, todo para satisfacer los apetitos voraces de las corporaciones trasnacionales.
A la salida concertada que plantean los campesinos cultivadores de la hoja de coca, el gobierno acude a la represión, la judicialización, la erradicación forzada y anuncia envenenar la zona con Glifosato.
A la exigencia que hacen las comunidades al Estado para que pague la gran deuda social que tiene con el Catatumbo, el Gobierno invierte en infraestructura al servicio de la agro-industria, las empresas minero-energéticas e instalaciones militares; entretanto la inversión social la reducen a las migajas del asistencialismo y los recortados presupuestos a la educación y la salud.
Cuando los pobladores del Catatumbo defienden la soberanía nacional, el Gobierno desembarca mercenarios gringos y pretende convertir la frontera en trampolín para arreciar la guerra y la intervención contra la vecina Venezuela.
A la exigencia que levantan los dirigentes sociales para que haya transparencia en el manejo de los recursos públicos se amenaza y asesina a los denunciantes, tal como ocurrió con Jorge Luís Solano, líder de DDHH acribillado por sicarios en Ocaña el pasado 2 de noviembre.
Mientras que el Catatumbo ama la Vida y la Paz los esfuerzos del Gobierno se centran en la profundización de la guerra, toda la política de Duque para el Catatumbo es contraria a las aspiraciones y al sentir de la gente.
Desde la perspectiva del Gobierno la tendencia es a la agudización del conflicto político, social y armado en esta región, lo que en efecto está impactando negativamente la vida y el territorio, y por ende ahondando la crisis humanitaria.
Las amenazas para la región del Catatumbo se crecen con la implementación de las denominadas Zonas Futuro, las que se pretenden erigir sobre la sangre y el destierro de líderes y comunidades enteras.
Por ello, todos los esfuerzos e iniciativas orientadas a proteger la Vida, la defensa de los Derechos Humanos y construir una verdadera Paz son bienvenidos y abrazados por parte del ELN; valoramos positivo el esfuerzo colectivo hecho por ustedes y los animamos para continuar en esta búsqueda.
Ratificar el compromiso del ELN con el acatamiento a las normas internacionales que regulan los conflictos armados internos, contemplados en el Derecho Internacional Humanitario; así mismo, las normas establecidas en nuestro Código de Guerra que en lo fundamental se identifica con lo planteado por la Mesa Humanitaria como propuesta.
Como organización revolucionaria somos conscientes que la guerra también tiene límites que esencialmente van dirigidos a salvaguardar la vida y la dignidad de la población no combatiente; en este sentido es una obligación de nuestros mandos y combatientes cumplir con efectividad la normatividad establecida por el ELN, como también responder ante cualquier hecho que sea contrario a éstas.
Es al Estado colombiano a quien le corresponde garantizar plenamente los DDHH. La regulación de la confrontación entre el ELN y las Fuerzas Militares y de Policía del Estado, será producto de acuerdos entre las dos partes.
El ELN se reafirma en la voluntad de allanar caminos para buscar una salida política al conflicto político, social y armado; el futuro de la Nación no puede seguir siendo de Guerra y las regiones el escenario para imponer los planes violentos del Estado.
El Catatumbo es un territorio para construir paz con justicia social sobre las bases de la democracia, el respeto por los DDHH, la protección y defensa del territorio y el buen vivir.
Frente de Guerra Nororiental Comandante en Jefe Manuel Pérez Martínez
Ejército de Liberación Nacional
Colombia para los Trabajadores… Ni Un Paso Atrás, Liberación o Muerte
Montañas del Nororiente Colombiano, noviembre del 2020.