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Saludo a la movilización social

Fuentes: Rebelión

Escuche esta mañana en la radio a un periodista refiriéndose a la crisis social en la que se encuentra actualmente el país la reforma tributaria, la crisis de la educación superior y el incumplimiento de los acuerdos con los maestros; sustentaba que la crisis actual no era culpa de Duque sino de quienes entregaron el […]

Escuche esta mañana en la radio a un periodista refiriéndose a la crisis social en la que se encuentra actualmente el país la reforma tributaria, la crisis de la educación superior y el incumplimiento de los acuerdos con los maestros; sustentaba que la crisis actual no era culpa de Duque sino de quienes entregaron el país hace tres meses.

Parece que al periodista se le olvida quien es la autoridad política e ideológica del presidente, es posible que la culpa no sea de Duque pero no se nos puede olvidar que él representa el proyecto político, económico e ideológico de quienes han manejado siempre el país. Basta ver el manejo del poder que ha ejercido en estos cien días de gobierno; y para ilustrar ello hay tres ejemplos concretos en los que se expresa dicho proyecto:

· El manejo de la política y la represión al movimiento estudiantil. El gobierno insistente en negar el dialogo a los reclamos populares y reprimir con fuerza la movilización social, utiliza la fuerza de las leyes y de las armas (llamase asesinatos, inhabilidades políticas, gases o bombas de aturdimiento) para cerrar e impedir el acceso al poder político de sectores de oposición al gobierno, e impedir que fuerzas disidentes tomen voz en el país.

Los medios nos han vendido la idea de que la oposición en el país está en la misma derecha «uribismo-santismo» cuando el gobierno entiende muy bien que la oposición está en las universidades, en el pensamiento crítico, en los campos, en los barrios populares, en los maestros que educan para trasformar, en los sindicatos, en los que se colan en el trasmilenio. Es por eso que reprimen y asesinan a luchadores sociales a diario.

Esto expresa cuál es su noción de democracia; el poder y la política es asunto de pocos, en donde se administra a favor de una minoría mientras que a las grandes mayorías se les persigue y encarcela por exigir un gobierno que favorezca los intereses de los sectores populares.

· La reforma tributaria y el fortalecimiento de sus negocios . Duque es un hipócrita cuando dice que todos los colombianos tenemos que meternos la mano al bolsillo para solventar el déficit presupuestal y darle paso a los grandes proyectos del gobierno que son los proyectos de la minoría adinerada del país: –infraestructura- para sacar sus mercancías y riqueza del país, -tecnología– para llevar a todos los rincones del país su propaganda mediática y, –defensa- impulsar una carrera armamentista justificada en la situación de Venezuela para fortalecer el aparato militar y paramilitar del Estado para reprimir al pueblo colombiano.

Ni esta ni ninguna reforma tributaria van a darle salud, educación, vivienda, trabajo a los colombianos; por el contrario nos siguen empobreciendo, aumentando los impuestos a pequeños comerciantes, la canasta familiar, gasolina, peajes, medicamentos, libros, el tiempo de jubilación, etc. Mientras extrañamente el impuesto a las gaseosas no, y las grandes empresas se exoneran de pagar impuestos justificándose en la tonta idea de que hay que incentivar a los empresarios para crear mas empleos.

Es absurdo que los colombianos tengamos que pagar el dinero que ellos se han robado por años: pensiones, acueductos, salud, educación, etc. Han robado a todos los colombianos y pretenden que hoy les entreguemos el dinero de nuestras familias, de nuestros mercados para que se lo sigan robando.

Así se expresa su proyecto económico fortalecen sus empresas, sus negocios, su corrupción mientras los colombianos tenemos que colarnos o dejarnos de comer un pan porque subió $200 el trasporte.

· Los indígenas: ¿la ciudad para quién?. Lo que se puede mostrar. Vi con mal humor la noticia de que a más de 400 indígenas se les había negado el ingreso a la ciudad. ¡Que abuso de autoridad!, se restringen los derechos políticos y constitucionales que tiene los pueblos para expresarse como lo son las manifestaciones en vía pública.

Así de fácil nos restringen el acceso al poder, no dejando entrar a la ciudad a indígenas del choco para manifestarse en la calles por sus justos reclamos. Esto me hizo recordar los controles contra el contrabando en el centro de Bogotá, el hostigamiento permanente contra vendedores ambulantes, la casi extinción de las llamadas «zorras» (vehículos de tracción animal) y, me hace pensar que los ricos quieren ver la ciudad sin suciedad, sin olores fuertes, sin indigencia, sin rebusque. Por eso no dejan entrar a los indígenas a la ciudad porque como se les ocurre que un extranjero que viene a visitar el país o un acomodado del norte vean a un montón de mujeres y hombres descalzos, mientras gritan en plena calle dispuestos a la pelea.

Por eso, no dejan pasar las marchas de estudiantes más allá de la calle 100 porque no podemos afectar la tranquilidad de quienes NO les importa nuestro futuro. Un ejemplo, no más mire usted todo lo que han hecho los estudiantes para lograr una cita con el presidente y, este se ha negado constantemente aduciendo que no tiene agenda pero si tiene tiempo para compartir regalos y tomarse fotos con un cantante de reguetón.

Los estudiantes aguantando la represión del esmad mientras el presidente se toma un café con el hombre de mostrar internacionalmente, alguien que no contribuye en nada a la cultura del país, por el contrario la degenera más pero bueno es el hombre de mostrar. El mundo no se puede enterar que hoy en Colombia hay calles sin pavimentar y personas descalzas que se mueren en la puerta de un hospital o de hambre.

¿Cuánto valemos para el gobierno colombiano? ¿Cuánto valen nuestras ideas? Cuando ellos se muestran más interesado en atender a la farándula internacional que a la educación del pueblo colombiano.

Es hermoso ver las calles repletas de movilizaciones sociales, llenas de pueblo rebelde que no calla, que está inconforme con el estado de las cosas, con la pobreza, con la injusticia. Me llena de aliento saber que mientras encarcelan, desaparecen y asesinan a los luchadores sociales en vez de acabarse se multiplican.

Un abrazo enorme a todxs aquellxs que salen a las calles a protestar, su grito y su movilización me fortalecen en prisión pues el estado en su campaña de represión contra las voces de oposición, nos han privado de la libertad a mí y a otros nueve compañeros como lo hacen sistemáticamente a cientos de lideres sociales. En un proceso manipulado ferozmente por el poder del Estado con hostigamiento a familiares, robos a la bancada de la defensa, mensajes amenazantes, mentiras mediáticas y ausencia de garantías procesales.

Desde la penitenciaria «la picota»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.