Tras reunirse con el presidente de la República, el representante del Partido Conservador David Barguil declaró que Juan Manuel Santos «dará la orden prontamente de suspender las fumigaciones con glifosato». El reclamo contra este herbicida cancerígeno utilizado ampliamente por multinacionales como Monsanto tuvo como punta de lanza las luchas campesinas y ambientalistas de todo el […]
Tras reunirse con el presidente de la República, el representante del Partido Conservador David Barguil declaró que Juan Manuel Santos «dará la orden prontamente de suspender las fumigaciones con glifosato». El reclamo contra este herbicida cancerígeno utilizado ampliamente por multinacionales como Monsanto tuvo como punta de lanza las luchas campesinas y ambientalistas de todo el continente.
Días atrás el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, recomendó al presidente no seguir utilizando el glifosato para la erradicación de cultivos ilícitos, tras conocerse un informe de la Organización Mundial de la Salud -OMS- donde se reconoce que el glifosato es cancerígeno. El ministro de Defensa desestimó la recomendación pero hoy trascendieron las afirmaciones del presidente de la República tras reunirse con la bancada del Partido Conservador.
Glifosato en Colombia, 30 años contaminación y daños genéticos a las poblaciones campesinas
El uso de glifosato para fumigar en Colombia data de 1986. Las comunidades que habitan las zonas donde se han hecho las fumigaciones han denunciado los daños que causa el herbicida. En el Putumayo se hacen fumigaciones desde el año 2000. En esta el herbicida se usó con una concentración mayor a la autorizada.
Según un estudio revelado por el médico ecuatoriano Adolfo Maldonado para conocer el índice de daño causado en mujeres en zonas fumigadas con glifosato, se encontró que el 100% de las mujeres analizadas presentaron daño genético en las células sanguíneas, mientras que las mujeres ubicadas a más de 80 kilómetros de la zona fumigada no presentaron daño genético. El estudio se realizó a mujeres de la zona fronteriza entre Colombia y Ecuador.
En 1999 la Policía Nacional realizó fumigación con glifosato en territorio cercano al municipio de Algeciras, en el Huila; allí la fumigación afectó cultivos de lulo. El Concejo de Estado condenó a la Nación por los daños causados. En la sanción se indicó que «la erradicación de cultivos ilícitos con glifosato es considerada riesgosa o peligrosa».
Las organizaciones campesinas y ambientales del Catatumbo en Norte de Santander han denunciado los daños causados por este herbicida entre los años 2002 y 2004. Además de causar desplazamiento de las familias, mujeres embarazadas abortaron, niños presentaron problemas respiratorios y se presentaron brotes en la piel de las personas. Además se dañaron cultivos de yuca y de plátano en las zonas cercanas a las fumigaciones.
En la mesa de dialogo que se instaló con el Gobierno Nacional y la comunidad campesina de esa región del país, los campesinos han manifestado que las fumigaciones con glifosato «solo benefician a la multinacional Monsanto». Con las recomendaciones entregadas por la Organización Mundial de la Salud -OMS- y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer -IARC-, las comunidades esperan desde hace años que el gobierno asuma su responsabilidad y cancele el uso de glifosato en el país.
A partir de los recientes anuncios, sólo cabe esperar que se cumplan esos compromisos.