La metáfora de la tormenta es de ocurrencia santista. Y no viene mal. Para el Jefe de la Casa de Nariño, la misma ya pasó y regresamos a la normalidad. Por lo contrario, la tormenta continua y ofrece síntomas de continuidad. Es cierto que en algunos puntos (Boyacá y Nariño) hay cierta pausa […]
La metáfora de la tormenta es de ocurrencia santista. Y no viene mal. Para el Jefe de la Casa de Nariño, la misma ya pasó y regresamos a la normalidad. Por lo contrario, la tormenta continua y ofrece síntomas de continuidad.
Es cierto que en algunos puntos (Boyacá y Nariño) hay cierta pausa sin que los acuerdos cristalicen aún con medidas para atender las demandas de los pequeños propietarios rurales que acudieron al bloqueo efectivo de vías centrales de transporte. El tema de los Tratados de Libre Comercio sigue siendo un inamovible para el gobierno y los agricultores no ceden en esta justificada demanda economica y social.
Sin embargo, la acción colectiva de la gran masa campesina pobre y de los colonos está vigente. Hay focos de rebeldía bastante similares al reciente paro del Catatumbo, también localizado en la periferia pero muy potente en sus métodos de trabajo político. Los enumero:
1. En Florencia, Caqueta, 15 mil campesinos bloquean la ciudad presionando la solución de los puntos de su pliego de peticiones referido a la crisis lechera, la reforma agraria, la organización de las Zonas de Reserva Campesina, el derecho a la educación rural, el acceso a la salud, la erradicación de la corrupción estatal, la construcción de vías, la condonación de deudas y los derechos políticos planteados en reciente Asamblea Constituyente Popular que se llevó a cabo en Cartagena del Chaira.
2. En La Nora, Villavicencio (Meta), 10 mil campesinos siguen concentrados con sus reivindicaciones agrarias y se matendrán allí hasta no alcanzar soluciones satisfactorias.
3. En Arauca miles de labriegos bloquean las carreteras centrales del departamento a la altura de los municipios de Tame, Saravena, Fortul, Arauquita y la Capital Arauca. Ellos exigen el cumplimiento de los acuerdos hechos en un paro cívico ocurrido a principios del año en curso y que Santos con sus Ministros desconoce.
4. En el departamento del Huila, en los municipios de Algeciras, Garzón, Pitalito, Campoalegre, Gigante y Neiva sigue el bloqueo de carreteras y la movilización de centenares de personas que adelantan el paro con mucha firmeza en su voluntad para alcanzar las respuestas necesarias desde las esferas gubernamentales.
5. Más de 8 mil campesinos tienen bloqueada la carretera principal que del Cauca lleva a Nariño y Ecuador. En el municipio de Mercaderes, los trabajadores han interrumpido los servicio del puente de Mojarras, como forma de lucha para presionar a los funcionarios gubernamentales en las soluciones de las reivindicaciones contenidas en el pliego agrario que sirve de base al paro nacional.
6. En el Putumayo están bloqueadas por los campesinos y sus sindicatos, las carreteras centrales y la producción petrolera se ha paralizado completamente.
7. En el departamento del Tolima, hay bloqueos en la vía que conduce al Alto de la Línea, donde están 3 mil campesinos apostados con sus pancartas y carpas pidiendo el apoyo de la población. Igual ocurre en Castilla en la carretera que lleva a Neiva.
8. Hay grandes concentraciones populares en el Magdalena Medio, en la población de La Lizama, hasta donde llegan labriegos del Sur de Bolivar y de otras poblaciones cercanas. Reciben el apoyo de los obreros petroleros de la USO y de los estudiantes universitarios.
9. En Barbosa, Antioquia, están más de 10 mil campesinos reclamando la constitución de una Mesa de diálogo para debatir sus demandas sociales, económicas y políticas. Son reprimidos y gaseados de manera permanente por el ESMAD y batallones de la IV Brigada.
10. Sigue el bloqueo de autopistas por los camioneros que demandan soluciones reales a sus problemas laborales y a los costos del combustible y los exorbitantes peajes.
11. En el campo nacional, varias organizaciones sociales, en un proceso de unidad popular, han trazado un plan de nuevas acciones a propósito de la huelga de los educadores, de las manifestaciones por la salud y de las luchas universitarias que coordina la MANE.
Sigue la tormenta social. Pero la estrategia de Santos es desconocerla.
Colocado ante una crisis de gran envergadura, el Presidente ha optado por dividir, reprimir, engañar, señalar y sabotear el paro nacional agrario.
La división se adelanta mediante la aparente negociación con los paperos de Boyaca y Nariño, dejando por fuera a los campesinos de la periferia profunda y anunciando un gran Pacto Agrario, que ya existe después de los acuerdos hechos con las Farc en La Habana, al concluir el primer punto de los diálogos, que lo que exige es su implementación sin más dilaciones ni elucubraciones demagógicas de Santos y sus incompetentes Ministros, empezando por el de Agricultura que es un monumento de mediocridad y siguiendo con el de la Participación Social, una ficha del esquirolaje y la traición obrera, que la nación entera reconoce como una burla a la decencia y a la inteligencia; un personaje ridículo e inútil que estorba cualquier arreglo de la problemática existente. Hace rato debió salir del cargo que le asignaron para colmar su descontrolado arribismo y oportunismo social.
La represión nos trajo un nueva versión del viejo Estado de Sitio para militarizar y judicializar los líderes, activistas y las organizaciones comprometidas con el paro. Ya hay 50 mil soldados en las calles intimidando y dando golpes y el ESMAD sigue ampliando sus poderes con la Ley de Seguridad Ciudadana y el Fuero Militar, que da vía libre para matar y encarcelar de manera expedita. El diagrama de control policial está en toda su forma para contener la potencia de la insurrección popular en la actual coyuntura de la historia nacional.
El engaño se hace mediante la manipulación de los grandes medios de comunicación que visibilizan y ocultan los eventos del paro a conveniencia y con seudo análisis de «politólogos» pagados para emitir discursividades absurdas y contrarias a la realidad social configurada.
Y el sabotaje incluye la infiltración de provocadores policíacos en las concentraciones campesinas y en la activación de las bandas de microtráfico para que siembren el terror mediante el vandalismo en pobladas barriadas de Bogotá, que sirven de pretexto adecuado a la intoxicación ideológica para atemorizar a las clases medias urbanas que han expresado simpatía y respaldo por los problemas de los campesinos, haciendo cacerolazos y desfiles de «enruanados» por las avenidas principales de Bogota, Medellin, Cali y Barranquilla.
No se marchita el actual ciclo de rebeliones populares y pueden ocurrir nuevas explosiones violentas como lo observamos en el reciente levantamiento del Catatumbo que se encuentra ahora en una constructiva fase de negociaciones del pliego.
Es que la movilización ciudadana que se presenta en la actualidad no discurre por los formatos clásicos de acciones centralizadas, que, supuestamente, son las que deben concluir exitosamente en su confrontación clasista con quienes detentan todos los poderes en la formación social. La actual protesta se conforma y avanza en una red horizontal, con característica estigmergicas, sin jefes («iluminados» y proféticos) muy visibles y sin composiciones burocráticas asfixiantes que arrastran el dogma y el ideologema paralizante e infecundo de quien repite los mandamientos de una doctrina.
Es que visto el desarrollo desigual y no equilibrado de la nación la diferenciación en la protesta es un elemento que debe considerarse en un análisis objetivo de quienes concentran su inteligencia en la interpretación de los hechos y fenómenos en curso.
Seguimos en la lucha.
Nota 1.
Fensuagro es el pivote de centenares de organizaciones que conforman la malla de la red que articula y moviliza la multitud agraria del paro nacional. Es lo que explica el odio de Santos y su camarilla contra esta organización y sus líderes. Pero la hostilidad policial y judicial es parte de la rutina de sus líderes que no se dejan estorbar por esa contingencia en su trabajo permanente con los campesinos por toda la geografía nacional. Muchos de sus dirigentes han sido asesinados, otros encarcelados y de manera cotidiana son acosados por agentes estatales de «inteligencia».
Nota 2.
El movimiento social debe resistir la tentación clientelista y electorera de las fichas samperistas que pretenden pescar en rió revuelto para conseguir votos que amplíen las posibilidades senatoriales de las dinastías liberales en ciernes financiadas por la renta petrolera.
Nota 3.
La disputa de los movimientos sociales con el bloque oligarquico dominante es por el excedente económico que monopolizan las plutocracias financieras, empresariales, burocraticas, militares y terratenientes y desvían para el carnaval de sus vidas. La lucha por el excedente económico es democrática. Le permite al pueblo mejorar sus condiciones de vida tal como ocurrió con el billón de pesos que los cafeteros lograron obtener con sus reciente huelga.
Nota 4.
Los movimientos sociales agrarios constituidos son los «no lugares de la política» institucional y dejan en evidencia la ineptitud de los partidos/movimientos políticos y sus podridas maquinarias electoreras y clientelares. ¿Es lo que explica el publicitado y acelerado montaje electoral que se desprende de la coalición que se cocina entre los Verdes (plagados de codicia electoral, crematistica y burocrática), progresistas y Cc de Fajardo/Salazar?. Me huele que sí.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.