Juan Manuel Santos presidente de Colombia fue a Cartagena como un llorón a suplicar al CEO de Nestlé, Peter Brabeck, para que ayude al país a convertirse en potencia exportadora de leche, al nivel de países como Nueva Zelandia. Que indignante, no tenemos un Estadista como presidente, que lástima, sentí vergüenza de patria y me […]
Juan Manuel Santos presidente de Colombia fue a Cartagena como un llorón a suplicar al CEO de Nestlé, Peter Brabeck, para que ayude al país a convertirse en potencia exportadora de leche, al nivel de países como Nueva Zelandia.
Que indignante, no tenemos un Estadista como presidente, que lástima, sentí vergüenza de patria y me siento orgulloso de seguir soñando con el día que tengamos soberanía, para que las corporaciones multinacionales como Nestlé no hagan foros en nuestra patria, no para que el gobierno le haga suplicas y se humille, sino para que respondan por toda la deuda social.
Señor Juan Manuel Santos, los países desarrollados no han alcanzado fortaleza mendigando, o entregando el país a los extranjeros, con el pretexto de la inversión extranjera o firmando tratados supuestamente de libre comercio totalmente des! ventajosos, lo han hecho mediante un proyecto de nación, protegiendo la soberanía, eliminando la dependencia, invirtiendo en un desarrollo propio, con ciencia, tecnología, fortaleciendo la producción y la industria nacional, generando pleno empleo y elevando el nivel de vida de los habitantes, no precarizándolos.
A Juan Manuel Santos, le importa nada que esté entregando todas las ventajas a las multinacionales con los Tratados de Libre Comercio y el modelo agroexportador, quebrando a los campesinos y productores.
Olvida señor Santos que en Europa y EEUU son miles de millones de euros y dólares invertidos por los Estados protegiendo a los sectores como el productor de leche y es un hecho que en la desventaja que usted y gobiernos anteriores han dejado a los productores colombianos, estos terminaran quebrados.
El actual modelo de sistema agroalimentario hace más competitivos a las ! grandes empresas multinacionales y no potencia el país, lo debilita, no le basta con los indicios del fenómeno de la enfermedad holandesa.
La inversión del Estado en infraestructura que pasa de $3 billones a $48 billones al 2015, sirve a las corporaciones como Nestlé.
Señor presidente, en el evento organizado por Nestlé y el Banco Interamericano de desarrollo, realizado el 28 de octubre de 2013, en Cartagena, usted debió defender al país, ejercer soberanía, no seguirlo postrando, no servir de puente para los intereses del capital extranjero sacrificando el interés nacional.
Señor presidente, usted poso de dama rosada, no ejerció como jefe de Estado, por muy expertos internacionales que hayan llegado al evento a representar los interese de la multinacional Suiza y el BID que le apuntan a fortalecer su política de prácticas sostenibles para su negocio privado, usted debía haber actuado con respeto a la dignida! d .
En el artículo publicado por el diario La República, el día 29 de octubre de 2013, el Señor Manuel Andrés K., presidente de Nestlé de Colombia no muestra la otra cara del plan estratégico de la multinacional Suiza y la verdadera causa de las dificultades que enfrentan los diferentes sectores entre ellos el agroalimentario, y al contrario lo que intenta el gobierno de Juan Manuel Santos es profundizar un modelo agroindustrial para las multinacionales creando mayor dependencia agroalimentaria para el país.
Díez empresas tostadoras controlan aproximadamente el 63% del café tostado vendido, entre ellas Nestlé, Phillips Morris, Sara Lee, Procter & Gamble. Tres empresas controlan el mercado de café tostado molido (Kraft Food, Sara Lee/DE y Nestlé). Producen cafés estándar, buscan combinaciones cada vez más económ! icas. Priorizan precios antes que calidad.
Dos empresas controlan el segmento de café soluble (Nestlé y Kraft Food) Pero la realidad es otra, el 80% del café que se sirve en Colombia no se preparan con el suave arábica lavado que el país produce y exporta, las importaciones del grano superaron la cifra de un millón de sacos en el 2012 y según el Dane, proviene de Ecuador, Centroamérica y Perú, que son ingresados principalmente por empresas como Nestlé S.A. y la Industria Colombiana de Café (dueños de las marcas Nescafé y Colcafé, respectivamente), que son los únicos del grupo que aparecen como fabricantes en los registros del Invima (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos) y de acuerdo con la ley Vallejo las empresas multinacionales como Nestlé al ingresar el café al país, obtiene un beneficio, al procesarlo y ex! portarlo le significa otra tajada.
Según datos de la DIAN el 96% del café importado está en manos de 20 firmas, entre ellas Nestlé, con 5,6 millones de dólares.
Como parte de la estrategia global, en el 2011, Nestlé, la compañía más grande de alimentos y bebidas, firmó una cuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, una ambiciosa alianza estratégica por la sostenibilidad del negocio de la multinacional.
El acuerdo, que fue firmado por el Gerente General de la Federación de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz Ortega; por Fiona Kendrick, Vicepresidente Senior de la Unidad Estratégica de bebidas la compañía Nestlé y Manuel Andrés K., Presidente de Nestlé Colombia, con una inversión inicial de las partes de 3,2 millones de dólares.
Esta iniciativa forma parte del Plan NESCAFE para beneficiarse de los productores y consumidores de café de! todo el mundo.
Nestlé impulsa el mejoramiento de su productividad descargando costos en hombros de los cultivadores de café (creación de valor compartido) y obligándolos a renovar variedades resistentes para asegurar el suministro permanente de café de altísima calidad, erradicando sus matas tradicionales, creándoles un problema de dependencia. El acuerdo cubre a más de 1.200 caficultores y sus familias en el departamento del Valle del Cauca y es la primera fase del proyecto, que busca consolidar el plan de negocios de la multinacional con la visión de sostenibilidad que permita vincular en los próximos diez años a otras regiones cafeteras del país y acaparar todo el mercado.
El Plan NESCAFE fue lanzado en agosto de 2010 por el CEO de Nestlé, Paul Bulcke como fachada para posicionarse estratégicamente en el control de la producción y el mercado y e! s apoyado por Rainforest Alliance, una organización no gubernamental internacional, junto con otros aliados de la Red de Agricultura Sostenible (SAN por sus siglas en inglés) y la organización de café 4C, que promueve el cumplimiento de criterios básicos sostenibles en los pilares social, ambiental y económico.
La Inversión total del Proyecto en su primera fase: USD$ 3.177.576, área base: 14.333 Hectáreas en cuatro municipios del Valle del Cauca: Andalucía, Bugalagrande, Sevilla y Tuluá, de las cuales 5.309 hectáreas reportan café que cumple con el estándar de sostenibilidad 4C.
En el periodo 2011 se renovaron 727 hectáreas con plantas de alta producción y resistentes a enfermedades tales como la Roya (OVM). 50 millones de plantas serán distribuidas hasta el año 2020. En esta primera fase se distribuirán 4 millones de plantas durante el año 2011.
Nestlé invertir&aacu! te; 500 millones de Francos Suizos en proyectos de café durante los próximos diez años. Esto incluye 350 millones para el Plan NESCAFE y 150 millones para Nespresso.
Para el 2020, adquirirán 90.000 toneladas de café NESCAFE en cumplimiento con los principios de Rainforest Alliance y la Red de Agricultura Sostenible de la cual también es miembro la organización colombiana Fundación Natura. Nestlé distribuirá a los caficultores 220 millones de plantas de café de alto rendimiento y resistentes a las enfermedades, para 2020, por medio de alianzas con instituciones públicas y privadas en países como México, Tailandia, Indonesia y Filipinas, donde Nestlé ha distribuido más de 16 millones de plantas de café durante los últimos 10 años.
NESCAFE es la marca de café de Nestlé líder mundial, con ventas de m! ás de 10 billones de Francos Suizos en 2009 y se calcula que cada segundo se consumen alrededor de 4.600 tazas de NESCAFE en el mundo. En el marco del Plan NESCAFE, durante los próximos cinco años Nestlé duplicará la cantidad de café Nescafe que se compra de manera directa a los campesinos y sus asociaciones en el mundo, adquiriendo 180.000 toneladas de café de aproximadamente a 170.000 campesinos cada año, para monopolizar la producción.
En Mayo de 2013, aprovechando que los caficultores colombianos pasan por momentos difíciles, la Federación Nacional de Cafeteros y Nestlé Nespresso empresa del grupo Nestlé anunciaron la renovación de un histórico acuerdo que demandará recursos por 85 millones de dólares. La Federación debe conseguir 37 millones de dólares y 50 millones son aportes de la multinacional por un periodo de cinco años a razón de 10 millones de dólares por añ! ;o.
El convenio pretende involucrar a 37.000 caficultores y sus familias. El 75% de las inversiones de Nespresso financiarán las primas de precios que pagaran a los productores involucrados que abastecerán a Nestlé para alcanzar los protocolos de sostenibilidad fijados y el 25% lo dedicarán a la asistencia técnica y programas para fortalecer la calidad, productibilidad y sostenibilidad de los productores.
En 2011, el 25% de las compras mundiales de café de Nespresso AAA fueron hechas en café colombiano, con un incremento del 300% de sus compras de café con standar AAA en el país desde 2006.
Para colocar solo un ejemplo de las intensiones de Nestlé con los productores de café en Colombia, igual que ha hecho con otros proveedores de materia prima, vamos referenciar la protesta que en Abril de 2013, realizaron los caficultores Veracruzanos en México que marchaba! n del barrio de Xallitic hacia la Plaza Lerdo de Xalapa. Denunciando las políticas de acaparamiento de la caficultura por la empresa trasnacional Nestlé sacrificando al café nativo las importaciones exigiendo no más apoyos a la Nestlé, porque tiene un programa de exterminio de los cafés arábigos. Bajo pretexto de Nestlé de sembrar plantas resistentes al cambio climático y plagas, que significa acabar con la biodiversidad y el acaparamiento del mercado por parte de la trasnacional Nestlé que compra todo el café que se produce e impone precios bajos
En la fábrica de Nestlé en Bugalagrande está concentrada la producción del Café para exportar, la instalación de alta tecnología y el trabajo con la comunidad de Nestlé para ganar imagen y sostenibilidad en el mercado son parte de la estrategia de la multinacional, mientras precariza los trabajadores.
Otro sitio clave para la multinacional Ne! stlé es México, allí inauguró recientemente y en la ciudad central de Toluca la ampliación de una fábrica de café soluble con una inversión de 1.600 millones de pesos (unos US$130 millones), para ampliar en 30% la capacidad productiva de la fábrica, convirtiéndola en la «más grande del mundo» de café soluble.
Nestlé al igual que todas las empresas, están usando la estrategia de la responsabilidad empresarial para ganarse la simpatía de la población, asegurar el mercado e invisibilizar el impacto negativo que tiene su política sobre el país y la población y con el fin de aislar y quitarle respaldo a quienes denuncian su política.
Colombia requiere parar la estrategia de ampliación de los procesos de plantación y explotación palma, azúcar, café y otros cultivos como materia prima pa! ra los procesos agroindustriales en manos de las multinacionales y conglomerados, incorporados en los TLCS e impulsado con la denominada locomotora de la agricultura.
La solución al problema cafetero de Colombia, no es solo subsidios, representa establecer una regulación nacional y soberana que ponga límite a las multinacionales como Nestlé, para quitarles el control del mercado, la producción, la manipulación de los precios, prohibirles la importación de café, leche, lactosuero, cacao, materias primas, insumos y alimentos que se producen en Colombia y adoptar una política de soberanía y seguridad agroalimentaria para la población.
Transformar esta realidad es inaplazable. Hay que construir un nuevo tipo de desarrollo y una nueva forma de resolver el problema de la soberanía, la desnutrición y el hambre, que permita erigir un modelo de desarrollo agroalimentario democrático, sostenible y sustentable, articulador de diversas t! ecnologías compatibles con la naturaleza, formas de propiedad y tradiciones culturales. Para realizar ésta tarea no partimos de cero, iniciamos por lo ya alcanzado hasta el momento tanto por la humanidad como por nuestra sociedad. No hay que desconocer que el desarrollo capitalista en nuestro país ha sido construido por los trabajadores y campesinos.
(*) Javier Correa es presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema Agroalimentario (SINALTRAINAL).
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.