El premio Nobel de Literatura José Saramago armó ayer un buen revuelo al anunciar en Barcelona su decisión de no asistir al tercer Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebrará en Rosario (Argentina) del 16 al 20 de noviembre tras conocer que no ha sido invitado Gabriel García Márquez. Entre las reacciones cabe […]
El premio Nobel de Literatura José Saramago armó ayer un buen revuelo al anunciar en Barcelona su decisión de no asistir al tercer Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebrará en Rosario (Argentina) del 16 al 20 de noviembre tras conocer que no ha sido invitado Gabriel García Márquez. Entre las reacciones cabe destacar la del propio autor colombiano, que pidió a Saramago que reconsidere su decisión y acuda a la cita.
El escritor portugués, que iba a participar durante el congreso en un homenaje a Ernesto Sábato, declaró que se sorprendió al leer la noticia de que el premio Nobel colombiano no iba a ser invitado a causa de la polémica que produjo su discurso durante el primer congreso, celebrado en Zacatecas (México) en 1997, en el que propuso una reforma de la ortografía del español.
«No voy a ir al congreso porque considero inaceptables las razones que se han invocado», manifestó Saramago. «Él expuso sus opiniones sobre la ortografía, y se puede opinar a favor o en contra de lo que dijo, pero no veo ningún motivo para castigarle por eso».
«He estado esperando unos días las consecuencias de lo que se contaba en esa noticia, y sólo he sabido después que el presidente de Argentina, Néstor Kischner, había dicho que si a García Márquez no le invitaban las Academias le invitaría él; pero no me parece suficiente», añadió.
SÚPLICA DEL COLOMBIANO
El colombiano pidió ayer a través del director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, que transmita a Saramago su ruego de que reconsidere su decisión. «Es bien sabido –dijo García Márquez– que no asisto a estos actos, de la misma manera que desde que he recibido el premio Nobel no me parece oportuno aceptar otros premios ni distinciones. Estuve en Zacatecas, pero es que en aquella ocasión no tenía que salir de México. Y si no me gusta ir a esos acontecimientos es porque en el fondo soy tímido. Así que ruego a Saramago que vaya al congreso, porque si no va él, entonces tendré que ir yo». García de la Concha se disponía a última hora de ayer a localizar a Saramago para transmitirle las palabras de García Márquez.
El colombiano generó en 1997 un gran alboroto cuando propuso jubilar la ortografía, «terror del ser humano desde la cuna» y pidió «enterrar las haches rupestres, firmar un tratado sin límites entre la ge y la jota y poner más uso de razón en los acentos escritos».
Antes de conocer la reacción de García Márquez, el escritor mexicano Sealtiel Alatriste apoyó ayer en Barcelona la decisión de Saramago. «Ha hecho lo más justo que se puede hacer». Carlos Fuentes declaró que se trataba de «una decisión respetable». Sin más. Jorge Edwards, por su parte, indicó que iba a meditar su presencia si causaban baja García Márquez y Saramago. Vargas Llosa eludió pronunciarse.