José Saramago dijo el pasado fin de semana que Portugal terminará por convertirse en una comunidad autónoma más de España, como Cataluña, Galicia o Castilla-La Mancha, y se integrarán así en un país nuevo, que quizá se llamaría Iberia «para que el nombre de España no ofendiese los bríos de los portugueses». La «profecía» de […]
José Saramago dijo el pasado fin de semana que Portugal terminará por convertirse en una comunidad autónoma más de España, como Cataluña, Galicia o Castilla-La Mancha, y se integrarán así en un país nuevo, que quizá se llamaría Iberia «para que el nombre de España no ofendiese los bríos de los portugueses».
La «profecía» de Saramago la hizo en una entrevista concedida Diário de Noticias, en la que el Premo Nobel afirma que los portugueses aceptarían la «integración territorial, administrativa y estructural» con España si fuese bien explicada: «Con diez millones de habitantes, Portugal tendría todo que ganar en cuanto a desarrollo, y no sería una cesión ni acabar con el país, continuaría de otra manera. No se dejaría de hablar, de pensar y de sentir en portugués, (…) y no seríamos gobernados por españoles, habría representantes de los partidos de ambos países en un parlamento único con todas las fuerzas políticas de Iberia».
Saramago acaba de crear la fundación ibérica José Saramago, que tendrá sedes en Lisboa, Azinhaga (su pueblo natal), Lanzarote (donde vive desde hace años) y Castril, el pueblo granadino de su mujer, Pilar del Río, quien ejercerá como presidenta vitalicia.
En la entrevista, Saramago acusó a la Iglesia Católica española de emprender una vergonzosa campaña contra el Gobierno y criticó al diario italiano La Repúbblica por censurar unas frases suyas sobre «el genocidio de Israel en Palestina» en una entrevista publicada hace unos días.