Se cayó la reforma santista al «Fuero Militar». Se cayó por vicios en la aprobación y no por las denuncias de las ONG que plantearon que el espíritu de la reforma era hacer más ostensible la impunidad de militares y policías ante las graves violaciones de derechos humanos por ellos cometidas. Sea como sea, se […]
Se cayó la reforma santista al «Fuero Militar». Se cayó por vicios en la aprobación y no por las denuncias de las ONG que plantearon que el espíritu de la reforma era hacer más ostensible la impunidad de militares y policías ante las graves violaciones de derechos humanos por ellos cometidas.
Sea como sea, se cayó y es bienvenida por el pueblo colombiano, quien es quien soporta las violaciones de derechos humanos en cuya base está la impunidad. Colombia es un país con una tasa de impunidad del orden de más del 90%. Algunos planean que es del 99%. La impunidad permite que los asesinos violadores de derechos humanos con tinúen sus violaciones y sus prácticas. Muchas veces se identifica al autor material de las violaciones, pero sus determinados -autores intelectuales- permanecen en la sombra amparados por el estado o porque son «servidores estatales».
Así ha pasado con las ejecuciones extra-judiciales, por ejemplo. Más de 3.500 casos en los 8 años de impunidad total de Uribhitler y sus ministros de defensa. Así, a cuenta gotas, se va dando una sumatoria que llega a 500.000 víctimas a las que se les han violado sus derechos humanos mediante las modalidades criminales de las desapariciones, las ejecuciones extrajudiciales, las masacres, etc. Crímenes del Terrorismo de Estado por los cuales nadie responde, a no ser que sea cualquier cabo o sargento.
Se cayó la reforma al «Fuero Militar», pero sigue la lucha contra la impunidad y contra el «viejo» Fuero Militar, base de la actual impunidad. Si las fuerzas militares-narcoparamilitares estatales han establecido la «marca» del 90% de la impunidad para sus delitos de violaciones de derechos humanos, se hubieran imaginado a dónde hubiéramos llegado con el «nuevo» Fuero Militar? A la impunidad total, naturalmente.
Se cayó el «Fuero Militar», pero sigue la lucha por derrotar la base de la actual política del «Fuero Militar», es decir, sigue la lucha contra la Doctrina de Seguridad Nacional que permite violar todos los derechos humanos de los colombianos al considerarlos «enemigo interno», al que hay que combatir así sea por medio de acciones ilegales, delictuosas. Esa lucha implica dotar a las Fuerzas Militares colombianas de una Nueva Doctrina -Bolivariana- que vea al colombiano como su verdadera razón de ser por el cual deben defender la soberanía nacional.
Se cayó el «Fuero Militar», pero sigue la lucha contra los «enemigos de la Paz», quienes son los que han prohijado las acciones represivas de las Fuerzas Militares, a fin de ellos seguir pelechando y enriqueciéndose a la sombra de la guerra en Colombia. Esos «enemigos de la Paz» que, llenándose la boca» con la supuesta democracia colombiana, escogen a dedo a los candidatos a presidentes, congresistas, alcaldes, diputados, concejales y gobernadores, espectáculo grotesco que estamos viendo por estos días.
Se cayó el «Fuero Militar», pero tenemos que seguir la lucha por dar al traste con todo el andamiaje que ha ensangrentado y enlutado los hogares de 500.000 colombianos. Enhorabuena que se haya caído el «Fuero Militar», pero no nos vanagloriemos porque con el viejo Fuero Militar seguirán asesinando los hijos del Pueblo. Contentos con esa caída, pero no totalmente satisfechos porque lo que ansiamos es una Colombia que ponga en el centro de la vida nacional el derecho a la vida y el respeto a todos los derechos humanos.
No nos contentemos conque hicimos caer el «Fuero Militar» porque lo que la oligarquía está logrando con ello es que aceptemos como «normal» el viejo «Fuero Militar». Y no olvidemos que el gobierno de JMSantos presentará para su aprobación por parte del Congreso la misma reforma al Fuero Militar y para hacerla aprobar aceitará la maquinaria en el Congreso para que no cometa «vicios de forma» como en esta ocasión.
Se cayó el «Fuero Militar» y tenemos que seguir la lucha.