En el Centro de Memoria Paz y Reconciliación, en Bogotá, se llevó a cabo la instalación oficial de la Mesa Única de la Cumbre Agraria, Étnica y Popular con el gobierno. Al evento asistieron voceros de la Cumbre Agraria como Andrés Gil, Fernando Arias, entre otros, y el Presidente Juan Manuel Santos, el Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y el de Agricultura, Aurelio Irragorri, además de los garantes y otros representantes de las organizaciones sociales y del gobierno.
Un ambiente de alegría se vivió durante la instalación de la Mesa Única de la Cumbre Agraria Étnica y Popular a la que asistieron representantes de las diversas comunidades que integran este proceso social y político. Rostros afros, indígenas y campesinos, mestizos, fueron la nota predominante durante el encuentro en el que reclamaron al unísono el cumplimiento de los acuerdos pactados con el gobierno y que no se han ejecutado. Las diferentes delegaciones expresaron sus inquietudes e hicieron claras sus demandas.
Para Esildo Pacheco Mosquera, representante afro de la Asociación del Baudó (Acaba) y del Consejo Comunitario General del Río Baudó, y una de las zonas más golpeadas actualmente por la violencia, el respeto a la vida en su región y la atención al pueblo afro son fundamentales. Pacheco recordó con tristeza que: «antes del año 1991 el Chocó era el último remanso de paz y dormíamos con las puertas abiertas. Esta situación ya no es posible porque la violencia recrudecidó en el Chocó».
Entre tanto, Luis Ángel Perdomo representante del Cabildo Indígena de Pradera, en el Valle del Cauca, afirmó que para él la instalación de la Mesa Única es necesaria debido a la situación que afronta su comunidad en la región. «En lo cultural , nos quieren desaparecer, no tenemos como trabajar la tierra. Vivimos una guerra constante y por eso nos unimos», dice Perdomo con un poco de tristeza pero también con un asomo de esperanza.
En el recinto multicolor, las sonrisas de los asistentes provenientes de distintas regiones sobresalían. «Es muy bonito verlos acá y que pertenezcan a este proceso. La instalación de esta Mesa Única es un acto político y también deseo recordar a los 19 compañeros del preoceso que han sido asesinados, cuatro en el Catatumbo», señaló César Jerez, coordinador nacional de la Asociación Nacional de las Zonas de Reserva Campesinas (ANZORC). Robert Daza de la Coordinación Nacional Agraria (CNA) afirmó enfático que: «la Cumbre Agraria se parió en las carreteras de Colombia gracias a la resistencia de los pueblos. Las organizaciones sociales entendieron que solos no somos capaces de transformar el país».
Al pronunciamiento de Daza se sumó un planteamiento constante durante el evento: ¡que el gobierno cumpla lo prometido! Guillermo Márquez, proveniente del Ariari, sostuvo que: «Ahora más que nunca necesitamos que el gobierno sea coherente con lo que habló. Que haga realidad las transformaciones para los campesinos, los afro y los indígenas». Lo más importante para Márquez es que el campesiando sea asegurado en su territorio, el respeto por la tierra porque las multinacionales quieren sacarlas de su territorio.
Entre tanto para otro representante afro, proveniente de Tumaco, el desgobierno sigue siendo lo más preocupante en la región debido a la falta de empleo, de oportunidades para la gente en sus territorios y la prevención de los problemas sociales. Juan Carlos Bautista, miembro de la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat) y proveniente de Tibú aseguró que: «esta cumbre es muy importante porque la idea es unificar criterios para unidos conseguir lo que proponemos: ser los propietarios de la tierra».
Durante la instalación, Todd Howland, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, quien es garante del proceso felicitó a los miembros de la Mesa por llegar a este punto a pesar de las dificultades, de los ascensos y los descensos en el camino. Luis Fernando Arias, vocero de la cumbre y consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) expresó su deseo de ver un país donde convivan las diversas perspectivas de desarrollo y destacó que en la cumbre están las voces de los oprimidos, de los invisibilizados y empobrecidos.
Finalmente, el presidente Juan Manuel Santos cerró el acto diciendo que: «la Mesa es un ejemplo de que se puede dialogar entre sectores con diferentes visiones para resolver el resago del campo colombiano. Esta es una Mesa para construir y tender puentes».
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