La comunidad cubana en Estados Unidos calificó de «inaceptables» las nuevas medidas del Gobierno de George W. Bush que buscan debilitar al régimen de la Isla y que entraron en vigor ayer. Representantes de la comunidad cubano-americana, así como legisladores estadounidenses y analistas políticos aseguraron que lejos de golpear al régimen de Fidel Castro, las […]
La comunidad cubana en Estados Unidos calificó de «inaceptables» las nuevas medidas del Gobierno de George W. Bush que buscan debilitar al régimen de la Isla y que entraron en vigor ayer.
Representantes de la comunidad cubano-americana, así como legisladores estadounidenses y analistas políticos aseguraron que lejos de golpear al régimen de Fidel Castro, las medidas sólo afectarán a los cubanos de ambos lados del estrecho de la Florida, lo que representará un alto costo político para el Presidente de cara a las elecciones de noviembre.
Desde ayer los cubano-americanos no podrán viajar a Cuba cada año, sino sólo cada tres. Además, sólo podrán enviar menos de 150 dólares al mes y a familiares directos (padres, hijos y hermanos).
«Las medidas adoptadas por el Presidente Bush afectan de manera clara el principio básico de la reunificación familiar, y eso es algo que no podemos dejar pasar. Nos hemos pronunciado contra el régimen del señor Fidel Castro, pero esto es simplemente inaceptable», advirtió Carlos Saladrigas, uno de los principales líderes de la disidencia cubana en Miami.
Incluso organizaciones radicales que han pedido al Presidente George W. Bush aplicar medidas más drásticas para asfixiar al régimen castrista, han terminado por desmarcarse de las acciones.
«La Fundación no incluyó estas restricciones en el paquete de medidas que sometió a la Administración Bush, porque consideramos que hay que ser muy cautelosos con las medidas que limiten u obstaculicen la responsabilidad primordial del exiliado con la familia de la cual ha sido separado.
«Además, creemos que en el espectro de opciones y recursos para avanzar la causa de la democracia en Cuba, la limitación de la comunicación y la ayuda directa de familia a familia, de ser absolutamente necesaria, cosa que dudamos, debería haber ocupado una posición totalmente secundaria a otras medidas de naturaleza más proactiva como la ayuda a la oposición interna y el incremento de la efectividad y alcance de las transmisiones de Radio y TV Martí», advirtió la Fundación Nacional Cubano-Americana.
Silvia Wilhelm, fundadora de Puentes Cubanos, una organización que tiende lazos entre cubanos y cubano-americanos, fue particularmente crítica al referirse a las nuevas medidas restrictivas dictadas por Bush.
«El 5 de mayo, la política hacia Cuba era idiota, pero el 6 de mayo, cuando se anunciaron estas medidas, esta política se hizo cruel», subrayó.
Citó como ejemplo que de acuerdo con las nuevas regulaciones, y las restricciones establecidas a los nexos familiares, ella no podrá enviar más las remesas que dirigía a sus primos.
«Así que por el hecho de ser primos, ya no son considerados parte de mi familia, según estas nuevas leyes. La calidad de vida de esta familia en Cuba está muy ligada a mis visitas y a mis envíos, así que con estas medidas ellos no son más mi familia y esto es cruel».
Antonio Zamora, un cubano-americano de Miami que participó en el desembarco de Bahía de Cochinos, dijo que a raíz de las medidas restrictivas, muchos cubanos que apoyaban a Bush, están pensando modificar sus simpatías políticas y electorales.
«Los votos hacia Bush se van a reducir sustancialmente», predijo.
Por su parte, el Congresista estadounidense Jeff Flake, republicano de Arizona, sostuvo que existe una creciente frustración porque la política de los últimos 45 años no ha logrado derrocar a Castro. «Si uno ha estado golpeándose la cabeza contra el muro por 45 años, golpeársela un poquito más duro no es la solución», dijo.