“Hoy 18 de octubre (de 2024) fue el día elegido por ti, no te despediste de mí, te fuiste a volar por los enormes cielos porque este mundo nefasto te quedó chico. Mi compañero de lucha, mi amigo, mi pareja también, jóvenes, felices”
“Hoy 18 de octubre (de 2024) fue el día elegido por ti, no te despediste de mí, te fuiste a volar por los enormes cielos porque este mundo nefasto te quedó chico. Mi compañero de lucha, mi amigo, mi pareja también, jóvenes, felices” (…) “hoy elegiste este día, ojalá que todo el país te recuerde, ojalá todos honren tu nombre, que diste tu vida compañero, hasta vencer o morir! Siempre lo hiciste así, en cada lucha, en cada barricada… Uno de los tantos trauma ocular en este país, uno de los tantos que dejaron ciego… y luchaste yo sé… sé que luchaste mucho”, escribió una amiga de Sebastián Méndez, joven que decidió quitarse la vida cuando se cumplieron cinco años desde el 18 de octubre de 2019, fecha simbólica que inició la revuelta popular en Chile.
Asimismo, sus amistades escribieron para Sebastián Méndez:
El viernes 15 de noviembre de 2019 en el sector de Plaza Dignidad, Sebastián fue impactado por una bomba lacrimógena disparada por funcionarios de la policía directamente a su rostro, a menos de 5 metros de distancia. Producto del impacto quedó inconsciente y aun en ese estado recibió disparos de perdigones en su pierna mientras estaba en el suelo. Fue rescatado por compañeros del Frente Fotográfico antes de que lo siguieran apaleando.
El ataque sufrido le produjo daños irreparables: perdió su ojo izquierdo, su tabique nasal fue completamente destruido y parte de su rostro tuvo que ser reconstruido por varias intervenciones quirúrgicas, además perdió el sentido del gusto y del olfato. Producto de esta situación, pasó a formar parte junto a decenas de personas más, de las Víctimas de Trauma Ocular.
Meses después, mientras acudía a controles médicos en el Hospital Sótero del Río, sufrió de reiterados acosos y violencias por parte de la policía, que lo amenazó con “sacarle el otro ojo”. La situación llegó a tal punto que llegó a ser detenido mientras esperaba locomoción fuera del hospital. Este acoso sumado a las consecuencias de la violencia sufrida, impactó gravemente en la salud mental del Seba.
Este 18 de octubre de 2024, a cinco años de inicio del Estallido Social en Chile, Sebastián decidió poner fin a su vida. Su partida nos llena de un profundo dolor, pero también de un tremendo sentimiento de injusticia. El Seba no es la primera víctima de la violencia policial que termina con su vida: se suma a una lista que evidencia la impunidad con la que actúan las fuerzas policiales y la escasez del acompañamiento y la reparación para las víctimas de la violencia estatal.
Como cercanos y amigxs del Seba decimos:
¡Vuela alto, hermano! Vivirás en nuestros corazones y en todas las luchas por la justicia y la dignidad.