Pese a la bonanza económica que experimenta Chile por el alto precio del cobre y el incremento de sus exportaciones, la proporción de desocupados entre 15 y 24 años suele casi triplicar la tasa nacional. Cifras entregadas la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dieron cuenta de un aumento anualizado de 3,7 […]
Pese a la bonanza económica que experimenta Chile por el alto precio del cobre y el incremento de sus exportaciones, la proporción de desocupados entre 15 y 24 años suele casi triplicar la tasa nacional.
Cifras entregadas la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dieron cuenta de un aumento anualizado de 3,7 puntos porcentuales de la tasa de desempleo juvenil (entre los 15 y 24 años), ubicándola en un 18,5 por ciento.
Esto representa casi tres veces más que la desocupación total, la cual registró un aumento anual de 1,1 punto porcentual, llegando hasta 7,2 por ciento.
Las cifras de cesantía juvenil, según los expertos, no reflejan a todos los jóvenes desempleados, porque están sólo los que buscan trabajo y no aquellos que se quedan en casa sin hacer nada tras egresar de sus estudios.
Un efecto importante de este problema es un mayor riesgo social para estos jóvenes, quienes además exhibirán una escasa adaptación al trabajo más adelante, cuando intentan incorporarse, a sus 23 o 24 años, y cuentan con cero experiencia laboral.
A juicio de economistas locales, las causas de este problema radican básicamente en una legislación laboral errada y la falta de apoyo estatal al desarrollo de las pequeñas y medianas empresas (Pymes), la mayor empleadora del país con casi un 80 por ciento de todos los trabajadores.
En general, las Pymes afrontan un alto endeudamiento y pocas facilidades de acceso al crédito, que limitan sus posibilidades de ampliar los puestos de trabajo.
Otra razón adicional que explica el elevado desempleo es la rígida actual legislación laboral, que es un tema que lleva años debatiéndose en el país, siendo los empresarios los abanderados para que se establezca una mayor flexibilidad para contratar a trabajadores.
Las consecuencias sociales de mantener desocupados a los jóvenes son un mayor resentimiento en esta generación y el aumento de la delincuencia, además del costo económico de desaprovechar su mano de obra.
Hay tres factores que influyen en la contratación de los jóvenes: 1) la calidad de la educación y la no correspondencia entre los estudios y las necesidades del mercado laboral, 2) la falta de experiencia laboral, y 3) el Código del Trabajo, que no da un tratamiento distinto a trabajadores entre 15 y 29 años.
Para este año, el gobierno anunció que implementará una nueva fórmula para el combate al desempleo juvenil, basada en la experiencia del programa Chile Solidario, de apoyo a las familias de bajos recursos.
La idea es ubicar a los jóvenes desocupados en sus comunas y sus barrios, con apoyo de los municipios, para seleccionar a los más motivados y lograr su inserción en el mundo laboral.
El objetivo es dar un giro en la política juvenil de empleo con un subsidio para su capacitación, a diferencia de los actuales programas, en que se paga al empleador el 50 por ciento o 40 por ciento de las remuneraciones.
Elobjetivo oficial es potenciar al joven, dándole capacitación técnica y formación de alto nivel, para acrecentar su capital humano.
Para ello, el Estado invertirá un total de 16 millones de dólares en la capacitación de 12.000 jóvenes, con el fin de llegar a formar e insertar laboralmente en tres años a 40.000 jóvenes de escasos recursos, de entre 18 y 29 años, que hoy no están estudiando o que buscan trabajo.
Esta capacitación será licitada a instituciones de alto prestigio académico, la mayoría privadas, a las que se les encargará realizar un seguimiento de sus alumnos.
Pero la pregunta es si la capacitación que recibirán los jóvenes es la que necesita el sector productivo, y luego si habrá empresas que estén condiciones de emplearlos y pagar los sueldos. Actualmente, los salarios que se pagan a los jóvenes son los más bajos del mercado.
Se ha pedido a las empresas que definan en qué tipo de oficios está la demanda laboral y, además, se hará un estudio de mercado por sectores. También se mantendrá el subsidio a la contratación para las empresas, las que habitualmente no suelen ocupar todos los 4.000 cupos que ofrece anualmente el gobierno.
Las autoridades tienen expectativas de ofrecer una educación técnica de buen nivel a los jóvenes, aunque la mayoría de ellos subvaloran esta posibilidad y suelen soñar con la universidad.
Por el momento, no se prevé que el desempleo juvenil cambie en el corto plazo, debido a la postergada necesidad de flexibilizar el mercado laboral y a la negativa de sanear a las Pymes, a pesar del esfuerzo que llevan adelante la administración estatal.