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Pedro Cayuqueo, director del periodico Mapuche Azkintuwe

«Seguiremos trabajando con la misma convicción»

Fuentes: Indymedia Chile

Nueva Imperial queda a más de 90 kilómetros de Traiguén, pasando antes por las comunas de Temuco, Chol-Chol y Galvarino. Sin embargo, la distancia no fue un problema para los agentes policiales que viajaron hasta su casa con la orden de detenerlo. Eso, la mañana del pasado jueves 2 de junio. Pedro Cayuqueo tiene 29 […]

Nueva Imperial queda a más de 90 kilómetros de Traiguén, pasando antes por las comunas de Temuco, Chol-Chol y Galvarino. Sin embargo, la distancia no fue un problema para los agentes policiales que viajaron hasta su casa con la orden de detenerlo. Eso, la mañana del pasado jueves 2 de junio. Pedro Cayuqueo tiene 29 años, es periodista (con estudios en la Universidad de La Frontera) y el año 2003 fue uno de los fundadores del Periódico Azkintuwe. Hoy es su director y desde la trinchera de las comunicaciones informa al mundo lo que sucede con su pueblo, tanto en Chile como Argentina, porque, como dice el propio Cayuqueo, ya es hora que los estados y los propios mapuche entiendan que el Wallmapu, su territorio histórico, abarca no solo las regiones del sur de Chile, sino más bien desde el océano Pacífico hasta el Atlántico. El pasado 2 de junio, Cayuqueo fue detenido en su domicilio por agentes de civil que lo trasladaron hasta Traiguén. La orden emanó del Juzgado Mixto de dicha ciudad y guardaba relación con un antiguo proceso judicial en su contra y que , según nos declara, las autoridades «desempolvan» cada cierto tiempo a fin de obstaculizar tanto su trabajo como su libertad de movimiento.

Indymedia Chile conversó con Pedro Cayuqueo y estas fueron sus palabras.

– Pedro, cuéntanos como fue el momento de tu detención el día jueves.

PC: Bueno, supongo que el operativo fue como todos aquellos que se desarrollan en zonas urbanas, con agentes encubiertos, personal de civil, eso. No fue un operativo violento, no habían cientos de carabineros armados como sucede a menudo en las comunidades, donde generalmente los abusos llegan a ser indescriptibles y afectan a mujeres, niños, ancianos. Eran como las 8 de la mañana y dos sujetos de civil, de pelo largo, tocaron la puerta de mi casa, se identificaron como policías y me detuvieron.

– ¿Te mostraron alguna orden…?

PC: Si, yo les pedí que me mostraran la orden de arresto y estaba timbrada por el Juzgado Mixto de Traiguén. Yo no entendía mucho lo que pasaba, ya que tan solo dos días antes había estado uno de los miembros de Azkintuwe entregando en el tribunal un escrito a mi favor y preguntando por una solicitud de salida del país que había presentado, y a él nada le dijeron sobre la existencia de alguna orden de detención ni nada. Por eso no entendía mucho que sucedía, pero luego, cuando me llevaban trasladado a Traiguén y los policías comenzaron a explicarme el contenido de la orden, comprendí que el tribunal estaba decretando mi encarcelamiento.

– ¿Ellos te llevaron directo a Traiguén?

PC: No. Estuve como tres horas en una celda de la Tercera Comisaria de Imperial, esperando no sé que cosa, nunca me dijeron. A eso del medio día salió la comitiva rumbo a Traiguén, en unas camionetas sin distintivos policiales y donde me llevaron esposado. Fue un viaje largo, que hicieron siguiendo la ruta de Galvarino y con un operativo de seguridad a todas luces desproporcionado.

– ¿Que pasó contigo una vez en el Tribunal?

PC: Llegamos como a las 14 horas, justo cuando estaban cerrando la atención al público. Me llevaron donde una actuaria según tengo entendido, algo así como una secretaria del juzgado, quien se molestó mucho porque justo estabamos llegando en su hora de colación… eso fue muy gracioso. Disculpe que la moleste, le dije, pero si quiere vuelvo otro día… con muy mal humor ella me informó que todas mis peticiones para salir de Chile habían sido rechazadas y que debía cumplir 41 días de reclusión nocturna a partir de ese día. Además, me informó que debía pagar cuanto antes una multa pendiente al tribunal. Yo solicité hablar con la jueza y me dijeron que justo se había ido de vacaciones y que el juez subrogante estaba muy ocupado a esa hora. Luego ordenó a los policías me presentaran en la cárcel, donde fui prontuariado e ingresado al libro de estadísticas. Ya estaba listo para pasar mi primera noche en prisión.

– Pedro, ¿cuáles son concretamente los cargos en tu contra?

PC: Mira, esta es una historia antigua, aunque más parece un cuento de nunca acabar. El año 1999 fui detenido en Temulemu, mientras apoyaba las movilizaciones de varias comunidades por recuperar el Fundo Santa Rosa de Colpi. Fui detenido en febrero, luego dejado el libertad y vuelto a detener en mayo, cuando regresaba de Chile desde Suiza, país al cual viaje enviado en ese entonces por la Coordinadora Arauco-Malleco, organización a la cual pertenecía en esos años. Fue a mi regreso desde Ginebra cuando el ministro Archivaldo Loyola me procesó por encubrimiento de hurto y usurpación de tierras, en una redada que afecto ese año a numerosos militantes y dirigentes de aquella zona, entre ellos el propio lonko Pascual Pichún. Estuve dos semanas en la cárcel y luego dejado en libertad condicional, con orden de arraigo (prohibición de viajar fuera de Chile) y con la obligación de firmar una vez al mes en la Corte de Temuco. Asi estuve hasta el año 2003 esperando una condena…

– ¿Hasta el año 2003!?… son cinco años.

PC: Así es, cinco años esperando ser condenado y firmando. Y con mi libertad de movimiento restringida absolutamente. El caso es que el año 2003 el ministro finalmente dicta la condena, que después de diversas apelaciones quedó en 61 días de cárcel y el pago de 11 UTM. Como no tenía antecedentes penales anteriores y estaba en la universidad cursando periodismo, me dieron el beneficio de firmar mensualmente y por un año en la cárcel de Traiguén, más el pago de la multa. Eso estuve haciendo gran parte del año 2004. Falte algunos meses a firmar, pero fueron ausencias que luego justificamos con documentos ante el tribunal, ya sea por razones laborales, académicas o por estar fuera del país. Esta condena finalizaba el 23 de enero de 2005. Hoy el tribunal ha vuelto casi a fojas cero todo este proceso y ha ordenado mi encarcelamiento nocturno.

– Una declaración del Equipo del Periódico Azkintuwe señalaba que estabas solicitando un permiso para viajar a Canadá…

PC: Si, desde mediados de abril más o menos comencé a viajar a Traiguén, al tribunal, para tramitar un permiso judicial que me permitiera viajar a un encuentro de comunicadores y juventud indígena en Vancouver, al cual me habían invitado organizaciones indígenas de Norteamérica para el mes de junio. Creo haber estado como mínimo, unas 7 veces en el tribunal, hablando con la propia actuaria, quien me señaló en una ocasión que debía regularizar algunas situaciones de mi condena, por ejemplo, el pago de la multa y los meses que no había firmado el 2004. Todo eso lo hicimos en el mes de mayo, con el abogado Rodrigo Lillo presentamos documentos, escritos, todo lo que solicitaron. Finalmente, operó creo yo la intención de no permitir mi salida del país, pues cada una de las actuaciones del tribunal operaba en el sentido de obstaculizar mi viaje. Es una opinión personal, puedo estar equivocado, ya que como dicen la «justicia es ciega», pero creo que por tantas cosas que han pasado contra nosotros los mapuche, tenemos todo el derecho de sospechar.

– La declaración de Azkintuwe denunciaba una clara persecución política…

PC: Si, la leí y me parece que es una opinión legítima. Si un tribunal, haciendo uso de sus facultades legales y otros resquicios, obstaculiza al máximo la libertad de movimiento de un ciudadano por más de cinco años, sea mapuche o chileno, y esta persona solo esta acusada o condenada por una simple falta como lo es en Chile el «encubrimiento», me parece que algo extraño está sucediendo. Lo conversaba con un recluso anoche. El encubrimiento ni siquiera es un delito y por lo general nadie va a la cárcel por algo asi. Y más aun, nadie va a la cárcel por un delito así después de 7 años!!!!… después de 7 años de haber sido procesado y después de 2 años de haber sido condenado a firmar por 1 año… es algo surrealista. Es cierto que fui condenado por el sistema judicial antiguo, anterior a la Reforma Procesal Penal, y que se caracterizaba por su lentitud, pero por favor… si hasta un asesino estaría a estas alturas sin problemas caminando por las calles.

– Eso lo conversabas con tus compañeros de celda…

PC: Entre otras cosas… bueno, por lo general la gente que ha estado muchos años en prisión se vuelve con el tiempo experta en este tipo de materias… ya sabes, se trata en muchos casos de condenas injustas, de personas que no tuvieron acceso a una buena defensa y para quienes conocer estos detalles de la ley ese vuelve un acto de sobrevivencia. También para aquellos que han hecho del delito una forma de vida, por cierto. Son las realidades que tu encuentras en la cárcel y Traiguén no es la excepción.

– ¿Qué pasos se vienen ahora en tu defensa?

PC: Por lo pronto, el viernes se presentó un escrito en el tribunal pidiendo el traslado de mi condena a la cárcel de Nueva Imperial, que es donde vive mi familia y donde tenemos la sede del periódico Azkintuwe. Si bien la condena ya es injusta, es ilógico tener que estar cumpliéndola además a casi 90 kilómetros de la ciudad donde vivo, y que también tiene una cárcel donde supongo podría dormir. Eso solicitó el abogado el viernes y veremos que me dicen. Por otro lado, el lunes se interpondrá un recurso de apelación ante la Corte de Apelaciones de Temuco, que buscará dejar sin efecto esta determinación del tribunal y que la justicia me conceda mi libertad y nuevamente los beneficios que me han quitado. Ese recurso esperamos que también sea acogido y votado a favor por los ministros de la corte. Bueno, la esperanza es lo último que se pierde.

– ¿También van a solicitar te permitan viajar a Canadá?

PC: Se pedirá creo yo poner fin a la orden de arraigo que pesa sobre mi y que ya va por su séptimo año, un récord absoluto para alguien acusado de una simple falta de encubrimiento. Sobre el viaje a Canadá, no creo que pueda participar a estar alturas. Como Azkintuwe, como equipo de trabajo vamos a definir quién nos irá a representar ante este encuentro y las demás conferencias que estaban planificadas. Lo más probable es que viaje nuestro peñi Wladimir Painemal, quién es nuestro subdirector y a quien hasta el momento la justicia no le ha podido encontrar ninguna causal para impedirle salir de Chile. El estuvo hace poco de gira por el Puelmapu, en varias ciudades junto a hermanos de esa zona, presentando el Periódico y recabando información sobre los conflictos que allí existen con petroleras, mineras y magnates como Benetton. Creo que será la persona indicada para representarnos.

«Bienvenido a casa»

– Pedro, cuéntanos de tu reclusión… ¿en qué condiciones estás dentro?

PC: Estamos en un modulo con otros 17 reos, separados de la población penal. Por lo general, se trata de personas que están en la última etapa de sus condenas y han accedido al beneficio de la salida diaria o dominical. También hay algunos que han quebrantado condenas y están cumpliendo de esta forma, lo que técnicamente seria mi caso según el tribunal. Tenemos que llegar a las 22 horas, firmar un libro y pasar a la celda. Luego, a las 7 de la mañana, nos dejan salir. Ese es el régimen al que estamos todos sometidos en ese módulo.

– ¿ Y no has tenido problemas con alguien…?

PC: No, para nada. Como te decía, si bien la mayoría son convictos que han pasado muchos años «a la sombra», como dicen ellos, todos están con la mirada puesta en la calle. Son gente acogedora, nos fumamos unos cigarros antes de dormir y cada uno cuenta sus historias. Muchos de ellos son mapuches, por lo demás, campesinos que fueron acusados de robo, de abigeato, etc. Me llamó la atención que varios estaban cumpliendo condena por robo de madera a las forestales. Gente que a lo mucho sacaba leña desde los fundos para vender en el pueblo o calentar los huesos de sus familias en invierno. Todos ellos, desde sus pocos estudios, desde su apremiante necesidad económica, se vieron acusados por las empresas forestales y sus abogados ante la justicia.

– Justicia que obviamente los condenó…

PC: Obvio. En ese escenario, la mayoría fueron condenados y rematados sin contemplación. Algunos ni siquiera saben leer y dudo que les hayan leído siquiera sus derechos al detenerlos. La injusticia en esos casos es evidente. Si bien ellos no pertenecían a ninguna organización mapuche, ni reivindicaban grandes proclamas de autonomía o liberación nacional, creo que son tan presos políticos mapuche como nosotros. Son los presos olvidados por el movimiento y negados por el sistema. Y te aseguro que las cárceles de la región están repletas de hermanos como ellos, víctimas también del conflicto y de la situación de opresión que vive nuestro pueblo. No es casual que tanto ellos, como los presos políticos de Angol, por ejemplo, tengan como acusadores a la transnacional Forestal Mininco.

– En estos días, ¿has podido conversar con los lonkos Pascual Pichún y Aniceto Norin?

PC: Si, el día jueves, cuando me trajeron a la cárcel, pude conversar unos minutos con ellos. Se había corrido la voz entre los internos que llegaba otro «mapuche» y ellos habían ido a ver que pasaba. Cuando me vieron no pudimos evitar sonreír. Ambos estaban contentos de verme llegar… (risas). «Peñi Pedro, bienvenido a su casa», me dijo Pascual. Fue grato verlos y sus bromas me hicieron sentir que a pesar de todos los atropellos, el estado chileno no puede hacernos perder la capacidad de reírnos. Somos un pueblo alegre y esa alegría creo también es un poderoso símbolo de resistencia frente a quienes quieren quebrarnos, hacernos perder la esperanza. Bueno, fue como decía el peñi Pascual, como volver a casa, ya que ambos habíamos estado presos el año 1999 precisamente en ese módulo donde alojan hoy los «nocturnos», que es como una casa, de madera, una cosa extraña dentro de esa mole de cemento y barrotes.

– Por las noches habrás podido estar con ellos…

PC: No. Como te decía, ellos están en otro sector. Y su régimen de encierro es distinto al nuestro. Así que no nos vemos por la noche. Cuando hablamos el jueves habíamos quedado de juntarnos en el día, que yo pidiera permiso para visitarlos, pero no me dejaron. Hoy sábado pienso regresar temprano para verlos y tomar unos mates. Ellos deben partir la próxima semana para Temuco, para el segundo juicio en su contra por «asociación ilícita terrorista», en el marco del proceso contra la CAM. Ellos calculan que estarán al menos un mes en Temuco, mientras dure este nuevo e injusto juicio oral en su contra.

– ¿Qué opinan al respecto?

PC: Están tranquilos, aunque obviamente tienen poca confianza en la justicia. El peñi Aniceto me decía que esperan que la gente los acompañe, que la gente se movilice, vaya a verlos al tribunal, que eso los ayuda mucho para sentirse fuertes, acompañados. Ellos sienten que es importante que la gente se manifieste, que el Estado entienda que se trata no de un juicio contra dos o diez comuneros y dirigentes, sino que es un juicio contra todo el Pueblo Mapuche. Ellos tienen mucho interés en que su caso sirva para denunciar al estado chileno ante organismos internacionales, además. El peñi Pascual me comentaba que cada vez que alguien llama a la cárcel desde el extranjero o cada vez que alguien los visita aquí en Traiguén, eso les ayuda mucho. Para subir la moral, para sentirse respaldados, para ganar mayor respeto entre los propios internos y el personal de gendarmería, que entiende que ellos son reconocidos como líderes de un pueblo. Esa solidaridad, mapuche y no mapuche, debiera existir siempre y para todos los presos políticos que hoy están en Concepción, Cañete, Angol y aquí en Traiguén.

– Imaginamos que el nuevo número de Azkintuwe traerá algo al respecto.

PC: Si, vendrá un articulo especial sobre los lonkos, que escribió Mauricio Buendia, uno de los redactores del equipo. Eso si, no sabemos cuándo estará disponible esta edición. Estamos por ahora tratando de juntar el dinero para enviarla a imprenta. A pesar de las historias que me vinculan con el supuesto Rey de la Araucanía y que hablan de miles de dólares en mi cuenta bancaria, lo cierto es que nosotros nos sacamos la mugre para publicar cada número del Azkintuwe. La gente que nos conoce realmente, lo sabe. Muchos nos hemos endeudado en este asunto, pero lo hacemos porque tenemos la convicción que es un camino a seguir y esperamos que la gente nos apoye, porque nuestro trabajo informativo y político apunta a toda nuestra gente, a todas aquellas organizaciones que asumen una posición autonomista y nacionalitaria. Sin distinción.

– Quizás el Rey pueda pagar la multa que pesa sobre ti… (risas).

PC: (Risas)… Si, capaz, aunque entiendo que es un simple profesor francés que vive de su jubilación. Hablando en serio, esas historias son voladores de luces, ataques gratuitos que ni siquiera nos molestamos en responder públicamente, al contrario, nos causan mucha risa. Pero como decía el Quijote a Sancho, hay que dejar que los perros ladren. Es una clara señal de que vamos avanzando. Y el que se sienta identificado, pues que se ponga el poncho y deje de molestar. Nosotros seguiremos trabajando en Azkintuwe con la misma convicción, con el mismo profesionalismo, compromiso político y respeto hacia nuestra gente que nos ha caracterizado en estos primeros dos años, independiente de las organizaciones y sus conflictos internos. Apostamos por la comunicación, el periodismo y la reflexión política e intelectual. Es el camino que hemos elegido y lo vamos a recorrer hasta el final.