Ha sido el grito ahogado y persistente de nosotros los líderes de las comunidades olvidadas del país, azotadas por la violencia, la pobreza, la exclusión y hoy sometidas a persecución y a asesinatos sistemáticos con tendencias genocidas. La caricaturesca actuación del Estado, la indolencia de la sociedad y la impunidad de la justicia, hace imperativo […]
Ha sido el grito ahogado y persistente de nosotros los líderes de las comunidades olvidadas del país, azotadas por la violencia, la pobreza, la exclusión y hoy sometidas a persecución y a asesinatos sistemáticos con tendencias genocidas.
La caricaturesca actuación del Estado, la indolencia de la sociedad y la impunidad de la justicia, hace imperativo el acompañamiento y presión de la Comunidad Internacional para evitar que nuevamente se ahogue en ríos de sangre la oportunidad histórica de construir Paz Territorial que nosotros materializamos.
Hemos sido olvidados por el Estado y la sociedad mantiene una cruel indiferencia que legitima y envalentona a los cultores del odio, facilitando sus perversas pretensiones genocidas.
Mediante sofismas y argucias, se pretende enmarcar la despreciable ola de asesinatos de líderes sociales y políticos, en la falsa disyuntiva de si hay sistematicidad. No podemos caer en el juego de esa falsa disyuntiva que busca distraer y encubrir una realidad que no admite maquillajes. Fuerzas oscuras, opositoras del proceso de paz, enemigos de la paz, declarados unos y encubiertos otros, buscan cortar de un tajo la esperanza y la ilusión de paz y reconciliación sembrada por la finalización de la guerra con las Farc y meternos nuevamente en el callejón sin salida de un genocidio político y social.
Resulta contradictorio pretender avanzar hacia la construcción de paz, que implica democratización y garantías de los derechos fundamentales, especialmente el derecho a la vida, al tiempo que se tolera un deterioro generalizado de la situación de derechos humanos donde la ocurrencia regular de los asesinatos es indiscutible, aberrante y aplastante.
No puede ser que la paz se haya hecho para perpetuar la indolencia histórica hacia los liderazgos azotados por fuerzas perversas. Los asesinatos de nosotros los líderes sociales han sido invisibles a lo largo del conflicto. Se ha hecho todo lo posible por ocultar la violencia sistemática contra nosotros, al punto que el CNMH no los menciona en su principal documento, el informe «Basta Ya».
Nosotros los líderes de las comunidades de la Colombia profunda en medio de la guerra levantamos la bandera de la solución negociada y política del conflicto como única forma de acabar con las hostilidades y así buscar un país distinto. Alcanzado este propósito con la superación de la guerra con las Farc, ante la posibilidad histórica de construir paz, democracia y Estado, en los territorios se desata esta brutal ola de asesinatos con pretensiones genocidas.
La superación de la guerra con las Farc disminuyó la tasa general de homicidios, pero, desafortunadamente, esa tasa se disparó y reorientó focalizadamente en nosotros los líderes sociales campesinos, comunitarios, dignatarios de juntas de acción comunal e indígenas en zonas rurales. ¿Hoy también permitiremos que nos invisibilicen? Según Somos Defensores, en 2013 78 líderes fueron asesinados; en 2014 55; en 2015 63, en 2016 80, en 2017 más de 100 y, en apenas tres meses del 2018 ya se registran 45 casos!! Una situación aberrante.
Nosotros los líderes y lideresas sociales hemos enfrentado en los territorios a poderes económicos y políticos, locales y regionales que se han alimentado de la violencia y de las instituciones surgidas a raíz de la guerra; representan la democratización a la que le tienen pánico fuerzas y sectores estatales y privados porque sus denuncias tocan nervios, sacan injusticias a la luz y pueden afectar el poder establecido. Estamos entonces, ante una estrategia anticipada de los poderosos para evitar que se reconfigure el poder local y regional, para mantener las estructuras de guerra, control y violencia.
La coyuntura alerta, una vez más, sobre la incapacidad del Estado para cumplir uno de los elementos centrales del Acuerdo Final de Paz: proscribir la violencia como solución de los conflictos. ¿Suscribió el Estado un acuerdo que no tiene la intención de cumplir? ¿Se va a mantener en Colombia la perversa combinación de magnicidios y ola genocida de asesinatos como mecanismos de dominación? ¿Pretenden perpetuar la violencia y mantener pomposa e hipócritamente discursos sobre la paz? ¿La paz que conciben es la paz de los sepulcros? ¿insisten en producir miedo en los grandes centros urbanos y terror en el mundo rural?
Nos preguntamos ¿Si en los últimos dos años hubieran sido asesinados 127 altos ejecutivos de multinacionales con presencia en el país, el problema se hubiera enfrentado con anuncios, más anuncios, descalificaciones, estigmatización y preparación de nuevos anuncios? ¿Si hubieran sido asesinados 127 personas del 1% que concentra el 80% de los ingresos y las propiedades del país, se hubiera respondido con anuncios, descalificación, y sospecha sobre dichos propietarios víctimas? ¿Si hubieran sido asesinados 127 representantes de los conglomerados y gremios económicos se hubiera presentado con descalificación y señalamientos? ¿Si hubieran sido asesinados 127 altos oficiales de la Fuerza Pública, se hubiera tratado el asunto con desidia, indolencia e impunidad?
¿Debe tolerar una sociedad preocupada por la construcción de democracia y la convivencia social y política, el asesinato de hombres y mujeres cuyo único crimen es representar los intereses de las comunidades, ser articuladores de redes sociales que encarnan la potencialidad para la construcción de desarrollo, democracia y Estado en los territorios? ¿Puede darse esta sociedad, el lujo de contemplar indolente el exterminio de los liderazgos sociales y comunitarios que dan ejemplo de participación, autogestión, solidaridad? uno de sus mayores baluartes.
¿Puede el Estado Colombiano darse el lujo de permitir la impunidad de los gestores comunitarios de paz, aún después de haber logrado el mejor Acuerdo de Paz de la historia de la humanidad?
Resulta doloroso perder la riqueza social y política de los procesos territoriales, pues somos los líderes, defensores y voceros de las comunidades, los pilares fundamentales para construir una paz viable y sostenible. Sin liderazgos sociales no hay democracia territorial posible. Es así que la violencia selectiva contra nosotros no representa solo una tragedia humanitaria: es un atentado directo contra los sueños de todos los colombianos. La sociedad, el Estado, la Comunidad Internacional no pueden permitir que un nuevo genocidio tiña el siglo XXI de los colombianos.
Señores aspirantes a la presidencia de Colombia: ¿Cómo nos van a proteger?
Firmamos
Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra
Agencia Prensa Rural
Asociación Campesina de San José de Apartadó ACASA
Corporación para La Paz y el Desarrollo Social -CORPADES
Agencia de Prensa Análisis Urbano
Asociación de Vivienda EMECE
Asociación de víctimas y Sobrevivientes del Nordeste Antioqueños- ASOVISNA
Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos -CSPP Seccional Antioquia
Asociación Campesina del Norte de Antioquia- ASCNA
Comité Permanente de Derechos Humanos Héctor Abad Gómez -CPDH
Asociación Campesina de Antioquia-ACA
Asociación Campesina del Bajo Cauca -ASOCBAC
Corporación Gustavo Marulanda
Corporacion Cultural para el desarrollo Arlequin y los Juglares
Corporacion Area Artistica y Cultural de Medellin
Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño (Cahucopana)
Comité Regional de Derechos Humanos CREDHOS
Grupo Interdisciplinario de Derechos Humanos GIDH
Comité de Derechos Humanos Jesús María Valle Jaramillo
Mesa Ecuménica Medellin
Asociación Campesina de San Andres de Cuerquia
Asociación Campesina de Yolombo-ASOCAYO
Fundación Campesina del Oriente
Colectivo independiente de maestros alternativos-CIMA
Asociación de Trabajadores Campesinos de Bolívar-ASTRACBOL
Asociación de Trabajadores Campesinos de Sucre-ASTRASUCRE
Asociación de Trabajadores Campesinos Municipio de Argelia-ASCAMTA
Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria-FENSUAGRO
Asociación Campesina para el desarrollo del Alto Sinú – ASODECAS
Asociación Campesina del Sur de Córdoba- ASCSUCOR
Asociación Campesina y Agraria Popular de Córdoba-ASOCAPOCOR
Fundación Cordobexia
Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Tebaida – SINTRATEBAIDA
Sindicato de Trabajadores del Agro Movimiento Sin Tierra
Semilla y Memoria
Asociación Agroecológica Guaraní – ASOGUARANI
Semillas de Conciencia
Corporación Paz Siempre
Organizaciones Campesinas de Población Desplazada – OPDS Montes de María
Asociación de Trabajadores Campesinos del Huila (ATCH)
Comité de Impulso Zona de Reserva Campesina -SINPEAGRICUN Cabrera – Asojuntas
Asociación campesina de pequeños medianos productores de rio cafre- AGROCAFRE
Asociación campesina para la agricultura agroecológica y el comercio justo en la cuenca del rio Güejar- AGROGUEJAR
Asociación de Trabajadores Campesinos Santana Ramos-Caquetá
Comité permanente para la defensa de los derechos humanos-Caquetá
Asociación Campesina Cordilleras de los municipios de Montañita, Florencia, Paujil y Doncello (ACOMFLOPAD)
Asociación Campesina de Inzá – Tierradentro -ACIT
Corporación Agraria de Productores Agropecuarios- CORPO APRODED
Asociación Agroambiental del Norte del Tolima-ASOAGROAMBIENTAL
Asociación de minero desplazados-ASOMIND
Asociación de hermandades agroecológica y mineras de Guamocó-AHERAMIGUA
Asociación de víctimas del conflicto armado del corregimiento de Buenavista-ASODECOD
Asociación de la Zona de Reserva Campesina de Morales y Arenal Sur de Bolívar- AZOCAMSUR
Fundación regional manos unidad
Asociación de productores agropecuarios de la zona alta del municipio de San Pablo Bolívar-ASOCAZUL
Asociación víctimas de crimines de estado- ASORVIMM
Mujeres y Hombre diversos-MHD
Asociación campesina del Catatumbo-ASCAMCAT
Mesa de desplazados de Norte de Santander-ASVICAR
Asociación de víctimas del conflicto armado
Asociación de afrodescendientes del Tibú-AFRODETI
Colectivo camaleón diverso
Colectivo policarpa salavarríeta Cucutilla
Asociación de desplazados de Municipio de ASODEMUC
Asociación de familias Zulianas-ASOFAZUL
AZOALIANZA
Paz y futuro
Fundación 11 hechos victimizantes desaparición forzada F.O.H.V
Asociación la banqueada de Sardinata metropolitana
Asociación de víctimas del área -AVAMECUC
ASOBANSAR
Asociación florecer Pamplonita-ASOFLORECER
Asociación de mujeres víctimas del conflicto armado-AMUVICAR.C
Asociación de prosperidad Colombia Uno
Mesa de victimas del Municipio de Convención
Mesa de victimas del Municipio de Tibú
Mesa de victimas del Municipio de Cucutilla
Juventud Rebelde Norte de Santander-JURE
Fuente original: https://prensarural.org/spip/spip.php?article22932