En Colombia ha sido histórico que el campesinado se movilice por la tener la tierra y trabajarla con fines populares. Agricultura orgánica, producción de alimentos, comercialización en redes locales, junto al despliegue de dinámicas sociales y políticas alrededor de la tierra, cuyo proceso crea otro tipo de relacionamiento entre las personas, con la naturaleza y […]
En Colombia ha sido histórico que el campesinado se movilice por la tener la tierra y trabajarla con fines populares. Agricultura orgánica, producción de alimentos, comercialización en redes locales, junto al despliegue de dinámicas sociales y políticas alrededor de la tierra, cuyo proceso crea otro tipo de relacionamiento entre las personas, con la naturaleza y con el resto de comunidades. Es decir, se construye territorio.
Evidenciar las experiencias de esta dinámica son tan variadas y extensas que amerita un trabajo exclusivo para esa investigación. En este artículo, podríamos mencionar por ejemplo el proceso de colonización campesina en los llanos colombianos a partir de los años 50 y 60, lo que desembocó en la consolidación de cooperativas y asociaciones campesinas con objetivos comunes de vida digna y movilización social contra el Estado (1). En el centro del país, se resalta el asentamiento de comunidades campesinas en el Tolima a raíz de la guerra declarada por el gobierno de Rojas Pinilla, viéndose obligados a conformar gobierno propio y cuerpos armados de protección (2). Estas dos experiencias exponen la conformación de un sujeto social relacionado con el campo, sin ser indígena o afrodescendiente.
Hoy en día, el campesinado no deja desaparecer su tradición de lucha social por la tierra. Existen organizaciones sociales campesinas que trabajan, organizan y movilizan por el territorio. Asientan lugares propios, donde la cultura, valores, relaciones sociales, prácticas colectivas, instituciones legitimas, modelo de democracia se instalan en la cotidianidad, delimitando un espacio geográfico donde reproducen la vida. este tipo de construcción de territorio, genera unas dinámicas propias, diferenciadas de sectores como el obrero-sindical, estudiantil, LGTBI, etc. El convivir en el campo, lejos o cerca de la ciudad, es un rasgo característico primario, pero no el único, pues en materia de organización el método asambleario donde participa la comunidad bajo el reconocimiento horizontal y respeto de la diferencia canalizando esto en la deliberación y búsqueda de acuerdos comunes, define el cómo construir comunidad.
Así mismo, el ámbito cultural y económico también definen a este sector con una identidad que se aparta de otras, sin desconocer las hibridaciones con otras comunidades que no habitan el campo. En la economía esencialmente se busca un relacionamiento directo con el consumidor de los alimentos cosechados, a través de mercados organizados en veredas, pueblos o barrios, donde la producción se expone y comercializa dentro del diálogo con el consumidor. Así mismo, la reivindicación de desaparecer la intermediación de terceros en la comercialización, esta presente también en el trabajo productivo campesino. Aquí se articula el uso de insumos orgánicos en la agricultura, como también métodos autosuficientes en la finca cuando se diversifica el cultivo, por ejemplo, en una finca X se cultiva el cacao principalmente para la fabricación de chocolate cuya totalidad de hectáreas se dispone para esta semilla, pero en esas mismas hectáreas se distribuyen otros alimentos a menor escala con la finalidad de suplir el alimento de la familia, como el plátano, yuca, frutos entre otros. Esto en el ámbito económico permite solucionar en parte la alimentación de la familia y disminuir el desgaste de la tierra.
Ahora bien, con la mención del alimento se desprende el aporte sustancial a la humanidad como campesinado, pues el dedicar la vida para producir el alimento mundial es un rasgo fundamental del sector porque forja un individuo que recrea la solidaridad hacia el otro (población mundial) al tiempo que cuida la naturaleza buscando un equilibrio entre su agricultura diversificada con los ciclos naturales del territorio y el mundo. Esto claramente va en contra vía del individuo individualista y consumista que crea la modernidad-colonialidad, que sin ser consciente del fin destructivo de las multinacionales (y del modelo) se provee de sus productos socavando la vida planetaria. (3)
Los Territorios Campesinos Agroalimentarios como figura organizativa, política y productiva del mundo rural
En aras de cimentar institucionalmente el ser campesino, la cultura propia, su economía y la canalización de un modelo de sociedad desde el sector, algunos territorios de Colombia han establecido la figura del Territorio Campesino Agroalimentario (TECA)(4) para delimitar un lugar especifico que la comunidad comparte, llevando a cabo allí el plan de vida común, que contiene los rasgos arriba expuestos. Pero además, la posibilidad de buscar las garantías de los derechos de los campesinos frente al Estado, el ordenamiento territorial en aras de dirimir los conflictos por el acceso a la tierra y su distribución, más la decisión autónoma de ¿qué hacer con el territorio, sus riquezas naturales, el agua, las especies naturales, etc.? Es una iniciativa que recrea la tradición campesina colombiana de tener y defender la tierra, para la producción y reproducción de la comunidad campesina bajo un gobierno propio comunitario.
Entonces, se despliega el ámbito social-cultural, político-comunitario y productivo-ambiental (5) desde la participación de las familias campesinas, en pleno ejercicio autónomo comienzan a crear puentes con la institucionalidad local y regional en representación de esta figura organizativa (legitima) para la elaboración de programas integrales de desarrollo u otro tipo de planes que promuevan la inversión apropiada de los recursos públicos y el bienestar de las comunidades rurales y urbanas, pero el diálogo sobre pasa también la localidad para ir hasta el Estado, quien sustenta una estrecha relación con el sector privado y transnacional, con el fin de llegar a acuerdos comunes para también encontrar el bienestar de las personas, sin embargo este diálogo se tensiona a tal punto que la movilización se aplica por parte del campesinado sacando a la luz conflictos sociales del modelo neoliberal con la sociedad.
Al igual que el reconocimiento de los pueblos indígenas y afrodescendientes, como sujetos y comunidades, el sector campesino busca por múltiples vías su reconocimiento ante el régimen legal y político, para potenciar su importante y vital aporte a la humanidad de producir alimentos y preservar la naturaleza. Pero aun, hay mucho camino por recorrer y conflictos por resolver para llegar a ese estado de reconocimiento y goce pleno de derechos, por lo pronto se afianzan este tipo de propuestas sociales, culturales, políticas, comunitarias y ambientales en los territorios, sin desconocer los avances de otras comunidades.
Notas
(1) Castillo, Wilmar (2017). El territorio de Arauca es una apuesta por la vida. Revista Mexicana de Comunicación. N. 141
(2) Buitrago, José del Carmen (2006). Guerrilleros, campesinos y política en el Sumapaz: el Frente Democrático de Liberación Nacional 1953-1956. Universidad del Tolima.
(3) Entrevista al líder campesino del Comité de Integración del Macizo Colombiano -CIMA-.
(4) Proclamación del primer Territorio Campesino Agroalimentario en el Norte de Nariño y sur del Cauca.
Declaración del Territorio Campesino Agroalimentario Vida y Soberanía Popular. Consultado en https://cnagrario.org/2017/11/
Declaración del Territorio Campesino Agroalimentario del Pie de monte Araucano. Consultado en https://cnagrario.org/2017/11/
(5) ELEMENTOS CONCEPTUALES PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL ENFOQUE POLÍTICO DE LA TERRITORIALIDAD CAMPESINA ALIMENTARIA. Consultado en https://www.cna-colombia.org/c
Wilmar Harley Castillo Amorocho, Secretaría de Comunicación y Formación del Coordinador Nacional Agrario.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.