La marcha por el fin del sistema de AFPs de esta semana movilizó a miles y miles de personas, familias y organizaciones, a lo largo de todo Chile. La consigna fue sencilla y directa: No + AFP, logrando interpelar y producir sentido a todas y todos los trabajadores, pero también a las y los estudiantes […]
La marcha por el fin del sistema de AFPs de esta semana movilizó a miles y miles de personas, familias y organizaciones, a lo largo de todo Chile. La consigna fue sencilla y directa: No + AFP, logrando interpelar y producir sentido a todas y todos los trabajadores, pero también a las y los estudiantes e incluso, en un hermoso fenómeno de pedagogía popular, a las niñas y niños de nuestro país.
El debate público, y de técnicos como los realizados por la Fundación SOL, esta logrando hacer reconocer lo perjudicial e injusto que es el reparto individual, privado y obligatorio; además, se ha hecho evidente que los operadores políticos y cuadros técnicos de la Nueva Mayoría y de Chile Vamos han sido cooptados y clientelizados por los intereses privados de la oligarquía empresarial; asimismo, se ha demostrado «que 31 mil millones de dólares de las AFP están en el Sistema Bancario, $6.500 millones al Grupo Luksic y $4.500 al Grupo Matte», entre otros datos de vergonzosa desigualdad [1] .
A esto se agrega el caso de las pensiones abultadas en Gendarmería, y el alza a más de 5 millones de pesos de la jubilación de la esposa del Diputado del Partido Socialista, Presidente de la Cámara de Diputados y operador político Osvaldo Andrade.
Por lo demás, el Estado sigue inyectando altos recursos en el sistema privado de AFPs, donde cada 100 pesos que gana la AFP, 56 los aporta el Estado, mostrando una vez más su práctica de enriquecer al gran empresariado financiero. Conjuntamente, las ganancias de las AFP llegan al 30%, mientras que de los afiliados sólo al 4%.
La propuesta del Gobierno de la Nueva Mayoría de crear una AFP estatal expresa una vez más su carácter conservados y de políticas neoliberales, puesto que se sabe que lo único que podría hacer más justo el sistema de previsión es la transformación misma del sistema instaurado en dictadura, por uno mixto y solidario.
A todo esto hay que agregar un elemento histórico: la ausencia absoluta que hubo en la Marcha No + AFP de los partidos Socialista y Comunista. Esto demuestra que estos partidos (el primero que ha cambiado su ideología hacia posiciones absolutamente liberales y el segundo a posiciones socialdemócratas) hoy día ya han terminado de echar por la borda su rol histórico en Chile, abandonando por completo las herencias de Allende y Recabarren y los intereses de los trabajadores.
En vez de marchar con el pueblo chileno, el PS y el PC se han volcado a impulsar un proceso constituyente que sólo busca mantener la gobernabilidad, apaciguar los movimientos sociales y sanear el resquebrajamiento del modelo neoliberal, mostrando con ello una herencia alessandrista y gatopardista: repetir una constitución como la de 1925 que no era sino una forma de usurpar el poder constituyente del pueblo.
Por eso vimos en la multitudinaria marcha, diversas banderas de nuevos referentes políticos o movimientos sociales, que aglutinan a activistas y militantes que están hartos de una elite, un establishment, una clase política corrupta y clientelizada por la oligarquía empresarial, que financia sus campañas y partidos para asegurar la reproducción del sistema neoliberal.
Pero esta alianza político-empresarial y su constitución en casta, ya se ha puesto en evidencia, y no le queda más que afrontar su decadencia. Pero antes de dejarse morir, impulsará con mayor empeño la cooptación burocrática y el clientelismo de los votantes (como la que se ve en el seudo-proceso constituyente o la incorporación del Partido Comunista al Gobierno).
Para enfrentar los intentos de la casta política por desmovilizar a la ciudadanía, los nuevos referentes políticos y movimientos sociales, tienen la obligación de crear mayor unidad y complementariedad entre las distintas demandas, por educación gratuita y publica, un sistema de previsión social mixto y solidario, reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, una Asamblea Constituyente popular y soberana, una transformación radical de leyes como las de Aguas y Glaciares, así como otra serie de demandas democráticas y nacionales.
Ante el resquebrajamiento del régimen político y el sistema socioeconómico, la tarea consiste en crear un proyecto de mayorías, centrado en la transformación radical del modelo neoliberal, y la construcción de un pueblo que supere el individualismo, el consumismo y los valores de la actual sociedad. Que miles de chilenas y chilenos marcharan a lo largo de todo el país por un sistema de previsión solidario, muestra esa voluntad de crear nuevos valores.
El significado político más profundo de la marcha por no más AFPs, es haber dibujado una frontera clara entre, por un lado, los partidos del orden, la casta política, agrupados en la Nueva Mayoría y en Chile Vamos, y por otro, cada vez más alejados de ellos, los intereses del pueblo, ciudadano y trabajador.
[1] Marco Kremerman: «Nuestra propuesta no es ir al pasado, sino generar un sistema real de reparto intergeneracional con aporte tripartito», en http://www.rebelion.org/
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