A través de un Decreto Supremo, Sebastián Piñera autorizó a Codelco a traspasar el 66% del yacimiento Inca de Oro a la empresa australiana PanAust, la que aportará 55,3 millones de dólares a la nueva sociedad. De esta manera inconsulta, se sigue privatizando el principal patrimonio del país, y traicionando la voluntad popular, manifestada en […]
A través de un Decreto Supremo, Sebastián Piñera autorizó a Codelco a traspasar el 66% del yacimiento Inca de Oro a la empresa australiana PanAust, la que aportará 55,3 millones de dólares a la nueva sociedad. De esta manera inconsulta, se sigue privatizando el principal patrimonio del país, y traicionando la voluntad popular, manifestada en la unanimidad parlamentaria que aprobó la nacionalización del cobre, el 11 de julio de 1971.
Un estudio de prefactibilidad confirmó que el yacimiento puede producir alrededor de 50.000 toneladas de cobre fino y 40.000 onzas de oro anuales.
El comunicado de Codelco pretexta que «este nivel de producción está bajo el rango de operación de los yacimientos de la Gran Minería que opera Codelco».
Pero lo que no dice Codelco es que la comunidad de Diego de Almagro, donde se ubica el mineral, encabezada por su alcalde, Isaías Zavala, le solicitó algún tipo de asociación con el fin de explotar en conjunto Inca de Oro, como una manera de paliar el desastre económico que dejará en la zona la paralización por agotamiento del mineral de El Salvador.
En consecuencia, la firma del decreto supremo y el jubiloso comunicado de Codelco emplican dos cosas: a) la negativa de Codelco a la solicitud de la comunidad de Diego de Almagro y b) la opción de «la estatal», como dicen los siúticos, por la rentabilidad de una empresa transnacional, en lugar de los intereses de los habitantes de la región.
Y como es lógico, la sociedad australiana PanAust recibió con euforia la aprobación final para adquirir la participación mayoritaria en el proyecto Inca de Oro, de propiedad de Codelco:
«Estamos muy contentos de que se dictara el decreto presidencial, y ahora podremos avanzar rápidamente para terminar el estudio de factibilidad para el Proyecto Inca de Oro, con el objetivo de comenzar su desarrollo el año 2012», dijo el director ejecutivo de PanAust, Gary Stafford.
Era que no. La firma australiana destacó que esta adquisición concuerda con su estrategia corporativa de crecimiento y representa una excelente oportunidad para establecer un negocio en una de las regiones mineras de cobre más atractivas del mundo.
Para no ser menos, Diego Hernández, Presidente Ejecutivo de Codelco, también manifestó su alegría por el arreglín de bigotes:
«Quiero agradecer la disponibilidad de PanAust de escuchar nuestros puntos de vista, conocer la información y, finalmente, acceder a este acuerdo, que es un buen acuerdo para ambas partes, las que vamos a ser socios en el desarrollo de Inca de Oro. Este entendimiento nos beneficia a todos y especialmente a los habitantes de la tercera región, que tendrán una nueva fuente de ingresos y de generación de puestos de trabajo».
Una nueva impostura. El señor Hernández omite que la actividad que genera el 15% del PIB, y representa cerca del 60% de las exportaciones totales del país, le da trabajo a menos del 1% de la fuerza de trabajo.
El proceso se realizó en conformidad con lo establecido en la Ley 19.137 que permite a la empresa estatal asociarse con terceros para el desarrollo de proyectos mineros.
Para dejar establecidas las responsabilidades ante la historia, cabe señalar que esta ley fue promulgada el 6 de mayo de 1992, durante el gobierno de Aylwin, y fue firmado, aparte del mismo Aylwin, por los entonces ministros de Hacienda, Alejandro Foxley; de Minería, Juan Hamilton, y el subsecretario de Minería, Iván Valenzuela.
En virtud de ella, en 1994 se vendió El Abra, y posteriormente se traspasaron más de 300 mil hectáreas de pertenencias mineras de Codelco a empresas extranjeras, pero sin que Codelco recibiera un solo dólar por su traspaso.
La práctica ha demostrado que El Abra ha sido un pésimo negocio para Codelco, y en función de ello, se podría concluir que estos señores no aprenden nada.
Pero, de otro lado, no tienen nada que aprender. Hace rato que una suerte de pacto implícito de la oligarquía con la tecnocracia decidió privatizar Codelco, y como no puede hacerlo a cara descubierta, aprovecha cada oportunidad como esta, o como la reciente privatización total de Edelnor.
Lo pagarán en el juicio de la historia, porque por ahora, el estado de catalepsia colectiva en que está sumida la mayoría de los chilenos, les permite avanzar en esta gran operación de privatización encubierta, casi sin costos.
Cobre y oro
Inca de Oro es un yacimiento que contiene recursos de cobre y oro, equivalentes a 259 millones de toneladas, con una ley de mineral de 0,46% de cobre y 0,13 g/t de oro.
Un estudio de prefactibilidad, recientemente realizado por Codelco, confirmó el potencial que tiene el yacimiento para la explotación a rajo abierto convencional y una operación de flotación para producir aproximadamente 50.000 toneladas de cobre fino y 40.000 onzas de oro anuales, sobre diez años de vida de la mina, con un costo competitivo.
PanAust, con una inversión de US$ 55,3 millones, quedará con un 66% de participación en Inca de Oro S.A. y Codelco mantendrá un 34% de participación.
Además, se ha acordado que Inca de Oro S.A. pagará un royalty a Codelco sobre los retornos netos de fundición generados por el Proyecto Inca de Oro, con un tope de US$30 millones, en dólares de 2010.
La firma australiana destacó que esta adquisición concuerda con su estrategia corporativa de crecimiento y representa una excelente oportunidad para establecer un negocio en una de las regiones mineras de cobre más atractivas del mundo.
Loa australianos, felices con el regalo. Pero de la gente de El Salvador y Diego de Almagro ¿qué?
Tanto va el cántaro…
Esta no es la primera vez que se intenta vender Inca de Oro a PanAust.
En la primera oportunidad en marzo de 2010, Codelco colocó una postura mínima de US$ 150 millones. Pero, aún así, el negocio era tan aberrante, que el senador de Renovación Nacional, Baldo Prokurica, solicitó una investigación a fondo por parte de los ministerios de Minería y de Hacienda, por considerar «inaceptables» los términos de la transacción.
En la oportunidad, Prokurica recordó que en julio de 2008 Codelco aprobó iniciar la búsqueda de un socio para desarrollar el proyecto Inca de Oro, en la provincia de Chañaral, del que licitaría el 66%, siendo la postura mínima 150 millones de dólares. No obstante, dicha licitación, a principios del 2009 fue declarada desierta, a la espera de la recuperación de los mercados internacionales.
Sin embargo, agregó, en febrero de 2010 la empresa australiana PanAust Limited presentó a la cuprífera estatal una oferta vinculante de 46 millones de dólares, con el objeto de adquirir este 66 % de la participación accionaria de la sociedad Inca de Oro S.A., oferta que fue aprobada por el directorio de la estatal el 25 de febrero de ese año.
Pero lo que es más preocupante, dijo Prokurica, es la forma de pago pactada, pues sólo 15 millones de dólares se cancelarían al contado, mientras que el resto se haría en estudios:
«Curiosa forma de hacer negocio con el patrimonio del Estado. Esta situación es preocupante, pues proyectos mineros similares en estado de estudios y reservas han sido vendidos en diez veces el valor de la enajenación de Inca de Oro. Y lo peor de esto es que esta operación se hace a ocho días del término de un Gobierno».
A mayor abundamiento, el senador Prokurica añadió:
«Me parece que el mínimo de respeto que un Gobierno que se está terminando es esperar que el Gobierno que viene tome decisiones de este nivel. Y si se hace un negocio por 15 millones de dólares al contado de un yacimiento de 350 millones de toneladas, en lo que hasta ahora ha sido la prospección de Inca de Oro, a mí me parece francamente inaceptable».
Agregó que la concreción de esta operación queda sujeta a la aprobación del Presidente de la República, mediante la dictación de un decreto supremo que permite a Codelco la asociación con terceros de acuerdo a la normativa vigente.
«Decreto que hasta la fecha y de acuerdo a los registros del Diario Oficial, aún no se ha publicado», advirtió.
Por ello, solicitó que los ministerios de Minería y de Hacienda «revisen esta situación y este negocio y recomienden al Presidente de la República no aprobar el acuerdo del directorio de Codelco, pues claramente, a mi juicio, es perjudicial, no solo para la empresa sino para todo el país».
Pues bien, justo un año después, Piñera expide el Decreto Supremo que oficializa la transacción, en términos aún más lesivos para el interés nacional.
Mientras los chilenos permanezcan en estado catatónico, seguiremos condenados a observar con impotencia estos vergonzosos y millonarios atracos contra el interés nacional, sin otro pito que tocar que -indignadas unas, comedidas otras- declaraciones por la prensa.