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Simón, Santrich… y el alucinante fenómeno Petro

Fuentes: Rebelión

En esta coyuntura histórica para la gente decente no votar por Gustavo Petro Y defender su Voto, es defender al criminal, es solaparse contra el más débil, es Asesinar el futuro, es traicionar la patria Tras la infame traición a los acuerdos alcanzados entre las Farc-EP y el régimen colombiano, por este último; más duele […]

En esta coyuntura histórica para la gente decente no votar por Gustavo Petro

Y defender su Voto, es defender al criminal, es solaparse contra el más débil, es

Asesinar el futuro, es traicionar la patria

Tras la infame traición a los acuerdos alcanzados entre las Farc-EP y el régimen colombiano, por este último; más duele y repugna el secuestro y encarcelamiento con fines de extradición de un hombre insigne, patriota integral, hombre de poesía profunda y libertaria, revolucionario él: Jesús Santrich.

La búsqueda de un camino distinto a la guerra impuesta por el régimen establecido, ha sido una vez más traicionada. Un marco de dudas y acertijos se erigen sobre el por qué se firmó en la forma en que se hizo, los acuerdos de la Habana, si ya se conocía a plenitud quién era y a quien representa el presidente colombiano, Juan Manuel Santos: un criminal y fiel agente imperial, campeón aventajado de traiciones dentro del nauseabundo poder constituido Colombiano.

Los acuerdos de la Habana, fueron desvalorizados y engavetados, puestos en el congelador en las postrimerías del siniestro gobierno de Santos; éste olímpicamente se deshace de los compromisos con la contraparte apenas lograda su codiciada presea: desarmar a la insurgencia, y ésta, molida en unas «largas y desesperantes negociaciones», penetrada por el influjo del idealismo, la ingenuidad y la debilidad ideológica de algunos dirigentes provenientes de la ciudad, cayó en la celada. El cálculo político del régimen y la embajada yanqui, más allá de la desmovilización y el desmantelamiento político de la insurgencia al fiel estilo centroamericano de los Joaquín Villalobos (Comandante guerrillero, agente infiltrado por el imperio para desmovilizar la lucha revolucionaria), es proseguir con la patria boba gobernada por los mismos bandidos de todas las pelambres, que les permitan el saqueo continuado de los recursos naturales del país y postrar moralmente al pueblo colombiano.

Las negociaciones de la Habana estuvieron cruzadas por condiciones geopolíticas muy puntuales en donde el imperio Usa americano en decadencia, se precavía de que desarmado el movimiento guerrillero, se allana el camino para desaparecer la Venezuela que defiende sus recursos naturales, para lo cual cuentan con sus marionetas y payasos, quienes como buenos zombis le cumplen su agenda e intereses a sangre y fuego contra los pueblos latinoamericanos, de ahí su vergonzoso ingreso a la OTAN.

Sobresalen dos aspectos que fueron fatales y elocuentes, que por sí mismos, explican la arrogancia de los tramposos y el desconcierto de quienes no se daban cuenta que negociaban con fantoches y bufones.

  1. El lugar, La Habana Cuba, por su lejanía del centro del dolor; se desconectaban de las opiniones y del sentir nacional, que en lugar de arroparlos con sus fortalezas, se debilitaban.

  1. Los largos tiempos de las conversaciones que facilitaron al régimen quitarle pétalo tras pétalo a la rosa roja con sobredosis de ofertas a futuro, hasta dejarla chamizo, sin ninguna línea roja.

Un hecho supremamente elocuente, que lo veía hasta el menos curioso: El régimen colombiano nunca mostro la más mínima intención, ni el interés de ceder en ninguno de sus privilegios, solo quería ganar tiempo.

Cualquier gobierno comprometido genuinamente con la paz hace por lo menos reformas paliativas para aliviar las cargas económicas sociales y políticas mínimas dentro de las conversaciones que lo promuevan como un interlocutor válido que se gane algún nivel de confianza y credibilidad; por el contrario, aprovecho la coyuntura para ahondar el saqueo sin pudor las arcas de los pobres y las clases medias, mientras aupaba el enriquecimiento sin freno de los grandes conglomerados trasnacionales y nacionales, destruía el capital público, concesionaba las vías, prostituía la salud y los hospitales; desprotegía al pírrico ahorro privado para que el codicioso sistema financiero aniquilara esfuerzos; convertía la educación en el más vil de los negocios privados; desestructuraba el campo y paramilitarizaba la vida del campesino en tanto entregaba los recursos naturales renovables y no renovables sin ningún escrúpulo al capital transnacional, hasta convertir al país en una gigantesca mina a cielo abierto que se desangra por la codícia de unos pocos.

Es decir, lo evidente era que el régimen carecía de propuesta social, económica y política para el país, mientras le tapaba la boca al movimiento guerrillero con un simulacro de promesas.

Entonces surge una gran pregunta que recoge otras:

¿A cambio de qué tantas concesiones, no eran suficientes las hechas durante años en las entregas unilaterales y otras tantas en los campos de batalla, especialmente en la era post Marulanda?, ¿Acaso en la Habana no se estaba diseñando y tejiendo el futuro del país?

Para entender esto, quiero que reflexionen sobre este aspecto que sin duda nos dará luces.

En los prolegómenos a la negociación de la Habana, sin siquiera ser la Habana la sede de los diálogos, la periodista María Jimena Duzan, escribe un premonitorio articulo intitulado Timochenko, el escritor. Publicado en la revista semana el 14 de enero de 2012.

En tan ampuloso artículo, la periodista, que se jacta de tener muchas fuentes entre sus amigos militares y servicios de inteligencia del régimen, Que por supuesto son ciertos, no escatima ningún elogio al recién ungido dirigente de las Farc -EP, Timochenko, quién surgía de las cenizas del recién asesinado comandante Alfonso Cano, ejecutado por orden directa del mismísimo presidente Santos después de su captura, mientras hacia una gira por los Estados Unidos.

Fue tan repugnante su artículo pero tan útil hoy para su análisis, que por honor a mi pluma libre, y acosta de él, escribí un artículo exégesis del texto que Titule: El Veneno de María Jimena Duzan. Publicado en la agencia Bolivariana de Prensa, posteriormente hackeada y destruida su base de datos. Pero cuyo original mantengo por si algún lector quiere llegar al meollo del asunto.

Escribe la periodista, y la consecuente respuesta en aquella época:

«A pesar de estar en orillas distintas, de que no soy partidaria de la lucha armada ni de la combinación de las formas de lucha y de que repudio el secuestro y la siembra de minas quiebra patas, confieso que me ha sorprendido encontrar en Timochenko, el nuevo jefe de las FARC, a un pulcro escritor

Con sus dardos venenosos, o sus excelentes fuentes de información ya sabían quién era Timochenko… el guerrillero bueno con quien sí se puede negociar.

Nos «aclara» la susodicha María Jimena Duzán, que:

«las cartas de Timochenko sí representan un cambio cualitativo. No solo están bien escritas, que eso ya es un avance importante, sino que su retórica está construida sobre premisas interesantes y novedosas que demuestran que detrás de este jefe guerrillero hay un hombre que se preocupa por leer en medio de la guerra.».

Es evidente que su intención es hacer creer que la guerra oficial si ha servido porque dentro de las FARC-EP, se comienzan a percibir fracturas, debilidades, y ya no apelan a la teoría revolucionaria, ni al marxismo en sus discursos, y que lo interesante y novedoso, es que Marulanda y Cano fueron unos dinosaurios que bien merecen estar muertos, puesto que con su discurso ortodoxo y radical, impedían los acercamientos entre el bien intencionado gobierno y los malintencionados jurásicos comunistas marxistas leninistas etc. Que además, jamás leían nada importante y por lo tanto sus textos eran «in entendibles».

Aparece bien claro el discurso subliminal dando a entender que lo mejor para las mismas FARC-EP, es que se dediquen a leer literatura y abandonen la lucha revolucionaria. Puesto que el régimen los recibirá con los brazos en alto, ya que es bueno entender que para mejorar a Colombia solo falta que los guerrilleros se civilicen y aprendan a escribir y ojala lean y escriban novelas.

En su discurso «posmoderno» y facho, nos quiere mostrar que los problemas de Colombia son artificiales, que es bueno que los guerrilleros abandonen el espíritu de cuerpo, para que sobrevenga el súper comandante, que además de ser comandante pueda ser seducido por la vanidad, que lo proyecte por encima de sus compañeros, al fiel estilo pequeño burgués. ! Ese es el comandante que queremos. ¿Será Timochenko?

Es palpable que el régimen intenta ensalzar al comandante Timochenko para medir el momento político y valorar el estado general de las FARC-EP, para seguir demonizándolas y dividirlas, actitud que se palpa en el despliegue mediático global del régimen, articulado con sus columnistas prepago. En el fondo aspiran desde lo mediático político crear debilidades políticas en el campo popular y dentro de la izquierda para desmontar el péndulo creciente en las luchas sociales que tienden a coincidir con los planteamientos insurgentes, para poder romper los vínculos ideológicos a los cuales le tienen pavor.

Prosigue:

«Y ese dato también me sorprendió: un guerrillero que no ha perdido el gusto por la buena literatura -en su última carta hace mención a un libro del escritor estadounidense Jack London- es una persona que en el fondo debe saber que esa guerra que está librando solo puede terminar convirtiéndolo en un monstruo insensible a la estética, a la lectura de un buen libro o de un poema. ¿Querrá eso Timochenko

Continúa pues azuzando la unilateralidad, la defección, la felonía y la traición. En su lenguaje de doble faz, defenderse del régimen, construir un proyecto emancipador, amar al pueblo, solo puede contribuir a construir monstruos. Revolucionario y monstruo es lo mismo, seguramente para esta arpía, la lucha por la dignidad, la libertad, la soberanía solo puede ser concebida por monstruos.

Repugna por su doble rasero por acción u omisión, pero repugna doblemente porque olímpicamente intenta mostrarle a sus lectores, todo lo contrario, puesto que es innegable que dentro de las FARC-EP, el ELN, y las organizaciones revolucionarias, lo que fluye constantemente es la poesía, el arte, la exquisita literatura de guerrilleros que escriben con amor sus sueños y sufrimientos, como el comandante Jesús Santrich y su hermosura poética en cada frase que calienta el corazón hasta del mas insensible ¿acaso esta atracadora de la verdad nunca ha escuchado a Cristian Pérez, Lucas Aguaran, o a Julián Conrado, inverosímilmente encarcelado en Venezuela, capturado precisamente por ser un cantor por la vida y el amor por los humildes de la tierra, con su poesía libertaria y su compromiso con la causa de los oprimidos y por el cual el imperio ofrece millones de dólares para que deje de ulular y modular esperanza y lucha para emancipar hasta el mismo amor?

No hay un solo renglón donde no destile ni pueda ocultar el odio contra las FARC EP, y lo que representan para el país, así escriba creyendo que lo hace a favor del comandante Timochenko, produce grima su falta de creatividad literaria, quedando al desnudo, como sucede con todos los escribanos del régimen, específicamente los de Semana, incapaces de escribir algo sensato con la mano izquierda sin que lo tachen con la mano derecha. Cualquier desentendido de la política siente que al leer su osca prosa, no difiere en nada de los textos escritos en cualquier Usina militarista o en cualquier Think Tank del pensamiento fascista como son las universidades privadas colombianas, en particular la universidad de los Andes.

Prosigue:

«Y aunque me imagino que él debe ser un guerrillero que ha caído en la degradación que produce la guerra y que ha cometido actos atroces, me impresiona la honestidad con que escribe, cosa que nunca tuvieron sus antecesores

Si, increíblemente el comandante Timochenko por asumir su compromiso en la organización fue degradado moralmente y preventivamente por la señora Duzán, aunque le ofrece la oportunidad de la reconversión porque escribe bien, o novedoso; entonces con ese rasero mide a los hombres; sin dejar de advertir que si sigue por el camino de la obstinación de sus compañeros caídos, no quedara otro camino que su eliminación por las fuerzas del «orden».

Ya Cano, el político el intelectual del «ala no militarista» de antaño, por el solo hecho de ser consecuente con su ideario político, se convirtió en un deshonesto permanente por que no traiciono a su pueblo y a su organización. Fluye sin pudor su discurso dual, que en política equivale a la zanahoria y el garrote para ir allanando el camino para el corte de franela.

Así actúa el régimen con sus payasos bien conectados con sus amistades militares, es su función natural. Por qué transmutación o alquimia esta señora, que después de despotricar y dictar cátedra de moral religiosa, o más propiamente de doble moral, pretenda con esta presentación bochornosa sentirse con decoro para participar en un intercambio epistolar con sus enemigos o con su pretendido «nuevo amigo».

Por razones de espacio corto aquí la exégesis de la carta de María Jimena Duzan, pero enviare a la ABP el original completo si las circunstancias lo exigen.

Con ambos textos, los lectores podran sacar sus conclusiones.

Pero lo interesante del asunto, es que por los hechos, tras la firma de los acuerdos, tal artículo obliga a quién intenta conocer la verdad, a hacerse las preguntas que emergen. Hoy seis años después, puedo constatar con mayor certeza, que la señora Duzan estaba muy bien documentada sobre al parecer algunas limitaciones ideológicas de Timochenko y su entorno cercano, claramente distantes de Marulanda y de tantos otros.

Por supuesto, el anunciado voto de la señora Duzan en su último artículo al igual que el de Antonio Caballero, que lo dudo en la práctica vote por Gustavo Petro; es para explicarle a sus patrocinadores, que le toco votar por Petro porque si no, no puede opinar desde su usina del viejo país disfrazada de demócrata.

El despertar de la anestesia: El fenómeno electoral de Petro.

Sin embargo, el golpe de mano dado a las Farc-Ep, además de ser solo un episodio transitorio de reconfiguración de fuerzas en el campo popular; conlleva a que el pueblo asuma que solo el pueblo salva al pueblo. Ni el más pesimista cálculo de las elites advierte, que con la ausencia del enemigo interno por fuera de las controladas reglas del juego oligárquico, así el ELN siga en la brega; en función de justificar todas sus tropelías contra los más vulnerables; se desata una inesperada y hermosa contradicción dialéctica propia de quien se quita los miedos de ser macartizado por expresar sus pensamientos sin que ya importe tanto ser asesinado.

Por sustracción de materia, el régimen y sus cabezas visibles no encuentran la manera política eficaz para seguir enjaulando a todo un país, se les está derrumbando su discurso necrófilo y sin propuesta política para afrontar y resolver las calamidades y penurias sociales que han amamantado por años, que azotan a la población colombiana.

Los lamentos, hijos del sufrimiento infinito y las seculares carencias, se están trasladando a los anhelos y sueños postergados vueltos a la conciencias del pueblo, es un despertar que fluye como magia en medio de pasiones que se deshielan, que alimentan nuevos y sinuosos caminos de rebeldías atragantadas que abarcan por doquier cada rincón del suelo patrio colombiano. Entonces, la misma oligarquía tramposa y vende patria se resbala en su propio estiércol de inmundicia, dejando un país asesinado, empobrecido, envilecido, destruido éticamente; pero que a su vez emerge con sus exiguas reservas morales y creativas para decir con un estruendoso eco……. Ya basta…

Se insinúan episodios inéditos de desobediencia y hartazgos, que se están expresando en esta inédita y alucinante campaña electoral que tiene a la elite al borde del colapso, porque estos avezados trogloditas no sospechaban que si bien las banderas de las insurgencias, no fueron entendidas electoralmente por el pueblo, por la incisiva campaña de odio y terror del régimen, se han trasladado al candidato Gustavo Petro, debido a factores que se pueden analizar con mayor profundidad más adelante.

Hay que abonarle grandemente a Petro por encima de cualquier diferencia que se tenga con él, por su inteligente campaña en las peores condiciones de intimidación, puesto que no se dedicó a pedir votos sino que se convirtió en un juicioso y profundo profesor libertario de tiempo completo, dentro de un inmenso salón llamado Colombia herida, Colombia violentada, Colombia asesinada, Colombia mutilada, para encontrarle salidas a este atolladero de negaciones sin fin; así, comenzó a despertar sueños, a abrirle caminos a la diferencia, a la creación, a la vida, al sentido de lo que es la paz con justicia social. Hoy ya es una marea humana de excluidos que trasciende las nimias diferencias y que ha entendido la disyuntiva histórica: Dignidad o fascismo y oprobio.

Por ello, en esta coyuntura histórica para la gente decente, no votar por Gustavo Petro y defender su voto, es defender al criminal, es solaparse contra el más débil, es asesinar el futuro, es traicionar la patria.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.