Foto: Barricada en Talcahuano este miércoles. @joseaceituno Este miércoles y jueves, pescadores artesanales realizaron cortes de tránsito con barricadas en calles Blanco Encalada y Colón de Talcahuano, además de otro corte en la ruta 160 cerca de Coronel tras el fracaso de las conversaciones con el gobierno respecto al aumento de cuotas de captura de […]
Foto: Barricada en Talcahuano este miércoles. @joseaceituno
Este miércoles y jueves, pescadores artesanales realizaron cortes de tránsito con barricadas en calles Blanco Encalada y Colón de Talcahuano, además de otro corte en la ruta 160 cerca de Coronel tras el fracaso de las conversaciones con el gobierno respecto al aumento de cuotas de captura de sardina y anchoveta. Paralelamente, el Instituto de Investigación Pesquera (INPESCA) han declarado que «si bien se ha mantenido un extenso período de veda de reclutamiento para cautelar el crecimiento de juveniles de la sardina común, los muestreos realizados por Inpesca en la VIII Región muestran una alta proporción de ejemplares de menos de 8,5 cm de longitud total, cifra que es superior al 32% establecido por el Comité Científico Técnico de esta pesquería».
Para los pescadores, la situación es crítica, pues su subsistencia requiere de mucho más dinero del que conseguirán vendiendo la captura permitida a la industria pesquera. No obstante, la situación de la biomasa pesquera no soporta resolver este tipo de conflictos como tradicionalmente se hacía, aumentando las cuotas de captura, sino que requiere un plan de recuperación y de optimización de los recursos.
En el Decreto que establece las cuotas de captura de sardina común y anchoveta para el año 2015, en la zona comprendida entre las regiones de Valparaíso y Los Lagos, se detallan aspectos que orientan una propuesta para superar la crisis crónica por la cual atraviesa la pesca. Respecto a la captura de sardina se fijó en 323.400 tn. de los cuales un 76.6% fue cedido a la pesca artesanal. Por otra parte, a la de anchoveta se asignó un total de 34.400 tn. de los cuales el 75% se destinó a la pesca artesanal. A la pesca industrial fue otorgado un 21.5% de cada una de estas pesquerías. Para el consumo humano fue reservado un 1% de las cuotas de pesca de sardina y anchoveta lo cual abre el debate a cerca del destino de la pesca y también del valor asignado a ésta.
La pesca de estos pelágicos, es vendida a la industria pesquera, para lo cual el empresariado se ha servido de un importante de círculo de armadores (dueños de embarcaciones) a los cuales les hizo préstamos de dinero el cual es cancelado en la medida en que le entregan la pesca a precios favorables y de este modo se controla el precio de la tonelada de pesca. Así es como la industria pesquera se hace de la captura de sardina y anchoveta, convirtiendo el 99% de ésta en harina para fabricar alimento de animales de criadero.
Continuar con esta situación sólo profundiza el empobrecimiento de los pescadores y sus familias. Po ello es urgente la implementación de un plan que establezca criterios de pesca sustentables y destinado hacia el consumo humano, permitiendo a la población aprovechar los valiosos nutrientes de estos peces. Para lograr estos objetivos es imperante restringir la participación de la industria en la actividad, siendo hasta ahora de una integración vertical controlando la extracción, procesamiento y comercialización de los productos. El Estado puede promover la formación y desarrollo de cooperativas de pescadores y poblaciones costeras que, junto a participar en la captura, puedan también procesar y comercializar sus productos a la comunidad.
Mientras tanto la la más grave negligencia se comete por las autoridades de la Subsecretaría de Pesca quienes, a pesar de este panorama, darán curso al inicio de temporada de pesca este viernes a las cero horas, asegurando la provisión de materia prima a la industria de la harina y la de alimentos para chanchos, pollos y salmones.