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Comunicado

Sindicato de Profesores Universitarios se solidariza con el paro agrario

Fuentes: Rebelión

El ferrocarril integró todos los mercados nacionales de todos los estados nacionales del mundo, menos del colombiano. El ferrocarril abarató el flete de todas las mercancías y servicios, y facilitó y racionalizó el transporte de mercancías y pasajeros de todos los países del mundo, menos en Colombia. ¿Por qué? Sencillamente porque la oligarquía venal colombiana […]

El ferrocarril integró todos los mercados nacionales de todos los estados nacionales del mundo, menos del colombiano. El ferrocarril abarató el flete de todas las mercancías y servicios, y facilitó y racionalizó el transporte de mercancías y pasajeros de todos los países del mundo, menos en Colombia. ¿Por qué? Sencillamente porque la oligarquía venal colombiana decidió -desde sus mismos orígenes como clase- entregar el territorio patrio y el «desarrollo» de la nación a su amo extranjero y sus multinacionales de ayer y de hoy. Así, hoy tenemos una red nacional de carreteras -de mala calidad- de uso exclusivo de los artefactos tecnológicos de carga pesada de GM, Ford, Crysler Colmotores, etc., que de cuando en cuando se encuentran con una carrilera abandonada -tristes testimonios de lo que pudo haber sido y no fue.

Así como no existen hoy unos ferrocarriles nacionales tampoco existe hoy un desarrollo nacional. Pero la administración de JM Santos -desvergonzada continuidad de los 8 años de gobierno más violentos y corrompidos de la historia colombiana, abreviados trágicamente en el Plan Colombia, el encarcelamiento de sus ministros y generales y en la firma del TLC con USA- insiste en engatusarnos y en hacernos subir en cinco locomotoras de juguete, o de papel que solamente existen en la mente de una oligarquía esquizofrénica que no recoge ni representa los intereses del pueblo colombiano sino que funge como agente, representante y ejecutora de los intereses de sus amos extranjeros. Las fantasmagóricas locomotoras de Santos son la urdimbre tardía de esa gran estafa que fraguó el libre comercio cuando nos anunció con voz servil, y ya senil, en los noventa: «bienvenidos al futuro»… ¡Un presente de desindustrialización y de miseria! Y es que el esquizofrénico Plan de Involución y Entrega de la oligarquía gobernante ni siquiera habla de industrialización, ni de educación ni mucho menos de fortalecimiento del mercado interno, ni de producción ni de consumo nacional:

(1)¿Qué locomotora van a poder ser los misteriosos «nuevos sectores basados en la innovación», cuando la innovación misma está prohibida y fruto de la propaganda demagógica de los egresados de Harvard?

(2) ¿Qué locomotora pueden ser «los planes de vivienda y las ciudades amables» cuando éstas hoy son garitos y focos de delincuencia germinados en la desindustrialización y el desempleo, escenarios sin infraestructura de servicios donde se refugian hoy más de cinco millones de desplazados del campo por la violencia oficial?

(3) ¿Qué locomotora para nuestro desarrollo puede ser el mejoramiento de la «infraestructura de transporte» cuando el imperialismo impone la estructura vial y el equipo, el tipo y tonelaje del transporte de mercancías y pasajeros?

(4) Y, ¿qué significa en términos de desarrollo y crecimiento nacional la mal llamada -como todas las demás- locomotora del «desarrollo minero»? Este fantasma, con aspecto criminal, no es otra cosa que la regresión económica de la economía colombiana a La Colonia, a la economía extractiva, con el agravante de que hoy se está criminalizando al minero tradicional: mientras a éste se le reprime, la fuerza pública y los abogados del régimen protegen los intereses de unas multinacionales que no pagan impuestos.

(5) Y, peor aún, es una broma pesada y una estafa el sostener que «la agricultura y el desarrollo rural» es una locomotora del desarrollo, cuando el Tratado de Libre Comercio (TLC) acabó con la seguridad alimentaria nacional, cuando el campesino ya no puede dar valor agregado a la leche que ordeña todos los días, cuando no puede sacrificar semovientes, cuando la producción artesanal de panela fue ilegalizada, cuando JM Santos elaboró y sancionó la ley que introduce y obliga el uso de las semillas transgénicas en Colombia y firmó la Directiva 920 que le prohíbe al campesino el guardado y selección de sus propias semillas, con el fin de ilegalizar esta actividad milenaria y favorecer los intereses de las multinacionales como Monsanto y Novartis.

El gobierno de JM Santos es un gobierno apátrida y antinacional que concluye las tareas entreguistas iniciadas por el gobierno criminal de Uribe Vélez!, no nos dejemos engañar.

No más mentiras y no más estafas, señor JM Santos. Exigimos la revisión y la denuncia inmediata de los Tratados de Libre Comercio, pues éstos son una traición a la patria y no fueron consultados ni refrendados por el pueblo. Exigimos negociación con el sector agropecuario ya!

¡No más mentira ni más estafas, señor JM Santos. Exigimos diálogo sincero en La Habana, paz con justicia social, democracia participativa y Asamblea Nacional Constituyente!

¡VIVA EL PARO AGRARIO COLOMBIANO!

¡VIVA LA JUSTA LUCHA DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS!

¡LA LUCHA DEL CAMPESINADO COLOMBIANO ES NUESTRA PROPIA LUCHA!

LA ASOCIACIÓN SINDICAL DE PROPESORES UNIVERSITARIOS SE SOLIDARIZAN CON EL PARO AGRARIO

Fuente:

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.