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Sobre la alienación y el desprecio de la élite al “paco” Desbordes

Fuentes: Rebelión

Mario Desbordes ingresó a la Escuela de Carabineros de Chile en 1987, logrando graduarse como Subteniente, se desempeñó en Talca, así fue jefe de la Tenencia Abate Molina, jefe de la Tenencia de Carreteras y edecán de un par de intendentes regionales. Por motivos personales en mayo de 1994 renuncia a la institución. Desbordes entró a la política partidaria […]

Mario Desbordes ingresó a la Escuela de Carabineros de Chile en 1987, logrando graduarse como Subteniente, se desempeñó en Talca, así fue jefe de la Tenencia Abate Molina, jefe de la Tenencia de Carreteras y edecán de un par de intendentes regionales. Por motivos personales en mayo de 1994 renuncia a la institución.

Desbordes entró a la política partidaria (Renovación Nacional) en el año 2000, probablemente atraído por su relación con el poder institucional, que conoció como ayudante en las intendencias. No es extraño que quien ejerció la actividad de uniformado policial o militar, a pesar de haber estudiado en un liceo con “numero” en una comuna popular como La Cisterna, y que no esté relacionado con los sectores acomodados del país, crea que su pertenencia “natural” es con los sectores de la derecha del país.

En los uniformados en general se expresa la mayor alienación en la actual sociedad,  el capital construye una subjetividad ajena “extrañamiento” o distanciamiento del sujeto en relación consigo mismo. Como producto de la alienación, las personas se comportan de manera contraria (extraña) a aquello que se espera de ellas, por su condición u origen social.

Desbordes cree genuinamente, que sus intereses son los de la clase dominante, de la élite chilena, fue “formado” o deformado para que así lo creyera. Pero por más profunda que sea la alienación, el sujeto está impedido de percibir 100% la realidad como lo hace la elite, la “materialidad” se impone en ocasiones.

Las élites halagan a los militares, porque son su segunda trinchera para detener al pueblo que despierta, pero en privado son “la carne de cañón”, los empleados que los salvan de perder sus privilegios e intereses. Pero en ocasiones no se resisten de manifestar su desprecio también públicamente, “nosotros te pagamos el sueldo” “rotos”, “pacos c…”estos y otros epítetos que han lanzado los «burguesitos», cuando de tarde en tarde, carabineros se ven obligados de impedir ciertas conductas de los de “arriba”.

Desbordes llegó a dirigir un partido de derecha, Renovación Nacional, porque a la élite le pareció un fenómeno transitoriamente necesario, pero no por eso, también algo pintoresco. Pero al 1% que dirige al país,  lo que no puede aceptar bajo ningún motivo, que un “paco” del bajo escalafón, pretenda deslizar ciertas políticas a su partido, que Desbordes asume tras su permanente batalla entre la alienación y su origen social, pues al final bajo varias capas, desbordes es un trabajador alienado.

Difícilmente Desbordes logre romper las cadenas de su alienación del capital, a pesar de las humillaciones, del desprecio de las élites, de los intentos reiterados de sacarlo del camino, pues su maldición, es que él se mira cada mañana al espejo y cree ver con plena naturalidad al 1%.

El autor es ex-dirigente del FPMR – Chile