La estigmatización tiene una particularidad: si fracasa, no se rinde. La Marcha Patriótica lo vive desde sus inicios. El estado colombiano le teme, y trata de mostrarla como un movimiento impulsado por las Farc. No lo consigue; y para su desconcierto, la Marcha Patriótica se fortalece y da golpes contundentes al gobierno. El 23 de […]
La estigmatización tiene una particularidad: si fracasa, no se rinde. La Marcha Patriótica lo vive desde sus inicios. El estado colombiano le teme, y trata de mostrarla como un movimiento impulsado por las Farc. No lo consigue; y para su desconcierto, la Marcha Patriótica se fortalece y da golpes contundentes al gobierno.
El 23 de abril propinó su tanganazo más duro. Las más de 80 mil personas que movilizó la Marcha Patriótica en la ciudad de Bogotá, no solo fue un golpe, fue la derrota política más grande sufrida por el estado colombiano en los últimos años. Lo es; no hay duda de ello. El gobierno fracasó al emplear todo lo que estuvo a su alcance para estigmatizarla, como los supuestos informes de inteligencia militar, tan inteligentes, que se hicieron públicos en forma desesperada… un nuevo tipo de inteligencia que hoy posa de «bochinche inteligente» para sembrar terror.
Y por supuesto que también el artículo de El País, « MarchaPatriótica, ¿el brazo político de las Farc? » , y publicado el 25 de abril, no pasa de ser un mero bochinche que toma como base los testimonios del bochinchero y analista político Alfredo Rangel. Porque para cualquier persona sensata, que no le agrade el bochinche ni los bochincheros, es claro que un informe de inteligencia es secreto, y solo es revelado cuando obtiene resultados concretos, como la captura de algún «sospechoso», por ejemplo.
Ahora hablemos de los análisis, o de uno en particular: el que compara a la Unión Patriótica con la Marcha. Lo cual constituye un desatino intelectual -en el caso que provenga de la academia-. Porque lo que hoy estamos viviendo no es un partido político definido en la participación electoral y con una visión centrada en alcanzar la paz negociada entre el gobierno y la insurgencia. La Marcha Patriótica es un proceso mucho más amplio, que también quiere la paz con justicia social, pero que sobre todo busca construir una nueva sociedad con formas de participación incluyentes, más allá de lo representativo y parlamentario. Prueba de ello es el trabajo en cabildos y la inclusión de nuevos sectores como el de comunicaciones y artistas, incluidos ya no como mero adorno o instrumento, sino como una voz importante en las decisiones para la transformación del país.
Por tanto, Marcha Patriótica y Unión Patriótica no «suenan a lo mismo«, como asegura el exsecretario de Gobierno de Bogotá, Antonio Navarro Wolf. Y no suena igual porque debamos sentir vergüenza de la UP. Todo lo contrario. Es porque sentimos la dignidad de éste y otros procesos que han entregado su vida para derrotar a los tiranos. Gracias a todas estas experiencias es que Marcha Patriótica no es copia o repetición de algo que haya existido en Colombia. Marcha Patriótica es la maduración y el avance de los movimientos políticos y sociales que se reinventan a diario y construyen país en medio de la persecución y la estigmatización del terrorismo de Estado. Y es un movimiento político, no un partido, es la Marcha Patriótica que cabalga por la Segunda y Definitiva Independencia.
Desde las calles del suroccidente colombiano, 26 de abril de 2012
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