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Sobre las energías internas, el fortalecimiento del cuerpo y la homeopatía (IV)

Fuentes: Rebelión

No estamos aislados unos de otros, ni habitamos islas de significado inconmensurable. El precio que hemos de pegar es admitir la revisabilidad de prácticamente todo lo que nos hemos acostumbrado a creer. Ese es precisamente uno de los principios cardinales que no debemos olvidar nunca. G. E. R. Lloyd (2015)   Estábamos en el siguiente […]

No estamos aislados unos de otros, ni habitamos islas de significado inconmensurable. El precio que hemos de pegar es admitir la revisabilidad de prácticamente todo lo que nos hemos acostumbrado a creer. Ese es precisamente uno de los principios cardinales que no debemos olvidar nunca. G. E. R. Lloyd (2015)

 

Estábamos en el siguiente asunto. Enric Llopis, un incansable activista y colaborador de rebelión y El Viejo Topo, publicó el pasado 28 de abril una nota sobre el médico nutricionista Francisco Mata, a raíz de la participación de éste en las Jornadas Anarcosindicalistas de la CGT-Valencia. El título de su intervención: «La nutrición, una política de la vida cotidiana» [1]. Estamos comentando este paso: «defiende [Mata] la homeopatía como un sistema curativo en el que se subrayan las fuerzas energéticas del cuerpo humano; «intentas encontrar un remedio que acompañe a tus energías internas, para que el cuerpo se fortalezca y pueda curarse a sí mismo», explica el facultativo». El mismo, Mata, nos recuerda Llopis, «estudió hace una década un máster para médicos, farmacéuticos y veterinarios impartido por la academia médica homeopática en colaboración con la Universitat de Barcelona».

La idea de la homeopatía, comenté anteriormente [2], es de Hahnemann, un médico alemán del siglo XVIII. Desde el punto de vista de su fundamento científico, la homeopatía tiene escaso o nulo valor; otra cosa distinta, y probablemente verdadera, es que pueda curar, en algunas ocasiones y en determinadas enfermedades, por sugestión. Nos habíamos quedado aquí. «Para evitar estas influencias, en los tratamientos se practican siempre ensayos a doble ciego: ni el médico ni el paciente saben lo que dan ni lo que toman. En la homeopatía, en cambio, no se practican estos estudios de doble control». Explicamos el concepto en la aproximación anterior. ¿Por qué estas prácticas? En este punto nos habíamos quedado [3].

1. Los homeópatas se niegan o suelen negarse a los estudios de doble ciego. Eduard Rodríguez Farré recordaba un ejemplo: «Es lo que propusimos con el profesor italiano Silvio Garattini en el caso que explicaba antes. Si ustedes quieren tener esta ayuda, les dijimos, admitan estos experimentos. Pedían 5 millones de euros, ¡cinco millones!, no cualquier cantidad. Al final, tras un acuerdo parlamentario, les ingresaron esa cantidad. El comité científico dijo que no, pero el parlamento tomó ese acuerdo… Un día que celebraban una sesión en la que quedaban 50 parlamentarios europeos, la gran mayoría del grupo Verde, de los Verdes alemanes sobre todo, se concedieron cinco millones de euros a los homeópatas que, por cierto, eran fundamentalmente británicos y belgas… Pues bien, les dijimos a los partidarios de la homeopatía, si ustedes mantienen esas posiciones, hagamos entonces ensayos doble ciego. ¡Ah, no! No se pueden hacer ensayos doble ciego, nos respondieron».

2. ¿Por qué? Porque el médico, el homeópata, esta es su posición, ha de ajustar al paciente el número de granos, las diluciones infinitesimales. El acto médico, señalan, usualmente es decisivo. Se han negado siempre, con un argumento u otro, a que realizar esos controles.

3. Pero, más allá de la voluntad de los homeópatas, ¿se han llegado a practicar finalmente en alguna circunstancia? Se han hecho comprobaciones. Se ha visto entonces que no hay ningún efecto más allá del que tiene el efecto placebo. Justifican en estos casos el resultado señalando «que la persona que realiza el tratamiento ha de ser un médico titulado en homeopatía». Un epiciclo, un cordón de defensa frente a refutaciones. «Teorías» que expulsan hechos contradictorios con sus formulaciones.

4. Cabe preguntarse: ¿por qué hay médicos que sabiéndolo siguen recomendando tratamientos homeopáticos? Y no son médicos «alternativos» en muchos casos. Son médicos que trabajen en la sanidad pública. ¿Cómo es que las farmacias que en principio son establecimientos sanitarios, científico-técnicos, suministran estos productos?

5. La segunda pregunta se responde fácilmente: desgraciadamente, como todos sabemos, las farmacias son actualmente un colmado de medicamentos y de materiales de belleza invadidas, desde la entrada hasta la salida, por marcas comerciales. Existen excepciones por supuesto pero son minoritarias. Sea dicho lo anterior con todo el respeto a los trabajadores del sector (tengo dos cuñados farmacéuticos).

6. Pero, cabe insistir, ¿cómo es que algunos médicos, después de seis años de formación científica, después de cursar estudios de postgrado, después de escribir artículos en revistas médicas especializadas, ampliar su preparación y haber hecho el MIR, a pesar de todo ello, decía, transitan por esos senderos, convenciéndoles una argumentación en la que se habla de la memoria de antiguas moléculas, ahora inexistentes, depositadas en el agua?

La reflexión de ERF:

Aquí me has cogido, no tengo una buena respuesta a esto que planteas. En todos los colectivos hay gentes que tienen una formación estricta y otras personas que han cursado la misma carrera pero que, en cambio, no han adquirido ese rigor. Ocurre en todas las profesiones; también en medicina desde luego. Hay gente muy rigurosa, hay personas que tiene una formación muy sólida, y hay gente que no se ha enterado de mucho en sus seis años de carrera -incluso más tiempo si como decías han hecho un MIR- y que mantienen estas posiciones, estas curiosas hipótesis. En todo caso, para ser justos, se tendría que diferenciar, tendríamos que introducir algún matiz.

7. Hay homeópatas que conocen muy bien los límites de su práctica y esto es importante. No transitan por senderos abisales ni por puentes que cubren aguas turbulentas. No arriesgan vidas ajenas.

El homeópata peligroso, que existe, es el que cree que puede curarlo todo o que la homeopatía sirve para muchas cosas, para casi todo. Son peligrosos, muy peligrosos. Hay, en cambio, médicos homeópatas que saben muy bien los límites de su «disciplina». Antes hemos hablado de ellos. Si mi hijo tiene una pulmonía doble y soy un homeópata célebre pero sensato, no tengo ninguna duda: llevo a mi hijo al servicio de urgencias (al que esté abierto, no siempre cerca de casa, tras los injustos e inadmisibles recortes del gobierno Mas y los sucesivos gobiernos, tan bien representado esa agresión a la sanidad pública por el consejero Boi Ruiz que sigue sin ser considerado persona non grata en .Cat) y que le den antibióticos.

8. Este médico sabe cuáles son los límites de la homeopatía. El 85% de las cosas que se tratan en una consulta médica diaria general son asuntos muy banales que generalmente, no digo siempre, se curan solas. Tengo una gripe, una diarrea, ardor de estómago, tengo tos, bronquitis, hay que explorar para ver si son cosas banales y si lo son ya está. Se recetan muchas, demasiadas cosas., en opinión de muchos médicos comprometidos.

9. Se practica la sobreprescripción. En una gripe no hay que tomar nada, no hay nada que cure una gripe; sólo en el caso de que existan complicaciones, si las hubiera, debería recetarse algo. Si vas a tener, a consecuencia de una gripe, una infección añadida que es de origen bacteriano, se va a tratar con antibióticos pero, en principio, el aforismo médico, muy acertado por cierto, dice que la gripe no tratada dura una semana y si le das algo al paciente le puede durar quince días. Es una broma, obviamente, pero lo mejor es no dar nada en opinión de muchos médicos.

Volvamos al tema a continuación.

 

Notas

1) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=225959

2) «Sobre las energías internas, el fortalecimiento del cuerpo y la homeopatía (I)» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=226141 . También: «Sobre las energías internas, el fortalecimiento del cuerpo y la homeopatía (II)» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=226769 y «Sobre las energías internas, el fortalecimiento del cuerpo y la homeopatía (III)» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=227649

3) Tomo pie de nuevo en el IV capitulo de Eduard Rodríguez Farré y SLA, Ciencia en el ágora, Vilassar de mar (Barcelona), El Viejo Topo, 2012.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.