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Sociedad de sustentación de la vida

Fuentes: Koinonia

En muchos grupos de reflexión ecológica la Sociedad de Sustentación de la Vida se presenta como alternativa a la Sociedad de Producción Industrial vigente. Ahora queremos mostrar que esta propuesta es la que mejor armoniza con la ciencia nueva y con los conocimientos alcanzados en las últimas décadas por las distintas ciencias, especialmente ligadas a […]

En muchos grupos de reflexión ecológica la Sociedad de Sustentación de la Vida se presenta como alternativa a la Sociedad de Producción Industrial vigente. Ahora queremos mostrar que esta propuesta es la que mejor armoniza con la ciencia nueva y con los conocimientos alcanzados en las últimas décadas por las distintas ciencias, especialmente ligadas a la vida, a la astrofísica y a la nueva cosmología.

El presupuesto teórico de la alternativa de la Sociedad de Sustentación de la Vida es la visión moderna según la cual todo, lo energético, lo físico, lo psíquico, lo económico, lo social y lo espiritual no son instancias yuxtapuestas sino que todas son interdependientes formando un complejo y gran sistema. Niels Bohr, uno de los creadores de la mecánica cuántica, bien decía que todo está relacionado con todo y que no existe nada fuera de la relación. El universo no está compuesto por la suma de los seres existentes, sino por la trama de relaciones entre todos ellos. De acuerdo con esta perspectiva, la vida para sustentarse necesita encontrar aquel equilibrio dinámico de todos los factores interconectados que garantizan reproducción y coevolución. Subjetivamente significa que nosotros seres humanos tenemos una relación íntima con todo lo que existe en el universo. Como decía el Jefe indígena Seattle: «el hombre no tejió la trama de la vida, sólo es un hilo de ella; cualquier cosa que haga a esa trama, se lo estará haciendo a sí mismo.»

Las siguientes constataciones científicas dan consistencia a lo que estamos diciendo. La primera es que la naturaleza se organiza por si misma. Es un sistema abierto en continua interacción de energía, materia e información. La segunda es que la naturaleza se auto-estabiliza, es decir, se autorregula para compensar condiciones mutantes de su ambiente. Dialoga continuamente con el medio, se adapta, muda, integra elementos nuevos buscando un nuevo equilibrio. La tercera es la desintegración generativa. Cuando la naturaleza no consigue responder a los desafíos ambientales, surgen anomalías, desdoblamientos que ya no son funcionales y finalmente ocurre la desintegración. Significa que aquella organización ecológica desaparece para dar lugar a otra con más posibilidades de interacción y de nueva síntesis. Por eso se trata de una desintegración generativa. Es la lógica de la semilla que tiene que morir para que nazca la planta. Es la poda de las ramas para permitir nuevo vigor y mejores frutos.

El ser humano y la cultura no están fuera de esta lógica. Han entrado en un proceso de desintegración pues ya no son capaces de resolver los problemas mundiales, si no que los agravan. Temen cambiar y por eso se vuelven represivos. Pero van a tener que cambiar, pues esta es la lógica que permite la continuidad de la vida y del proyecto humano bajo otra forma.

En esta transformación tendrá que ponerse en jaque la premisa básica de la Sociedad de Crecimiento Industrial: la convicción de que los humanos son la corona de la creación y la referencia última de valor. La ecología integral y profunda nos libera de esta arrogancia mostrándonos que somos un eslabón de la comunidad de vida, insertados en un todo mayor del que somos guardianes. No queremos desaparecer sino continuar en la red.

La Sociedad de Crecimiento Industrial nos exiló de la Tierra e hizo que rompiésemos los lazos con la vida. Precisamos volver a nuestro nicho natural. Esta conciencia es la base de la Sociedad de Sustentación de la Vida, la que hará que nuestra desintegración sea creativa y todavía nos garantice futuro.