El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (Feusach), Takuri Nahuel Tapia Muñoz (24), sabe que 2014 será un año complejo para el movimiento estudiantil. Michelle Bachelet vuelve al gobierno pero esta vez con el Partido Comunista, que constituyó factor clave en la movilización estudiantil de 2011. Asegura que los estudiantes […]
El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (Feusach), Takuri Nahuel Tapia Muñoz (24), sabe que 2014 será un año complejo para el movimiento estudiantil. Michelle Bachelet vuelve al gobierno pero esta vez con el Partido Comunista, que constituyó factor clave en la movilización estudiantil de 2011. Asegura que los estudiantes volverán a movilizarse, pero tendrán que afinar su discurso, construir nuevas alianzas y combinar su presencia en la calle con el diálogo y la negociación para lograr resultados concretos.
Takuri Tapia Muñoz está en proceso de titulación de la carrera de administración pública y realiza un magíster de políticas públicas en la Universidad de Santiago. Estudió en un colegio particular subvencionado de Puente Alto, del que fue vocero durante la «revolución de los pingüinos» de 2006. Participa en un colectivo de Izquierda, «Somos Usach», que alienta construir un «proyecto revolucionario de transformación anticapitalista», apelando a la conciencia y politización de estudiantes y trabajadores.
Su padre viene de la población La Victoria y su madre de la Villa Sur, ambas de la comuna Pedro Aguirre Cerda, donde Takuri nació en 1989. «Tengo parientes que tuvieron que salir del país -dice-, tíos que pelearon contra la dictadura… Eso me marcó fuerte».
¿El colectivo político al que pertenece tiene vinculación con referentes nacionales?
«Somos un grupo político estudiantil que no actúa con una perspectiva exclusivamente gremial. Junto a otros colectivos de la Usach y de otras universidades de Santiago y regiones, intentamos vincularnos con los sindicatos que han estado en huelga en los últimos meses, como parte de una práctica permanente, destinada a crear espacios de poder desde la base social. El actual sistema político se encuentra agotado. Hay una cierta renovación de las caras, pero no de los proyectos. Existe también una incapacidad de la Izquierda con vocación transformadora y revolucionaria de construir una fuerza para disputar el poder, aunque sea a largo plazo.
Mientras no mostremos al pueblo un proyecto claro, no avanzaremos. La mayoría de los militantes de nuestro colectivo no votó, pero sabemos que hay que avanzar en la construcción de un proyecto político a mediano plazo. No basta con no votar, hay que explicar porqué estamos en esa posición. Como movimiento estudiantil, somos independientes de las opciones electorales de otras organizaciones que tienen presencia entre los estudiantes, como el PC o la Izquierda Autónoma, que apostaron a presentar candidatos provenientes del movimiento estudiantil».
SITUACION DE LA IZQUIERDA
¿Qué opina sobre la dispersión de la Izquierda?
«Apostamos por la unidad, que vaya más allá de la perspectiva estudiantil universitaria o secundaria. Nos estamos acercando a los trabajadores y también a aquellos que han levantado candidaturas, como los que apoyaron a Marcel Claude o Roxana Miranda. A algunos se les ‘encendió la ampolleta’ de apostar a lo electoral como una manera de acumular fuerza. Pero mientras no exista una organización con fuerte influencia entre los trabajadores y un proyecto que incorpore de manera concreta y armónica las demandas populares, no tendremos resultados. La Izquierda debe hacerse una autocrítica por su ausencia en los conflictos que surgen en la sociedad y asumir nuevos temas que se debaten, como la diversidad sexual o el deterioro del medioambiente».
Usted criticó a los estudiantes secundarios, ¿por qué motivo?
«Los estudiantes debemos aprender a superar nuestras diferencias a través de la discusión. La Aces (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios), la Cones (Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios) y los «cordones secundarios», debieran agruparse en una sola organización para potenciar su fuerza.
En la Confech (Confederación de Estudiantes -universitarios- de Chile) hay mucha diversidad e incluso están representados los gremialistas. Pero no por eso vamos a quebrar la organización. Muchas veces hay más elaboración política en los secundarios que en los universitarios. Pero malas experiencias como el engaño que sufrimos en 2006 los hace desconfiar, incluso entre ellos mismos».
Dos mujeres han sido electas en la Fech y la Feuc, ¿eso marca una tendencia?
«Más allá de si son mujeres me importa su postura política. Melissa Sepúlveda tiene una perspectiva feminista. Ella representa una Fech más de Izquierda, lo que facilita el trabajo para coordinar acciones y elaborar políticas entre ambas federaciones. Naschla Aburman enfrenta una tarea más difícil, porque en la UC la derecha es fuerte.
La Usach tiene una composición socioeconómica distinta a las universidades de Chile y Católica. A ella acceden jóvenes de menos ingresos. Esto hace que exista una mayor sensibilidad del alumnado con el discurso de Izquierda. Algo parecido ocurre en muchas universidades públicas regionales, como las de Atacama, Arturo Prat, de Iquique o de La Serena, que viven los problemas derivados de la falta de financiamiento».
PRIORIDADES DE
LA LUCHA ESTUDIANTIL
¿Cuáles son las prioridades del movimiento estudiantil?
«Lo primero es solidificar nuestra organización y avanzar en la participación dentro de la universidad. En los últimos dos años pusimos play a todas las demandas de 2011 y postergamos el debate. Ya hay tres generaciones nuevas en la Usach que no estuvieron en esa discusión, y eso nos obliga a revitalizar el intercambio de ideas. También hay que relacionar lo nacional con lo que sucede al interior de los centros de estudio. La demanda por democratizar nuestras universidades sigue pendiente. Estamos hablando ahora de un claustro triestamental (académicos, estudiantes y funcionarios) que comenzará a discutir el reemplazo de la institucionalidad creada por la dictadura.
Sabemos que las condiciones han cambiado, que la perspectiva de los estudiantes es otra y que la posición de los demás miembros de la comunidad universitaria también. Cuando iniciamos la asamblea triestamental de la Usach, un funcionario recordó que la última asamblea de ese carácter en nuestra universidad se efectuó el 8 de septiembre de 1973, hace más de 40 años. Nuestro objetivo es continuar con la multisectorialidad en nuestra lucha; porque de nada sirve que sigamos planteando alternativas respecto al movimiento estudiantil, sin tener un correlato con lo que hacen los trabajadores o los pobladores. No es que intentemos utilizar sus movilizaciones. Queremos evitar que nos aplasten a todos; porque con los estudiantes movilizados será más fácil que los otros sectores actúen y con ello crecerá la posibilidad de que el conjunto de las demandas sean escuchadas.
Los estudiantes nos hemos convertido en un sujeto político importante, tanto por nuestro discurso como por nuestra capacidad de movilización. Pero no basta con salir a la calle, también necesitamos victorias. Para conseguirlas, a partir de 2012 estamos generando lazos con otros sectores sociales que quieren terminar con este modelo injusto. Mediante nuestra movilización tenemos que conseguir resultados concretos y grados crecientes de unidad para no quedar aislados. No queremos que otra vez la gente sienta que perdió meses de movilización sin conseguir nada».
RELACION CON
EL NUEVO GOBIERNO
En 2014 tendremos nueva presidenta de la República. ¿Cuál será la relación con ella?
«Es difícil que logremos todo de una vez. Queremos discutir con el próximo gobierno los temas prioritarios, como la educación gratuita concebida como un derecho social y no como una concesión de los poderosos. Nuestra mirada es distinta de aquella perspectiva funcional a los intereses del mercado. Busca impulsar un proyecto alternativo de país que abra oportunidades a las personas. Muchos compañeros que egresan no tienen un campo laboral o éste es muy reducido. Aunque deseen retribuir con sus conocimientos a la sociedad, el modelo económico existente se los impide.
La ambigüedad del programa de Michelle Bachelet nos obliga a estar atentos a lo que suceda en la práctica. En este contexto también tendremos que dar la lucha ideológica en nuestras instituciones, porque la Nueva Mayoría todavía es fuerte en la educación superior y muchos rectores de las universidades públicas simpatizan con ese conglomerado. Sabemos que solo movilizados podremos construir nuestro futuro. Sectores que en 2011 estuvieron movilizados, como el PC y la Concertación, ahora podrían restarse o contenerse. Es un punto que tenemos que consideran en nuestra estrategia. Si tenemos una postura clara y buenos argumentos para interpelar al gobierno y al Congreso, podremos ejercer de mejor manera presión en las calles. Nuestros objetivos para 2014 serán debatidos a partir de la próxima reunión de la Confech».
¿Qué opina de una nueva Constitución?
«Muchos somos contrarios a la Constitución que nos rige; pero no basta con proponer una nueva, sin asegurar previamente que en ella quedarán plasmados ciertos derechos que son demandados por la sociedad. Escuchamos hablar de Asamblea Constituyente, de reformas constitucionales y en algunos casos se apela al Congreso. Se ha perdido la brújula respecto a cuál es la necesidad de fondo que justifica una nueva Constitución. Muchos hablan ignorando lo que vamos a buscar. ¿Qué derechos vamos a asegurar, además de la educación? Tenemos que saberlo de antemano.
Si levantamos la propuesta de Asamblea Constituyente será para ganar; y hoy, con la correlación de fuerzas existente, el resultado sería desfavorable para los intereses del pueblo. Corremos el peligro de que otros decidan sin nuestra participación, que todo lo resuelvan los parlamentarios o representantes designados por los mismos personajes que sostienen el actual sistema político y económico.
Nuestra apuesta pasa por incorporar en una nueva Constitución las demandas que estamos planteando los distintos sectores de la sociedad, para que esa nueva institucionalidad perdure treinta o cuarenta años más».
¿Cuáles debieran ser los contenidos de una nueva Constitución?
«En primer lugar recoger los intereses de todos los sectores sociales postergados y pasar de un Estado subsidiario a uno garante, que asegure los derechos sociales básicos. También debe incluir la preservación del medioambiente y de los recursos y riquezas naturales, como el agua, el cobre o el litio y priorizar las fuentes de energía limpia, que necesitamos para desarrollarnos sin dañar nuestro bienestar.
¿Cómo debe resolver una Constitución el derecho a la participación?
«En la Constitución heredada de la dictadura no existe el plebiscito vinculante, los espacios de participación sólo son decorativos porque quienes intervienen no toman decisiones ni tienen ingerencia en la manera como se distribuirán los recursos. Si no se consagra efectivamente el derecho a huelga, los trabajadores seguirán temerosos de movilizarse y carecerán de una voz fuerte para defenderse de los abusos. Mientras continúe vigente esta legislación laboral represiva y esta institucionalidad heredada de la dictadura, los estudiantes seguiremos luchando para cambiar este sistema injusto».
Publicado en «Punto Final», edición Nº 796, 20 de diciembre, 2013