¿Cómo lo hemos escrito? En principio fuimos tres personas que queríamos leer y escribir con quienes consideramos nuestra clase. Teníamos una editorial La oveja roja, un profundo compromiso personal e intelectual con colectivos de trabajadores en lucha y una apuesta de producción cultural, la sinautoría, practicada por diez años en el cine que llevar […]
¿Cómo lo hemos escrito?
En principio fuimos tres personas que queríamos leer y escribir con quienes consideramos nuestra clase. Teníamos una editorial La oveja roja, un profundo compromiso personal e intelectual con colectivos de trabajadores en lucha y una apuesta de producción cultural, la sinautoría, practicada por diez años en el cine que llevar a la escritura.
Nos acercamos al Campamento de la Dignidad, a las puertas de la fábrica de Fuenlabrada y ya el primer día, en respuesta a la pregunta, ¿tú qué historia contarías si pudieras escribir un libro?, nos pasaron dos largas horas en las que lloramos y reímos, mientras grabamos todos los audios.
Un momento fundante que comenzó este libro. Los testimonios en primera persona que todas las personas allí reunidas contaron, daban cuenta de la lucha obrera y sindical que sostenían contra CCIP (Coca-cola Iberian Partners) por el cierre de su planta de embotellado de Fuenlabrada.
Pasaron ocho asambleas más, de escucha, de grabación. Comenzamos a transcribir los testimonios, los hicimos circular entre gente allegada. Se nos unieron más personas que querían contar su historia, que querían dar cuenta de hitos de la lucha… Juan Carlos lo marcó en el horizonte, nos movía el deseo de que no nos pasará como a Sintel. Queríamos «un museo». Dar cuenta. De todo.
Personas constantes de esa asamblea y la escritora y el editor pasamos a llamarnos «comité de redacción». Nos dimos cuenta. Estábamos escribiendo un libro. Transcritos los testimonios sumaban ya muchas páginas, que nos hacían bien, no solo a quienes las escribíamos sino también a quienes los leían. Comenzamos a pensar cómo hacer públicos todo eso, nos surgió la idea de una línea de tiempo, nos pusimos a ensamblar los relatos. Frente al museo transmedia, nos fue ganando la idea de un libro. Un libro es eterno, es un arma no obsolescente.
Esta es nuestra autobiografía colectiva. Somos CocaCola en Lucha, el colectivo de trabajadorxs afectadxs por el ERE de la fábrica de CocaCola en Fuenlabrada. Y lanzamos a través de Verkami un proceso de financiación popular (¡crowdfunding para lxs modernxs!) para dar a nuestra voz el eco que se merece. Un lucha en primera persona, desde el Campamento de la Dignidad hasta alcanzar la reconquista de nuestro trabajo. Nadie nos ha regalado nada… lo hemos conquistado. Somos Cocacolaenlucha es una autobiografía colectiva. Relato oral que narra en primera persona cómo 238 trabajadores y trabajadoras y sindicalistas de la fábrica de Cocacola en Fuenlabrada vencieron al gigante. Desde un yo soy Carmen, yo soy Antonio, yo soy Juan Carlos, podremos leer situados en una línea de tiempo de dos años, el día a día de unos y unas trabajadoras y sus familias que no aceptaron un ERE ilegal, que el supremo calificó de nulo, y que les ha devuelto a sus puestos de trabajo dos años después.
Mucho frío, varios meses sin salarios ni prestaciones, el descubrimiento de una unión insoslayable entre compañeros de trabajo que apenas tenían un trato cordial… y que en esta lucha se han convertido en los y las espartanas. Obrerxs y sus seres queridxs que se han merecido a un sindicato y un sindicato que se ha merecido una victoria que como obrerxs tendrán que seguir sosteniendo todo el rato.
Recién desmontado el campamento de la dignidad, readmitidos en los puestos de trabajo, la lucha sigue: no ha sido una victoria sin derrotas, ha sido sin embargo sí una victoria sin pasos atrás, ni pasos en falso. Pura verdad y coraje frente a la desfachatez y el desprecio de quienes les habían empleado durante más de cuarenta años y que les cierran la fábrica sin previo aviso el día que firmaban uno de los mejores convenios de la alimentación de Madrid. El comité de empresa de Comisiones Obreras, dice huelga, dice «ni un paso atrás», dice a por el puesto de trabajo. Y lo han reconquistado.
Aunque la lucha continua dado que CCIP (Cocacola Iberian Partners) no cumple la ley, ni está reabriendo la planta de Fuenlabrada como un «centro logístico», sino más bien como un «almacén fantasma». Aunque y eso es lo que hace necesaria la lucha obrera, lxs obrerxs, el mundo que queremos, lo tenemos que hacer. No se lo pagamos a nadie a precio de saldo, para que lo haga por nosotrxs. ¡Somos obrerxs!
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