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Supermán el increíble

Fuentes: Rebelión

En los distintos periodos de la vida humana, las masas populares, sectores medios y altos de cualquier sociedad se requiere la presencia de Supermán, para arreglar entuertos diversos, aquel se presenta con ropajes y poderes distintos, según el caso y la ocasión. Decía Voltaire: «si dios no existiera, habría que inventarlo», reconociendo la necesidad humana […]

En los distintos periodos de la vida humana, las masas populares, sectores medios y altos de cualquier sociedad se requiere la presencia de Supermán, para arreglar entuertos diversos, aquel se presenta con ropajes y poderes distintos, según el caso y la ocasión.

Decía Voltaire: «si dios no existiera, habría que inventarlo», reconociendo la necesidad humana de creer en algo superior a uno mismo y que pueda hacer mucho más que cualquiera de nosotros, en realidad, a lo largo de la etapa esclavista y feudal, los regímenes políticos pertinentes, se imponían por medio de la violencia y el abuso, a pueblos ignorantes, desorganizados, los cuales, sólo podían soñar con que algún día aparezca Supermán y castigue a los poderosos, así, llegó Moisés, líder y mesías de un pueblo esclavizado: el judío, aquel, se ensañó sobre el poder opresor: los egipcios, los cuales, asombrados vieron a las aguas del río Nilo teñirse de rojo, vieron al ángel vengador y otras maravillas, que ya han sido explicadas por la ciencia moderna, lo que se puede ver en el programa «Las voces del Ayer» del Tele canal Discovery Channel, o mejor todavía: usar la lógica y la imaginación (no la fantasía) para entender de una vez por todas que cualquier «milagro» siempre es explicable.

Pero, las desgracias del pueblo judío, continuaron por varios siglos más, y reinventaron a Supermán, ahora en la figura de Jesús.

La única referencia histórica que se tiene de este personaje es la «sagrada» biblia, según la cual, aquel era judío; ¿Cómo son los judíos? Como raza, tienen la piel blanca, pelo y ojos negros, no hay que olvidar que judíos y árabes son primos hermanos, han compartido historia, territorio y tragedias diversas. ¿Cómo se explica que el «retrato» de Jesús, en la catedral de Estambul, sea de un hombre de mediana estatura, pelo ensortijado y negro, ojos negros y una expresión de sufrimiento en el rostro, al tiempo que el Jesús de Moscú, Varsovia o Berlín, tenga el pelo platinado, ojos grises y la piel blanca, propia del mundo germano, y si nos llegamos a Quito, Ecuador, veremos que el personaje es rubio, blanco, lampiño, de ojos azules….., hace un par de años, la ciencia reconstruyó un nuevo retrato del mismo personaje, a partir de esqueletos de la época y el resultado no le gustó a nadie, pues, el rostro correspondía al de un esclavo desnutrido, e ignorante como corresponde a la gente de aquel tiempo. Todo esto ocurre a pesar de que la humanidad tiene una sola imagen de Nabucodonosor, de hace 3110 años, de Aristóteles de hace 2380 años, de Platón de hace 2450 años, Heráclito de hace 2490 años e igualmente de todos los emperadores romanos desde Sylla, ¿Cómo es posible que de la celebridad más importante del cristianismo, tenga 4 retratos? Y opuestos entre si.

Según la biblia, Jesús estuvo en Palestina, en Galilea y en la India, sin embargo, en ninguna parte existe monumentos, documentos, retratos, historiografía, simplemente no hay nada, el hombre que comenzó a escribir el nuevo testamento, lo hizo en el año 128 de nuestra era, ¿de dónde obtuvo información? Ud. lector que accede a la educación, a los periódicos, a las revistas, a los libros, a las bibliotecas y a Internet ¿sabe quien era su tatarabuelo, que hacía, cuántas mujeres e hijos tuvo? Muy poca gente puede responder esa pregunta.

Que Lázaro volvió a la vida, que los ciegos volvían a ver, que los paralíticos volvían a correr, que el milagro de los peces, que la conversión del agua en vino, ¿se puede creer que haya existido alguien capaz de eso y más? Creo que no es Supermán el increíble, lo es la gente que cree en ese personaje.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.