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Guillermo Teillier, secretario general del Partido Comunista

«Tenemos mucho que ganar»

Fuentes: El Siglo

Guillermo Teillier, en su condición de secretario general del Partido Comunista, ha estado directamente involucrado en el surgimiento del Podemos (Poder Democrático y Social), conglomerado de izquierda que ha levantado la bandera de dar forma y proyección a su surgimiento como tercera fuerza en el escenario político chileno, y que entre sus pasos contempla la […]

Guillermo Teillier, en su condición de secretario general del Partido Comunista, ha estado directamente involucrado en el surgimiento del Podemos (Poder Democrático y Social), conglomerado de izquierda que ha levantado la bandera de dar forma y proyección a su surgimiento como tercera fuerza en el escenario político chileno, y que entre sus pasos contempla la presentación de listas de candidatos en todo el país para las próximas elecciones municipales.

Con serenidad y franqueza habla de la unidad de la izquierda y la superación de prejuicios y sectarismos, y anuncia el despertar de la conciencia popular de que no hay más alternativa que romper con el modelo neoliberal en todas sus expresiones.

-¿Qué valoración hace de este momento, a punto de inscribir la lista de candidatos municipales del Podemos?
«Estamos viviendo un momento muy interesante, en el que los trabajadores y el pueblo en general empiezan a tener conciencia de que los grandes problemas que aquejan a la sociedad no se van a resolver mientras permanezcan en el poder gobiernos que son sustento de un modelo de desarrollo neoliberal para Chile.
Hay un incremento de las luchas de los trabajadores, pese a que es difícil todavía obtener victorias debido a la legislación, la represión y la criminalización de esas luchas. Ha sido extraordinaria la comprensión de los chilenos de que si no recuperamos para el país las riquezas básicas no hay ninguna posibilidad de plantearse una nueva forma de desarrollo que contemple la industrialización del país, la solución de temas como la educación, la salud. El royalty se ha transformado en una bandera de lucha de personas de distintas ideologías políticas, ha pasado por encima de los partidos. Nosotros estamos en la lucha por la renacionalización del cobre, pero también el royalty forma parte de esta lucha, aunque no es la solución, y menos todavía lo son el royalty que propone el gobierno o la derecha.
Se está produciendo un despertar en relación a los derechos humanos. Esto de descubrir las cuentas secretas de Pinochet, los millones de dólares de los cuales se apropió, nuevamente pone en el tapete que en Chile no se ha hecho justicia, que no se conoce toda la verdad, que aún hay presos políticos. Tenemos situaciones vergonzosas, como que el Parlamento eluda buscar una solución pese a que todo el mundo sabe que esos presos ya debieran estar libres por el tiempo que han cumplido de condena.
El que aparezca el PODEMOS y sea capaz de presentar una lista única de candidatos a alcaldes y concejales a través de todo el país, despierta un gran interés y una gran expectativa. Nosotros no vamos con recetas mágicas. La posición es que tenemos que unirnos todos aquellos que estemos contra el sistema neoliberal, estudiar la realidad chilena, hacer propuestas y movilizarnos por ellas. Es nuestra propia lucha la que nos va a dar la solución.
No tenemos grandes expectativas en las elecciones todavía, pero si unimos las elecciones a la movilización social y a esta nueva conciencia que está despertando, es evidente que estamos a las puertas del surgimiento de una tercera fuerza y de la posibilidad de crear condiciones para establecer una nueva forma de gobierno en Chile, una nueva forma de democracia».

-Qué significa el PODEMOS para al PC? ¿Es un pacto instrumental, electoral, o va más allá?
«El Podemos es una alianza estratégica que no nació precisamente para hacer pactos electorales, sino para crear una alternativa al sistema neoliberal en Chile.
El Podemos no es sólo un acuerdo electoral. El pacto electoral, que incluye a fuerzas más allá del Podemos, es una oportunidad para expresar nuestras ideas y decirle al país que existe esta tercera fuerza. Claro, todo lo que avancemos en votos o en elección de concejales y alcaldes va a ayudar a que esta alianza estratégica pueda plasmarse en la realidad. Y nos fortalece ir unidos.
No ha sido fácil conformar el Podemos porque había muchos prejuicios, había muchos sectores interesados en que siguiéramos divididos, discutiendo encerrados en cuatro paredes, en que ojalá no nos conozca nadie y no tengamos capacidad para salir en la prensa, para llegar a las poblaciones y sindicatos, pero lo extraordinario ha sido que todos nos hemos dado cuenta de que cada uno solo, por separado, es imposible que se constituya en una alternativa al sistema neoliberal, y que para lograrlo tenemos que unirnos. Nos hemos ido conociendo en todo este proceso, llevamos cerca de un año en esto y se han ido borrando los prejuicios. Había mucha gente que decía que los comunistas después de este pacto electoral haríamos pacto con la Concertación, que íbamos a apabullar a los demás, pero los mismos compañeros nos han empezado a decir ‘mira, teníamos una mirada equivocada, prejuiciosa, hemos conocido a los comunistas y nos damos cuenta de que su interés superior es efectivamente construir una alternativa al sistema neoliberal’. Y nosotros también hemos aprendido de las otras fuerzas, porque también teníamos prejuicios sobre ellas, y los hemos despejado, y lo mejor es que nos hemos ido dando cuenta de que podemos trabajar juntos».

-Más allá de la alianza estratégica, en esta elección hay objetivos específicos.
«Los objetivos son claros. Uno, que quede planteada nuestra propuesta al país. En segundo lugar, que el Podemos quede organizado en las comunas, que exista coordinación nacional de todos los organismos que lo conforman en las regiones y comunas. También hemos pensado que debe quedar organizado el Podemos en federaciones de trabajadores, organizaciones estudiantiles, y estamos trabajando en eso incluso para enfrentar las elecciones universitarias como Podemos, una fuerza que tiene muchas posibilidades de éxito entre los estudiantes. También está el objetivo propiamente electoral, que es el de mantener nuestros votos que obtuvimos en la campaña municipal anterior, superar esa cantidad, y elegir más concejales y alcaldes».

-¿De qué dependerá que eso se logre?
«En primer lugar de los adversarios, que van a tratar de impedir que salgamos a la opinión pública y nos demos a conocer; van a emplear muchos recursos que nosotros no tenemos, el poder del gobierno, su influencia en los medios de comunicación y la gran empresa privada. Esto depende también de que hagamos un trabajo diario, sistemático, de relación con las organizaciones sociales y con todo el pueblo. Depende de que hagamos nuestras las luchas del pueblo, de que tomemos los grandes temas nacionales, como el royalty, los derechos humanos, el cambio de la Constitución, la democratización del país, temas como la drogadicción y la delincuencia. Pero no se trata de asumirlos con un afán electoralista, sino que con la determinación de ganar conciencias y organizar para luchar por la solución de esos problemas, porque sin lucha no habrá solución».

-¿Esa sería la respuesta a la tendencia que existe a que pasadas las elecciones estos problemas son dejados de lado?
«Indudablemente. Para mí, candidatos a concejales o a alcaldes nuestros, si no están ligados a las luchas del pueblo pierden todo su sentido, porque nosotros no concebimos el tener alcaldes o concejales que no estén todos los días encabezando las luchas del pueblo.
Tiene que empezar a expresarse esta conciencia de la gente de que hay que cambiar el sistema, y entonces lo que tienen que hacer nuestros concejales y alcaldes es luchar por cambiar el sistema».

-Las características de la campaña, sus fortalezas. Otros sectores van a realizar un gran despliegue de recursos y de apariciones en los medios de comunicación… La actitud frente al sistema de financiamiento de las campañas…
«La fortaleza nuestra es que la mayoría de nuestros candidatos viven en las mismas poblaciones donde está la gente que tiene los mayores problemas. Vamos a usar el ingenio, tenemos que hacer un mayor esfuerzo por salir a la calle, estar todos los días en la calle. No sacamos nada con pensar en que vamos a llegar a la televisión, porque allí va a seguir siendo muy difícil que nos den espacio. A lo mejor podremos, con este financiamiento estatal, financiar alguna publicidad radial, pero es muy poco más lo que podemos hacer porque el financiamiento estatal es poco y vamos a depender casi exclusivamente de las campañas de finanzas que nosotros mismos hacemos recaudando el aporte de los trabajadores y la gente sencilla de su propio bolsillo».

-¿Son estas elecciones un poco más democráticas que las anteriores?
«No son más ni menos democráticas que lo que venían siendo hasta ahora, porque la falta de democracia no sólo se mide en el sistema electoral, que sigue siendo binominal en general, y que en el caso de las alcaldías es así. En el caso de los concejales existe la posibilidad de elegir en algunas partes. Si tuviéramos los mismos medios que tienen la Concertación y la derecha, seguramente podría producirse un resultado más parejo entre las tres fuerzas, pero aquí el binominalismo se da en el sentido de que ellos tienen todos los recursos en su mano y son privilegiados siempre los dos grandes conglomerados que se disputan quién dirige o administra el sistema neoliberal».

-O sea que hay una tercera fuerza que está en potencia pero que todavía no alcanza a expresarse…
«Efectivamente, y tenemos que hacer un esfuerzo colectivo muy grande, con mucha inventiva e inteligencia, para que el Podemos sea conocido y la gente sepa que hay una alternativa en el país».

-¿Va a estar presente en esta elección el argumento del ‘voto útil’?
«Creo que va a estar presente y que los otros partidos, sobre todo en las elecciones de alcaldes, lo van a usar. Los partidos de la Concertación ya lo están usando respecto a nosotros, y han hecho varios intentos por que no llevemos candidatos a alcalde como Podemos».

-Pero el Podemos presenta candidatos en todas las comunas.
«Yo creo que nos van a quedar algunas comunas chicas donde no vamos a llevar candidato a alcalde, pero en la gran mayoría lo hacemos, y de las más importantes llevamos en todas. Vamos a hacer una campaña política de difusión de nuestra plataforma, y seguramente ellos allí van a levantar este argumento del voto útil, de que si no votamos por ellos va a emerger la derecha, y ya sobre eso nosotros hemos dado argumentos. No vemos que exista una gran diferencia entre la derecha y la Concertación, las propuestas son bastante parecidas y, aunque ellos a veces ventilan grandes diferencias a través de los medios de comunicación, en el fondo éstas no son tales porque los objetivos que persiguen son los mismos. No vemos que estén por profundizar la democracia, tampoco vemos voluntad en ninguno de ellos por cambiar la Constitución o el sistema neoliberal. No vemos que exista una intensión de terminar con la cesantía, ninguno de ellos propicia de verdad que se solucionen problemas como el de la salud o de la educación.
Son muy parecidos y no nos interesa privilegiar a uno u otro. Lo que nos interesa es que nuestro perfil emerja muy claro en estas elecciones, y creo que el que pierde su voto es el que vota por la Concertación o la derecha, porque va a apoyar nuevamente a los mismos que no han sido capaces de encontrar solución a los problemas de este país ya con 30 años de gobierno, porque desde que se dio el golpe hasta ahora han estado implementando este sistema, que lo aplicó de una manera la dictadura, pero de otra lo ha profundizado la Concertación».

-También existe el voto omitido, la abstención, el voto nulo: ¿cómo lo va a enfrentar el PC?
«Los procesos electorales están tan desprestigiados por los sectores que están en el gobierno y por la derecha, que hay una cantidad muy alta de personas que no se inscriben, no votan o anulan. Yo creo que es difícil abstraerse de ese desprestigio que ha alcanzado la politiquería en Chile. Haremos un gran esfuerzo por hacer ver a los electores que votar por esta tercera fuerza vale la pena, porque hemos demostrado durante todo este tiempo que no hemos cambiado de principios, no nos hemos vendido, que hemos mantenido incólume nuestra política de apoyo a la lucha de los trabajadores. Somos una reserva moral en el país y los electores pueden tener esa certeza de este conglomerado.
Nosotros le decimos a esos sectores -de los que hay representantes de ellos también en el Podemos- que el hecho de votar o no, no puede ser un factor de división de las fuerzas que están por constituir una alternativa al sistema neoliberal».

-¿Qué diferencia al Podemos de las experiencias anteriores del MDP y el País?
«Lo distinto es que este es un movimiento que no debiera nacer y morir en torno a una elección, sino que nace para desarrollarse durante muchos años, para fortalecerse y ampliarse.
El FRAP primero y luego la Unidad Popular se plantearon cambios de fondo en el país. Muchas consignas se repitieron durante muchos años y el programa fue más o menos el mismo, que se fue perfeccionando. Y yo creo que ese movimiento pudo ganar las elecciones porque apeló a la conciencia del pueblo, a la organización, a la unidad, por lo que el pueblo entendió la necesidad absoluta de provocar cambios. Allende, a lo que más llamaba en sus discursos era a la unidad, la movilización y la conciencia.
Son cosas que se han olvidado, porque se recurre a las leyes del mercado para lanzar candidaturas, y he visto a algunos que hacen el ridículo y son capaces de hacer cualquier cosa con tal de sacar votos y salir elegidos. Lo que les importa es el momento de la elección y después se olvidan de sus promesas, no les importa para nada el pueblo, la conciencia ni nada.
Yo creo que esto todavía no estaba maduro en tiempos del MDP porque todavía había un ordenamiento de fuerzas, y mucha de la gente que estaba en el MDP hoy está en el gobierno. Hoy las cosas están claras y se han generado condiciones objetivas para que exista el Podemos. El Podemos es una necesidad hoy en Chile. No digo que no lo fuera cuando existía el MDP, pero no había conciencia de eso».

-¿Una de las diferencias es que al otro lado de la línea se han producido algunos cambios, que está más claro el papel que juega la Concertación o el papel de Chile respecto de los demás países de la región?
«Exactamente, y había cosas de las que nos habíamos olvidado, por ejemplo la existencia del imperialismo. Ya ni se usaba la palabra, pero hoy la palabra imperialismo se usa en todo el mundo y está asociada a la guerra, a las intervención norteamericana. Está asociada a la destrucción del entorno natural y también a la amenaza que constituye para la existencia misma de la humanidad. Parecía que estos peligros habían desaparecido junto con el término de la guerra fría o el término del mundo socialista, pero subsisten y se han agravado. Aquí en Chile nos decían ‘ya se acabó la fortaleza del mundo del trabajo porque hay una atomización’, se esgrimieron muchas teorías en ese sentido, pero la organización sindical ha ido creciendo, se ha fortalecido la CUT y crece el número de trabajadores. Que existan trabajadores que hoy no se dedican a palear ripio sino que tienen que trabajar con un computador, es distinto. De igual forma los profesionales se han ido transformando en asalariados, antes no se les consideraba trabajadores y hoy muchos de ellos son explotados.
Los porfiados hechos nos insisten en que hay lucha de clases, que sigue habiendo explotación del hombre por el hombre. Pero algunos que estuvieron de este lado de la línea, que saben que hay una clase que explota a la otra, se han puesto del lado de los explotadores, y eso le va quedando claro a mucha gente; la visión de la realidad se ha ido decantando.
Ya no podemos confiar en que el Partido Socialista, por ejemplo, vaya a producir cambios desde dentro del gobierno de la Concertación que signifiquen una sustitución del sistema neoliberal en Chile. Yo creo que nadie podría hoy imaginar eso, que fue también una teoría que se nos planteó en su tiempo».

-¿Hay también una apuesta al desencanto frente a la Concertación? Porque hubo una gran expectación cuando asumió Lagos, muchos pensaban que iba a cambiar las cosas
«Creo que gente de la izquierda y de nuestro partido tuvo esperanzas en Lagos. Francamente, yo nunca tuve ninguna esperanza que no fuera la de que Lagos iba a seguir por la senda de todos los presidentes de la Concertación, y ha resultado que él ha ahondado más todavía la dependencia de Chile frente a las transnacionales y al propio imperialismo norteamericano. Como lo dijo Bush, el mejor amigo que él tiene en América Latina es Ricardo Lagos. Eso no estaba así de claro antes, y ahora está clarísimo».

-¿Espera que sectores de la Concertación se acerquen a esta tercera fuerza?
«Yo creo que sí, aunque no tanto antes de esta elección, porque todavía hay un proceso de decantación y hay algunos que están tratando de reflotar la Concertación, de presentarla con una nueva cara, y van a surgir planteamientos populistas. Nosotros, cuando votamos por Aylwin, lo hicimos a favor de un programa de la Concertación que era muy avanzado, pero que no se ha cumplido casi en nada. Al contrario, en aspectos fundamentales como las privatizaciones se ha hecho lo contrario y resulta que la Concertación ha privatizado mucho más que la dictadura.
Espero que la gente haya alcanzado un grado de conciencia distinto, aunque entiendo que en estas condiciones tan difíciles trate de asirse de lo que vea más seguro y se deje engañar por las apariencias».

-¿Qué plantea frente a los sectores que están contra el neoliberalismo pero no son de izquierda? ¿El Podemos llega hasta ellos?
«El Podemos agrupa a la izquierda y a movimientos sociales que, algunos, no se han definido de izquierda, pero que se han pronunciado por integrarse porque ven que pueden contribuir a la creación de una alternativa antineoliberal.
Tenemos que ser capaces de unir a todos aquellos que están contra el sistema neoliberal, que están por crear una nueva forma de democracia, aunque incluso no estén en el Podemos, y creo que eso es posible».
-En su último congreso el PC destacó el papel de los trabajadores, ¿cómo es la relación del Partido comunista con la CUT?
«En la CUT se ha logrado, en acuerdo con otras fuerzas, incluyendo sectores concertacionistas que se ven profundamente afectados porque son dirigentes de los trabajadores, dignificar el valor del trabajo y contar con una gran organización clasista. La CUT estuvo muy desprestigiada en un tiempo ante los propios trabajadores, pero ha ido recuperando su prestigio y eso no ha sido sólo un resorte de los comunistas: es el producto del acuerdo entre dirigentes que tienen diferentes formas de pensar, y nos alegramos por ello.
Ahora vienen las elecciones en la CUT y nosotros, como cualquier otro partido, aspiramos también a tener allí una buena representación. Creo que lo vamos a lograr, que vamos a avanzar, no estoy diciendo que vayamos a ser la primera fuerza, pero lo significativo es que también van a avanzar aquellas otras fuerzas con las que hemos coincidido en torno a un programa y una plataforma que han aprobado los trabajadores. Es una plataforma progresista y democrática que propone cambios políticos profundos para el país. En eso tenemos mucha coincidencia con la CUT.
Ahora la CUT ha llamado a abrirle paso a la unidad del pueblo, donde no sólo participen organizaciones sindicales sino también organizaciones políticas y sociales de otro tipo. Si está dispuesta a encabezar algo así, nosotros estamos por contribuir a eso con todas nuestras fuerzas.
Yo creo que lo que están haciendo por un lado los trabajadores y nosotros por el otro a través del Podemos, lo que podamos hacer en torno a la formación de multisociales u organizaciones que agrupen a muchos sectores sociales por la base con los contenidos que entregan la CUT y el Podemos, son los pilares para crear el nuevo sujeto histórico por los cambios que se necesitan en nuestro país. Por eso decimos que el movimiento antineoliberal puede ir mucho más allá del Podemos, pero nosotros vamos a seguir actuando con el Podemos, que es una alianza estratégica que no va a dejar de lado estos objetivos, que tiene que construir esta unidad, y por eso tenemos que estar muy abiertos a concordar con gente que está más allá del Podemos. Incluso en la propia conformación de las listas del pacto electoral va gente independiente que no está en el Podemos, con la única condición de que acepten los puntos principales de nuestra plataforma, que pasan por crear una alternativa al sistema neoliberal.
Creo que vamos por buen camino y que debemos proyectar una política de alianzas con mucha más fuerza, que las bases de nuestro partido, los militantes, nuestros amigos, deben entender que éste es el camino.
Tenemos que desterrar cualquier signo de sectarismo, cualquier miedo a trabajar con otros».

-Finalmente, ¿cuáles son los peligros en este camino?
«Yo sé que hay compañeros que tienen miedo a cometer errores en esta construcción, pero les diría que no tengan miedo. Si cometemos errores lo hacemos luchando, construyendo, no quedándonos en nuestra casa.
También dentro del partido tiene que producirse una lucha ideológica, nunca las cosas son lineales ni pueden ser sin discusión; allí va surgiendo lo correcto, pero tenemos la obligación de avanzar por este camino de la unidad, la movilización, el estudio de la realidad, de las propuestas de solución de los problemas en cada lugar. Tenemos que ponernos al frente de las luchas, con nuestros aliados.
Nosotros tenemos en esto mucho que ganar. En alguna comuna se nos ha pedido que nos omitamos y no llevemos candidatos a concejales. Claro, en esa comuna van a sentir que perdemos la oportunidad de elegir a un concejal o de mantener la votación del partido, pero creo que la votación del partido no se pierde por eso, sino que se mantiene en la medida que nos vean luchando por los problemas del pueblo. Eso es lo fundamental.
Podemos perder con esto en algún lugar, pero ganamos un mundo ante el país. En muchos países se han sorprendido por la emergencia del Podemos, porque muchos pensaban que no íbamos a ser capaces de unir a toda la llamada izquierda extraparlamentaria, y ése no es mérito sólo nuestro, lo es de los humanistas, del MIR, de la Izquierda Cristiana, de la Izquierda Socialista, de la Escuela Libre de Los de Abajo, de los sectores de la diversidad sexual y de todos aquellos que se propusieron esto».