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TIco, el mendigo que toca la flauta en «la república de Cartagena»

Fuentes: Rebelión

Voy al Café Columbus, se están celebrando las fiestas de cartagineses y romanos en Cartagena (del 14 al 24 de septiembre), y me encuentro a Tico tocando la flauta. Está sentado en la calle Mayor, frente a un conocido palacio, y al lado tiene su cajita de cartón con unas pocas monedas.  – Tengo una […]

Voy al Café Columbus, se están celebrando las fiestas de cartagineses y romanos en Cartagena (del 14 al 24 de septiembre), y me encuentro a Tico tocando la flauta. Está sentado en la calle Mayor, frente a un conocido palacio, y al lado tiene su cajita de cartón con unas pocas monedas. 

– Tengo una canción para ti, me dice.

– ¿Es tuya o de «La Polla Records»? le pregunto. [1]

– La he escrito yo. Quiero que la eches una ojeada, a ver qué te parece. Si es buena, a lo mejor la pongo música.

– La voy a leer tomando el café, mañana te comento.

Por las calles desfilan con estruendo avanzadillas de las legiones de Aníbal y Escipión El Africano. Las fiestas han sido declaradas de «interés turístico internacional» y la gente celebra con júbilo la historia, tres veces milenaria, de Cartagena, fundada por Asdrúbal el Bello en el año 227 a.C.

En la terraza del viejo Café Columbus (inaugurado en 1932), coloco mis armas: un libro, un bolígrafo y un cuaderno. Antes de empezar mi tarea despliego en la mesa la hoja que me acaba de dar Tico y leo su canción:

 

Me quedo pensativo. Le voy a decir a Tico que la ponga música o que se la haga llegar a algún grupo punk para que la incluya en su repertorio. Yo sólo conozco a cantautores, a maestros de Tai-Chi y a una bailarina de Sri Lanka, Sharmini Tharmaratnam, (que lo mismo actúa en Madrid que en Nueva Delhi) que me enseñó como danzan las divinidades de la antigua India.

Un grupo de cartagineses y romanos me da el programa de las fiestas y entra en el salón del café, en cuyas paredes hay reproducciones de cuadros de Van Gogh. En la portada del folleto se ve un elefante, una escultura de una mujer sin cabeza y al fondo un mar azul. También hay una leyenda que dice: «Where the History Takes Root». (Donde la Historia echó sus raíces) ¿Mensaje para Murcia y Madrid?

El lunes se representó en un escenario del puerto la boda de Aníbal y la princesa íbera Himilce, acontecimiento que tuvo lugar en el templo de la diosa Tanit (la Astarté de los fenicios) en la primavera del 220 a.C. Ese santuario estaba ubicado en el recinto del palacio que mandó construir Asdrúbal sobre una de las cinco colinas de Qart Hadasht, nombre que dieron a esta ciudad los cartagineses.

(Innúmeros cartageneros y cartageneras consideran un castigo el hecho de que Madrid no reconozca la identidad de esta ciudad que, por su insumisión, fue reducida a un apéndice de Murcia. En Cartagena, los republicanos iniciaron la revolución cantonal en julio de 1873. El Cantón de Cartagena, que acuñó hasta su propia moneda, fue el que más resistió el cerco del gobierno central, hasta enero de 1874. Cartagena fue la última ciudad española que se rindió a las tropas franquistas en la Guerra Civil).

Y vuelve a cantar Quiquiriquí el Noble Gallo Beneventano para decir a Madrid que dé más importancia a esta antiquísima polis mediterránea, llamada Carthago Nova por los romanos, pues si las cosas siguen así, cualquier día podría surgir un grupo de rebeldes reclamando la creación de una Ciudad Estado o la República de Cartagena.

 

Notas

[1] La Polla Records era un grupo vasco de música punk. Estuvo activo entre 1979 y 2003. Tico ya me había regalado varias canciones de ese grupo que se codeaba con Eskorbuto y Cicatriz.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.