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¿Tiene valor económico el trabajo no remunerado?

Fuentes: Granma

El aporte real del trabajo doméstico y de cuidado muchas veces es invisibilizado.

El trabajo no remunerado es una ocupación, en la mayoría de los casos, con rostro de mujer. Las estadísticas de las últimas dos décadas demuestran el aporte real del trabajo doméstico y de cuidado, muchas veces invisibilizado, a pesar de ser una condición imprescindible para alcanzar los niveles de producción disponibles en el país.

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, como parte del programa Trabajo Digno, dirige el proyecto Trabajo no remunerado. Según el informe analizado en el balance anual de este organismo, en marzo pasado, «este proyecto materializa la voluntad política del Gobierno por construir una sociedad de justicia e igualdad social y responde a la demanda de servicios de cuidado».

La Encuesta de Uso del Tiempo de 2002 arrojó que el valor monetario de los servicios domésticos y de cuidado no remunerados representó el 19,6 % del PIB. Diez años después, gracias al Censo de Población y Viviendas, se pudo constatar que de cada cien personas sin buscar o realizar un empleo formal, 44 se dedicaban a los quehaceres del hogar.

Según la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (2016), de 19 189 encuestados, 964 declararon haber abandonado el empleo para dedicarse a labores de cuidado en los cinco años anteriores a la entrevista.

Los cálculos auguran que, para 2030, debido al sostenido envejecimiento que experimenta la Isla, la población de cero a 14 años y los que traspasan el umbral de los 60 pueden llegar a 838 por cada mil habitantes en edad laboral, lo que demandará de estos últimos más tiempo para el cuidado de familiares dependientes.

Aunque no se pague por él, el trabajo de cuidado que se realiza en el ambiente doméstico debe ser reconocido como tal, dada su importancia para garantizar el empleo que sí genera ingresos.

En Cuba existen antecedentes de políticas de cuidado implementadas por nuestro  Gobierno, tras el triunfo de la Revolución, desde las licencias remuneradas a familias para el cuidado de niños menores de un año y las pensiones a madres de hijos con discapacidad severa, cuyos núcleos no tienen solvencia económica, hasta los círculos infantiles, comedores obreros y lavatines, concebidos para aliviar la carga doméstica y de cuidado.

El reconocimiento del valor económico de las labores de cuidado y de su aporte al desarrollo lleva implícito un arduo trabajo de sensibilización con el tema.

Fuente: https://www.granma.cu/cuba/2022-05-17/tiene-valor-economico-el-trabajo-no-remunerado-17-05-2022-23-05-56