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Sobre el Mundial de fútbol

Tiki-taka

Fuentes: Rebelión

G.L.: Sarkozy en dificultades por el caso L’Oreal; Berlusconi amenaza con convocar elecciones ante los últimos escándalos; Merkel, acosada por su propio partido y con Die Linke, que quiere gobernar. ¡Qué buenas son para la izquierda las derrotas en el Mundial! Escribías el otro día que quieres que gane Holanda. S.L.A: Lo de que quiero […]

G.L.: Sarkozy en dificultades por el caso L’Oreal; Berlusconi amenaza con convocar elecciones ante los últimos escándalos; Merkel, acosada por su propio partido y con Die Linke, que quiere gobernar. ¡Qué buenas son para la izquierda las derrotas en el Mundial! Escribías el otro día que quieres que gane Holanda.

S.L.A: Lo de que quiero que gane Holanda hay que entenderlo en su contexto. Lo que no quiero que gane es el rancio españolismo, la chulería de siempre, el España-araña, los gestos taurinos, el «a por ellos» y, para redondear el cuadrado mágico, el español-español-español. Ya he confesado mi admiración por el juego desplegado por la selección en el partido del miércoles y mi acuerdo con el ejemplar y pedagógico respeto, prudencia y modestia de muchos jugadores y de algunos técnicos. Espero que se abone este sendero se gane o se pierde en la final que, más allá de cualquier otra consideración, es básicamente un partido de fútbol. Me da risa hablar en estos términos, pero sea cual sea el resultado la selección española habrá hecho historia (Por cierto, la por ahora aplastante victoria del equipo francés en la Copa Davis puede sentar al país de maravilla).

Si además estuviera garantizada, o cuanto menos fuera muy plausible, la implicación material que tú apuntas irónicamente -si derrota en el mundial, cambios gubernamentales hacia la izquierda-, mi deseo tendría una coartada política perfecta. Sabemos que no es así y sabemos además que, tal como están las cosas, o no existen alternativas en los países que señalas o, si existen, no son cosa que hagan soñar en ningún trasmundo feliz. Pensar que en Italia la alternativa a Berlusconi pasa por Fini o, incluso, por un mayor peso político de Bossi y su indeseable Liga del Norte, pone los pelos de punta, el corazón en un puño y el puño en un grito de impotencia interminable. Que Sarkozy esté en dificultades, sólo en dificultades por el caso L’Oreal también cuadra bien desgraciadamente con los tiempos de neoliberalismo y ausencia pública de los valores de izquierda que nos han tocado vivir y, sobre todo, malvivir.

G.L.: La tesis de la película Mi amigo Eric de Ken Loach me llegó al alma. Cantona dice que su mejor jugada fue un pase. Zapatero estará encantado al haber recibido ese pase magnífico en profundidad -qué visión de juego- de Vicente del Bosque: «En España también pasan cosas buenas».

S.L.A: No sé si Zapatero está encantado, pero, sinceramente, creo que tanto da. Allá él con sus encantos. Del Bosque, en mi opinión, espero equivocarme, es una persona razonable en muchas ocasiones -sus declaraciones tras el partido del miércoles fueron correctas y sensatas- pero intuyo un españolismo de fondo que a mí me crispa los nervios. Hizo un anuncio con la ministra de Guerra el día de las Fuerzas Armadas que ya decía mucho de él y no bueno. Las formas de decir que tú citas son abono del mismo rancio patriotismo de siempre. Lo bueno no ha pasado en España sino en Sudáfrica y lo bueno no le ha pasado a España, un innegable ente de ficción, sino a la selección española de fútbol y también, puedo admitirlo, a sus seguidores.

El recuerdo de Cantona y de la película de Ken Loach es otra cosa. Tiene más calado. No sé si es un asunto del guión de la película pero no me extrañaría que fuera también la opinión del gran delantero del Manchester. Un pase, no un gol, algo que permite que otro compañero avance o marque, es lo que él mas valora. ¡Está bien, está muy bien! Es la arista cooperativa del fútbol, un juego que no puede funcionar con esquemas individualistas, un nudo que a mí me gusta y que creo que encarna bien el juego de la selección y, permíteme la nota al pie, también recoge el juego del Barça de Guardiola, un estilo que, no descubro ningún nuevo teorema ni ningún nuevo océano, está en la base del juego del combinado de Del Bosque. Por lo demás, el pase de Cantona, la jugada que podemos ver en la película de Loach, es formidable, es tan, pero tan elegante.

G.L.: He leído que el gol de Carles Puyol fue «racial». El diario As titulaba: «Visca España».

S.L.A:  Gol racial, furia española… ¿De qué gol racial hablan si el gol lo marcó un jugador que no va de eso, que no ha sido educado en esa tradición trasnochada y que, además, nunca ha coqueteado con esos elementos distintivos de nuestra supuesta raza como sí han practicado otros jugadores como, por ejemplo, Raúl? Además, por lo que parece, yo no lo sabía, el gol de cabeza de Puyol es una jugada ensayada en «el laboratorio» del Barça de Pep Guardiola. ¡Qué raza es ésta, qué furia es ésa! Fue idea de Puyol, no de Vicente del Bosque. Fue Puyol quien, según parece, le dijo a Xavi que le intentara poner un centro así (que, por cierto, también tiene mucho mérito).

No sé si es cierto lo que aquí apunto pero está muy bien hallado y mejor narrado. Así, entre paréntesis, permíteme elogiar la modestia de Puyol. No va de héroe, no quiere conseguir ningún premio especial, y reconoce que el balón de oro debería tener otros destinatarios.

G.L.: Mi jugada favorita en este Mundial fue esa protesta contra el monopolio de la FIFA por parte de un sudafricano que, indignado por la detención de unas holandesas que llevaban propaganda que rompía con el monopolio de la FIFA, hizo unas camisetas en las que estaba escrito: «Fick Fufa» y en otras «MAFIfA». ¿La tuya?

S.L.A: La mía, hasta ahora, ha sido la pancarta que los jugadores argentinos sacaron al campo apoyando la concesión del próximo premio Nobel de la Paz a las abuelas y madres de jóvenes desaparecidos. Por eso deseaba que Argentina llegara a la final y la ganara. Eso ya vale un Mundial. El speech antirracista de un jugador brasileño en el partido contra Holanda tampoco estuvo mal.

G.L.: La Carbonero hasta en la sopa en España; la Riquelme se desnuda en Paraguay. Ahora la actriz porno holandesa Bobbi Eden promete en Twitter hacer el amor con todos sus contactos si gana Holanda. Ya lo prometieron dos colegas más: la estadounidense Vicky Vette y la inglesa Miss Hybrid. Impresiona que esas noticias ocupen lugares destacadísimos en la sección «Noticias más leídas» en los diarios online.

S.L.A: Todo este tipo de cosas no las sigo. No tengo ningún interés en ellas. Es el lado oscuro y machista retrógrado que rodea al fútbol. Algunas mujeres, en mi opinión, ubican su liberación en territorios comanches que sólo les conducen a la estupidez y a la subordinación aumentada.

G.L.: En mayo de 2008 hubo 62 muertos en ataques xenófobos contra inmigrantes en Sudáfrica. Leo en el Mail & Guardian que muchos zimbabuenses están abandonando estos días Ciudad del Cabo por temor a que, terminada la Copa del Mundo, haya un rebrote de ataques racistas.

S.L.A: No conozco bien el tema pero algo he leído. No sé qué decir aparte de apuntar que el mundo, como decía Gramsci, sigue siendo grande y terrible para millones de personas. Mi impotencia política es total, aléfica, ante estos casos.

G.L.: La FIFA, libre de impuestos; garantías policiales y judiciales extraordinarias… Leo aquí que el Gobierno sudafricano garantizó 17 medidas extraordinarias a la FIFA. Prevalecen los intereses de la transnacional del fútbol sobre los intereses soberanos de Sudáfrica. Habrá que añadir un capítulo al libro de la Shock Economy de la Klein. ¡Qué gran oportunidad para saltarse las leyes normales ofrecen los grandes eventos, da igual que sean deportivos, religiosos o «culturales» como una Expo!

S.L.A: Está bien visto lo que señalas, no se me había ocurrido. Creo que Naomi Klein, a quien no se le suele escapar ni una, tampoco ha pensado en ese vértice. Estos acontecimientos consiguen centrar el interés de miles de millones de personas. No exagero en la cantidad. Mientras tanto, al mismo tiempo, la historia y los grandes poderes siguen actuando. Fidel, que cada día que pasa está más lúcido, ha alertado en artículos, magníficos en mi opinión, sobre las amenazas crecientes que acechan a Irán, diseñadas y generadas en momentos en los que la opinión pública, incluso la más crítica, tiene la atención en otros vértices.

G.L.: ¿Por qué a la gente no le interesan Las cuentas oscuras de la FIFA? ¿Otro fútbol es posible?

S.L.A: No es que a la gente no le interesen las cuentas oscuras de la FIFA. A las gentes no les interesa la propia FIFA. Les gusta el fútbol, no les gustan sus trabajos, ni la explotación a la que están sometidos, ni el trato inhumano y despótico que reciben en ellos, ni los múltiples problemas que les rodean por doquier, y se centran en algo lúdico que les da satisfacción y les hace olvidar todo lo demás. El patriotismo deportivo, o cuanto menos, el nacionalismo futbolero tiene esa raíz. ¡Vamos a pasarlo bien, déjate de problemas, que la vida ya tiene suficiente dureza! Si, además, «ganamos», mejor imposible.

No les importa incluso que los jugadores de la selección reciban premios de más de 500.000 euros, lo que muchos trabajadores españoles ganarán con dificultad a lo largo de su vida laboral de más de 40 años.

G.L.: A propósito de la final de hoy he leído este comentario: «La noticia más importante de estos dos días está siendo opacada por el fútbol, creo que más o menos intencionadamente, y es la privatización de las cajas de ahorro (la única banca pública que quedaba en este país). Eso sí que es un gol de campeonato, un nuevo regalo para el capital privado y el desmonte de lo que ha hecho que el sistema financiero español aguantara los envites de las quiebras». Cuando ganó Italia, dijeron que un Mundial valía un punto y medio de PIB.

S.L.A: He leído la noticia de la privatización de las cajas; he aprendido de los análisis que han escrito sobre ella Alberto Montero Soler y Juan Torres López pero no sé añadir nada de interés. Por lo demás, y si me permites, no estoy seguro de que las cajas de ahorro, ya antes de la reforma, pudieran considerarse «banca pública» en ningún sentido significativo del concepto. Yo no logro ver a a La Caixa desde que tengo uso de razón política en esa casilla clasificatoria. También he escuchado que se han hecho cálculos sobre los potenciales beneficios para el PIB español, el Dios económico por antonomasia, que se alcanzarían con una victoria de la selección en la final. No soy competente para juzgar si hay mucha o poca publicidad engañosa en este nudo y de nuevo el nacionalismo, económico en este caso, puede galopar y cortar el viento al mismo tiempo.

Que la nueva legislación sobre las cajas se haya efectuado en estos momentos, sin apenas debate ciudadano, sin que se hayan oído y meditado las voces discrepantes, cuando la ciudadanía tiene masivamente su punto de atención en la manifestación del sábado en Barcelona y en el partido del domingo es, nuevamente, un indicio claro, y concreto esta vez, de las prácticas escasamente democráticas con las que se gobierna en este país y en muchos otros. No es que nuestra democracia sea una democracia demediada sino que, en asuntos esenciales, en temas que tocan directamente intereses y poder, es inexistente.

Ya que estamos en este punto, permíteme denunciar también la publicidad directa y encubierta que Banesto, el banco que preside la hija, en absoluto disidente, de Emilio Botín, uno de los antimodelos de ciudadano más logrado que yo conozco, está consiguiendo a través de la selección española de fútbol. Juegan con todo, ponen sus sucias garras en cualquier ámbito y acontecimiento. Sin perdón, sin piedad, sin límites. Su hybris es descomunal y su capacidad para ver y rectificar es nula. Están cegados por su insaciable voluntad de poder.

G.L.: Gracias por la charla, Salvador. Te busco dentro de dos años para comentar las Olimpiadas…

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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