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Un estudiante congoleño pide el comic "Tintín en el Congo" sea declarado racista y retirado de las librerías.

Tintín llevado a juicio

Fuentes: BBC

Un estudiante congoleño ha iniciado un proceso judicial en Bélgica pidiendo que el libro de cómic «Tintín en el Congo» sea declarado racista y retirado de las librerías. El estudiante, Bienvenu Mbutu Mondondo, también reclama a la editorial Moulinsart, que posee los derechos de la historieta, una compensación simbólica de 1 euro. La empresa se […]

Un estudiante congoleño ha iniciado un proceso judicial en Bélgica pidiendo que el libro de cómic «Tintín en el Congo» sea declarado racista y retirado de las librerías.

El estudiante, Bienvenu Mbutu Mondondo, también reclama a la editorial Moulinsart, que posee los derechos de la historieta, una compensación simbólica de 1 euro.

La empresa se defiende alegando que el libro, publicado por primera vez en 1931, debe entenderse en el contexto en que fue escrito.

Pero la querella tiene antecedentes: en julio la cadena británica de librerías Borders cambió el libro a la sección de adultos cuando un grupo antiracismo se quejó por la descripción «ofensiva» que hace del pueblo congoleño.

La Comisión de Igualdad Racial del Reino Unido exigió que se prohibiera el libro de las aventuras en África del periodista, ideado por el dibujante belga Georges Remi ‘Hergé’, ya que a su entender contiene «palabras de un horroroso prejuicio racial, en las que los ‘nativos salvajes’ parecen monos y hablan como imbéciles».

A su criterio

Borders dijo, en un comunicado, que son sus clientes quienes deben decidir «si lo leen o no».

«Borders se esfuerza por ofrecer una amplia gama de materiales y por apoyar a nuestros clientes en su derecho a escoger lo que quieren leer y comprar», señaló la empresa.

«Dicho esto, también nos esforzamos por actuar de manera responsable como vendedores y de ser sensibles a todas las comunidades que servimos», añadió.

Las ventas de «Tintín en el Congo» se dispararon tras la polémica.

«Estereotipos»

Los editores del libro, Egmont, dijeron que éste tiene impresa una advertencia de que contiene «estereotipos paternalistas y burgueses de la época, una interpretación que algunos lectores pueden considerar ofensiva».

El autor, fallecido en 1983, varias veces expresó su disgusto por algunas ideas reflejadas en sus libros.

A Hergé lo acusaron de anticomunista y de colaborar con los nazis durante la segunda Guerra Mundial.

Pero muchos de sus admiradores señalan que sus obras se deben leer como libros de aventuras, y explican que son reflejo de una época en la que los sistemas de valores de parte de la sociedad eran diferentes a los que prevalecen en la actualidad.