Gustavo Petro es hoy el único líder del país con la solvencia ética, moral, intelectual y política para encabezar el cambio que reclama a gritos Colombia.
El hombre que ha denunciado con la mayor valentía y determinación desde hace años a las mafias de todos los pelambres: a narcotraficantes, asesinos, paramilitares, criminales del Estado y políticos corruptos no puede ser presentado ahora como cómplice de los bandidos.
Petro, el que destapó el Carrusel de la Contratación y llevó a la cárcel a los hermanos Moreno Rojas, el que denunció a los criminales de la Costa Atlántica, el que desenmascaró a Álvaro Uribe y su política genocida, el que enfrentó al narcoparamilitarismo a riesgo de su propia vida, es víctima hoy de una campaña infame, ruin y cobarde.
Por eso, resulta fundamental la movilización nacional en respaldo a Petro para desmontar el abominable cerco tendido por las mafias en el poder y los tentáculos de ese poder en las cárceles.
Movilización que debería concluir en un multitudinario acto en Bogotá, para demostrarle al régimen uribista en el gobierno, a sus mafias y a sus siete candidatos (Gutiérrez, Fajardo, Hernández, Betancourt, Pérez, Rodríguez y Gómez), que el pueblo colombiano sigue con Petro y lo respalda.
Una movilización nacional para no dejarnos arrebatar la victoria, como lo pretende el entrampamiento develado, en el que el régimen de Iván Duque y sus cómplices han usado todos sus medios y argucias oscuras.
Para no dejarnos arrebatar el anhelo de tener, por primera vez en 202 años de soledad, un gobierno popular y democrático en Colombia.
La campaña electoral entró en lo que se había previsto y denunciado varias veces en los meses precedentes: la guerra sucia más brutal.
Como no pudieron con las tergiversaciones, las injurias, las calumnias y los montajes contra todas y cada una de las propuestas de Petro, ahora el régimen criminal en el poder y sus mafias pasan a la segunda fase de su estrategia: la del entrampamiento.
Debemos pasar entonces, quienes respaldamos a Petro, a la respuesta multitudinaria que esta oligarquía infame, tramposa y cobarde merece.
Esa es la única forma de defender la victoria popular que la derecha, la extrema derecha y los tibios, famélicos oportunistas todos, nos quieren escamotear.
Se acabaron las vacaciones de Semana Santa, señores de la campaña por el Cambio. Es hora de reaccionar y de actuar para defender el anhelo popular.
No más silencio: que se sienta el grito del pueblo en respaldo a Petro y al Pacto Histórico en todo el país. Defendamos desde ahora la victoria popular del 29 M.
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