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Cronopiando

Tópicos faranduleros

Fuentes: Rebelión

ópicos faranduleros «Mis éxitos se los agradezco, sobre todo, a Dios que me ha dado la fuerza para superar tantos obstáculos, a mis padres que me han ayudado siempre, y a ese público que me sigue y me quiere, que apoya mi carrera, gracias de corazón. Y gracias también a mi esposa, a mis hijos, […]

ópicos faranduleros

«Mis éxitos se los agradezco, sobre todo, a Dios que me ha dado la fuerza para superar tantos obstáculos, a mis padres que me han ayudado siempre, y a ese público que me sigue y me quiere, que apoya mi carrera, gracias de corazón. Y gracias también a mi esposa, a mis hijos, porque lo más duro de esta profesión es no poder pasar más tiempo con mi familia».
Y la verdad es que me gustaría que una de esas grandes luminarias del bisnes-show, sea que cante, haga cine o venda exclusivas, reconociera un día delante de las cámaras que el éxito que se le atribuye es resultado de una planificada y costosa inversión, incluyendo el soborno a periodistas y el pago de comisiones en la radio o en los medios.
Me gustaría oírles decir que toda la original creatividad de la que son capaces la han venido aplicando en la invención de pulcros escándalos, siempre muy bien aireados, que quedan debidamente esclarecidos al otro día y cuya responsabilidad recae en el acoso a que se ven sometidos por los impertinentes periodistas que no respetan su vida privada.
Me gustaría escuchar de sus labios que lo que más les apasiona de su trabajo es estar haciendo constantemente las maletas para perder de vista por un tiempo a unos pendejos hijos que todo lo que hacen es joder la paciencia; y que nada es más desagradable que volver al hogar en que te espera el o la consorte, con sus interminables chismes, recelos y quejas, y el insoportable expediente de los padres.
Me gustaría que, acaso una vez fueran sinceros y confesaran que no se cuidan nada, que se la pasan subiendo y bajando las quijadas, que sólo son capaces de dormir si antes se atiborran de pastillas y que no hay problema, por más gordo que parezca, que no lo corrija una buena cirugía.
Me gustaría que, en vivo, en directo y a todo color, respondieran un día que nunca han creído en Dios, que no han vuelto a una iglesia desde que se casaron por aquello de cuidar las apariencias, y que la confianza en su brillante carrera al estrellato no nace de su consagrada devoción al Altísimo, sino de su absoluta falta de escrúpulos.
Me gustaría sí, que acabaran diciendo que ese público que los idolatra sólo es una masa idiota de descerebrados, dispuesta a ensalzar lo que se le proponga si por el medio tercia una buena promoción…
Me gustaría pero… voy a quedarme con las ganas.