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Adaptado por Harold Pinter de un discurso pronunciado cuando le hicieron entrega del premio Wilfred Owen a comienzos de año.

Tortura y miseria en nombre de la libertad

Fuentes: The Independent

Traducido por E. González para Rebelión

«No podemos permitir que otros piensen por nosotros.
Si continuamos sometidos a la retórica política
y a las abstracciones estamos condenados».
Harold Pinter. .
www.haroldpinter.org


El gran poeta Wilfred Owen articuló la tragedia, el horror – y desde luego, la piedad – de la guerra de un modo que ningún otro poeta ha logrado. Sin embergo, no hemos aprendido nada. Casi 100 años después de su muerte, el mundo se ha vuelto más salvaje, más brutal, más despiadado.

Pero el «mundo libre», nos dicen, tal y como está representado por los Estados Unidos y Gran Bretaña, es diferente al resto del mundo, dado que nuestras acciones son dictadas y sancionadas por una autoridad moral y una pasión moral sancionada por alguién que se llama Dios. Para algunas personas no resulta difícil comprederlo, pero para Osama Bin Laden es sencillo.

¿Qué habría pensado Wilfred Owen de la invasión de Irak? Un acto bandido, un acto evidente de terrorismo de Estado, que demuestra un desprecio absoluto por el concepto de Derecho internacional. Una acción militar arbitraria inspirada por una serie de mentiras y grave manipulaciones mediáticas, luego de la opinión pública. Un acto orientado a consolidar el control militar y económico de EEUU sobre el Medio Oriente Middle East, disfrazado como último recurso como un acto de liberación, luego de que todas las demás justificaciones fallarán en justificarse a sí mismas. Una formidable aserción de la fuerza militar responsable de la muerte y mutilación de miles y miles de personas inocentes…

Un registro independiente y totalmente objetivo de las muertes de civiles iraquíes publicado en a revista médica The Lancet estima que la cifra se aproxima a los 100,000. Pero ni los EEUU ni el Reino Unido se preocupan de contar los muertos iraquíes. Tal y como memorablemente afirmó el General Tommy Franks del Comando Central de EEUU: «No contamos los muertos «.

Hemos llevado la tortura, bombas fragmentarias, depleted uranio, innumerables actos de asesinato aleatorio, miseria y degradación del pueblo iraquí, y a eso lo llamamos «traer la libertad y la democracia al Medio Orienta». Pero, como todos sabemos, no hemos sido bienvenidos con las flores anunciadas. Lo que hemos desatado es una resistencia feroz y imoparable, mutilación y caos.

A estas alturas, surge el interrogante: ¿y qué pasa con las elecciones iraquíes? Bueno, el Presidente Bush en persona respondió a esta pregunta, cuando afirmó: «No podemos aceptar que puedan haber elecciones democráticas libres en un país bajo ocupación militar extranjera». Tuve que leer esta afirmación dos veces, antes de darme cuenta que estaba hablando del Líbano y de Siria.

¿Qué es lo que Bush y Blair ven de verdad cuando se miran en el espejo?

Creo que Wilfred Owen compartiría nuestro deprecio, nuestra revulsión, nuestra nausea y nuestra vergüenza, tanto frente al lenguaje como frente a las acciones de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña.