Como un soberano de la edad media, Toto se considera dueño del territorio, de la vida y el actuar de los quindianos.
Para entender cómo y quién ejerce el dominio y el poder en el Quindío, desde hace unas décadas, es importante acudir al estudio y las reflexiones que filósofos de la biopolítica han hecho de la sociedad.
Michel Foucault explicó que durante la Edad Media y hasta aproximadamente los inicios del siglo XVIII, la gestión de las sociedades estaba dominada por el paradigma de la soberanía. El poder del régimen de la soberanía operaba mediante la siguiente fórmula: “hacer morir, dejar vivir” y, desde esa perspectiva, la vida de quienes hacen parte de su territorio les pertenece y es él quien dispone de ella, imponiendo sus normas de maneras extraoficiales.
Como si estuviésemos en la edad media, en el Quindío ha venido operando el poder bajo la égida del soberano que se considera dueño del territorio. Y ese soberano lo han producido las formas en que actúa el poder del narcotráfico. Producto de él, respaldado por él, se ha venido anidando desde la década de los noventa del siglo pasado y con nuevos liderazgos desde comienzos de este siglo, un actuar delincuencial con el beneplácito, la aquiescencia y la connivencia de los gobernantes y de las diversas ramas del Estado.
En los noventa, hizo parte del paisaje político, los acuerdos de los tres Representantes a la Cámara, respaldados por sus facciones políticas: la Anapo, un sector del liberalismo y el sector conservador de Oviedo, para distribuirse las alcaldías de los municipios y la gobernación del departamento.
No es necesario ahondar mucho en lo que devino esta práctica del accionar político. Se impuso la política del miedo, el silencio, la muerte, que terminó cobrando el poder para unos y la muerte para otros. En el presente siglo, hoy, como la maleza, se reproduce esa cultura, y otro lo viene a reemplazar con métodos parecidos. Un iletrado se apoderó del poder político y lo ejerce a su manera, a la manera del soberano del medioevo.
Como reencarnación de Oviedo, Toto, el nuevo soberano, hace lo mismo: intimida, amenaza, y si es necesario mata, elimina a su competidor, pues como soberano se considera dueño de los seres que habitamos este territorio.
Hay un largo listado de personas y líderes asesinados, que no se quedaron callados y denunciaron algunos hechos, o se opusieron a imposiciones, en la última década, donde se ha acentuado el poder del soberano, tales como: Rómel Hurtado (2010); un funcionario de la Gobernación en el municipio de Montenegro (2013); César Augusto Santillano Montoya, amante de la ex esposa de Toto (2014); Cristian Camilo Toro Rodas, exconcejal de Quimbaya, empresario y líder político (2018); Pedro Amorocho Barragán, abogado penalista (2018); Juan Sebastián Rentería Trujillo, jurídico del Concejo de Armenia (2020); Rubén Darío Melo, concejal de Armenia (2021). Es bueno que la fiscalía responda ¿qué ha pasado con las investigaciones de estos asesinatos?
Violadores de la ley con nivel social respetable (concejales, diputados, contratistas, ingenieros, profesionales) aliados y títeres del soberano, han convertido en un festín el municipio de Armenia para saquearlo, protegidos por una justicia que discrimina, al bandido pobre lo castiga con prontitud, mientras esconde la Ley para el soberano y sus aliados, bandidos de cuello blanco. Actúan desde la siguiente óptica: A los amigos, la norma se les interpreta; a los enemigos, se les aplica. En Armenia y el Quindío, no nos falta dinero, nos sobran ladrones y, sobre todo, de cuello blanco.
La campaña para Cámara de Representantes está asociada a ese poder soberano. El iletrado, el soberano, se adueñó del partido Cambio Radical, imponiendo candidatos y lista cerrada.
En el local de la bolera, calle segunda, vienen realizando reuniones, en tiempo laboral, por dependencias y por Secretarías, obligando a hacer campaña por esta lista y a conseguir entre 10 y 30 votos, si quieren garantizar la continuidad en el puesto o el contrato, o la amenaza con la pérdida, si no se acepta esta imposición, en una clara violación de la ley por constreñimiento electoral.
La pregunta a los ciudadanos, a los electores, a los que son víctimas del constreñimiento, ¿vamos a seguir permitiendo que se imponga la cultura del miedo, de la intimidación, y, por ende, seguir permitiendo que se adueñen, que se roben los recursos que le pertenecen al desarrollo de la infraestructura, del turismo, de la salud y la educación de los armenios y los quindianos?
También los órganos de control deben responder qué investigaciones se adelantan, a la gobernación, y a la alcaldía de Armenia, en lo relacionado con denuncias por constreñimiento electoral de que son víctimas funcionarios y contratistas. Debo preguntar igualmente ¿los órganos de control podrían actuar de oficio?
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