Producto de las constantes movilizaciones que han cuestionado el sistema educativo en general, uno de los puntos que ha generado mayor discusión es la calidad de la educación, sin entrar en el debate de qué se entiende por calidad de la educación, lo negativo es que los que han monopolizado la discusión han sido los […]
Producto de las constantes movilizaciones que han cuestionado el sistema educativo en general, uno de los puntos que ha generado mayor discusión es la calidad de la educación, sin entrar en el debate de qué se entiende por calidad de la educación, lo negativo es que los que han monopolizado la discusión han sido los gobiernos tanto de derecha como de la concertación más algunas instituciones afines a los gobernantes de turno. Esta monopolización ha sido nefasta porque ha evadido los problemas fundamentales (una educación clasista y discriminatoria) y se ha centrado en «cortar el hilo por la parte más delgada» aduciendo que los principales responsables del fracaso del modelo educativo son sobre todo los profesores que carecen de las competencias básicas para ejercer la docencia.
«La mayoría estará de acuerdo en la importancia que tiene contar con profesores de excelencia para alcanzar una educación de calidad», ha manifestado la organización Educación 2020 que actualmente trabaja para el gobierno de la Nueva Mayoría, pero ¿cómo se logra esto? ¿La calidad de la educación depende solo de los profesores?
Los profesores agrupados en el Movimiento Unidad Docente (MUD) afirman que el Estado con sus políticas ha manifestado que para mejorar la calidad de la educación se debe perfeccionar la formación inicial, otorgar mayores atribuciones a los Directores y despedir a los malos profesores. Esto último se conseguiría a través de mayores evaluaciones ligadas a la desvinculación, cuestión que implica modificar el Estatuto Docente, NORMATIVA que haría casi imposible, sostienen, el despido de profesores. Este ha sido el objetivo de la ley 20.501 aprobada el 26 de febrero de 2011. Para el MUD estos supuestos por los cuales se generan políticas educativas del ejercicio docente evaden lo fundamental: los aprendizajes de los estudiantes están fuertemente condicionados por variables estructurales como lo es el contexto socioeconómico en el cual se insertan y, las condiciones de trabajo de los y las docentes actualmente definidas por una flexibilidad laboral extrema que dificultan considerablemente el desarrollo del buen ejercicio profesional y, en consecuencia, condicionan la calidad de la educación.
Sin embargo, la acción docente es fundamental en el proceso educativo y es por esto que las condiciones en las cuales actualmente desarrollan la pedagogía deben ser modificadas. Según datos del primer Censo docente, un 36% de los profesores no tiene contrato fijo y un 29% trabaja entre 10 a 12 horas extras que no son remuneradas. Asimismo los datos recopilados muestran que los salarios son bajos, el 24% recibe entre 250 mil a 500 mil pesos; y un 30% reciben entre 501 mil a 750 mil pesos. Los docentes ganan un tercio menos de salario que otros profesionales con los mismos años de estudio y a los cinco años un 46,5% menos.
Los docentes, en general, dedican mucho más tiempo del presupuestado en la planificación y producción de sus clases, esto provoca que dispongan de muy poco tiempo para actividades ajenas al quehacer pedagógico. Según datos del Censo docente, un 63% dedica entre dos a tres horas para estar con su familia y para el esparcimiento y ocio un 79% de los profesores dedica solo de uno a cuatro horas. Otro dato importante relacionado con la calidad de vida de los profesores es su condición habitacional: un 17% manifiesta vivir como allegados.
Asimismo el MUD afirma «hoy en día, el grueso de los profesores se encuentra en precarias condiciones de trabajo. Sus jornadas de trabajo son extremas; ejercen labores en aula aproximadamente el 75 a 80% de su tiempo, mientras que la diferencia es destinada para atención de apoderados y consejos de profesores. El tiempo para planificar las clases, las evaluaciones, corregir pruebas etc., prácticamente no existe. En estas condiciones difícilmente se les puede exigir creatividad e innovación puesto que no hay tiempo para ello».
La inestabilidad producto de la flexibilidad laboral es otro factor constante en este tipo de trabajo, pues el empleador tienen la facilidad de contratar y despedir a los docentes de un establecimiento educacional, aumentando las causales y minimizando los costos del contratante. Los docentes de colegio particulares subvencionados al estar regulados por el Código del Trabajo son fácilmente desvinculados, pues estos colegios-empresas apelan al artículo 161 «por necesidades de la empresa»; por su parte los profesores de colegios municipales igualmente se encuentran en una situación de inestabilidad gracias a la ley 20.501 que aumenta las causas de despidos otorgando a los directores el poder de despedir hasta el 5% de la planta docente y, lo que es más grave aún, se eliminan las indemnizaciones por años de servicios, siendo reemplazadas por bonos de compensación, cuando el profesor ha sido desvinculado por malas evaluaciones docentes .
Otro factor que contribuye a la inestabilidad laboral es la masificación de los contratos a plazo fijo. Según el estatuto docente solo un 20% de la planta de profesores puede estar contratado en esta condición, pero esto ha sido violado por un sin número de municipios que tienen a más de este porcentaje a contrata. Por lo que cada fin de año constituye un motivo más de incertidumbre, pues no saben si nuevamente serán contratados, esta situación provoca por ejemplo no poder acceder a antigüedad funcionaria o no ser sujetos de créditos bancarios para obtener una vivienda.
Las condiciones de precariedad y explotación en el trabajo docente traen como consecuencia el desarrollo de enfermedades físicas y psicológicas. Según investigaciones de la UNESCO existe una relación directa en las condiciones de trabajo y la salud en el rendimiento laboral.
Los docentes desarrollan enfermedades físicas y mentales. En relación a los problemas físicos sobresalen altas tasas de disfonías, enfermedades cardiovasculares y trastornos musculares esqueléticos. Asimismo en cuanto a la salud mental se destaca las altas tasas de trastornos depresivos, ansiosos y estrés. Según datos de la UNESCO, Chile es uno de los países en el cual se presenta mayor porcentaje de depresión entre los docentes, 42%. Finalmente, en relación a la salud general los docentes desarrollan enfermedades como gastritis e hipertensión arterial. Igualmente, Chile es el único país que presenta como uno de los problemas frecuentes la cistitis en las mujeres que ejercen la docencia (26%).
Las propuestas de organizaciones de docentes.
Ante esta situación, los profesores han comenzado a organizarse y se ve que paulatinamente se han conformado más sindicatos en los colegios particulares que luchan por conseguir mejores condiciones laborales. También se han erigido organizaciones como el Movimiento por la Unidad Docente o el SUTE de Valparaíso, solo para nombrar algunos, que reúnen a profesores tanto del área municipal como particular.
Las exigencias de los profesores movilizados:
1.- Estabilidad laboral, es decir establecer contratos indefinidos.
2.-Estabilidad salarial, esto tiene que ver con que en el sueldo del docente predomine aspectos fijos del salario por sobre los variables (bonos)
3. Escala salarial única para profesores del área municipal y particular subvencionado. A iguales condiciones de trabajo, igual salario y derechos laborales.
3. Cambio en la estructura de horas lectivas y no lectivas: 50% de trabajo en aula y 50% fuera de aula. Chile actualmente, distribuye las horas lectivas (enseñanza en el aula) y no lectivas (preparación de material, planificaciones, revisión de evaluaciones, reflexión sobre la práctica docente, atención de apoderados, etc) en 75% y 25% respectivamente. Los países de la OCDE promedian 57,6% en educación media para trabajo lectivo. El profesor al no tener tiempo para cuestionar su práctica docente ni planificar su trabajo en el aula se convierte en un mero ejecutor de procedimientos que los «expertos» han definido.
4. Evaluaciones formativas que reconozcan los diversos contextos de la escuela y cuyos resultados tengan como foco retroalimentar y mejorar el ejercicio docente.
5. Disminución de alumnos por aula, se propone un máximo de 30 estudiantes. Acción que busca igualmente finalizar el financiamiento en base a subvenciones.
6. -Un programa de formación continua bajo el control de los trabajadores y no bajo los intereses de las Entidades Pedagógicas y Técnicas de Apoyo (ATE), verdaderas contratistas del mercado escolar.
Las condiciones laborales de los docentes no son diferentes a cualquier trabajador que sirve a este sistema de explotación, propio del capitalismo neoliberal. Por lo mismo, la lucha de los trabajadores de la educación es también una lucha de todas y todos los trabajadores de Chile.
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