Luego de un mes de permanencia en Santiago; marchar desde la VIII región hasta la capital -salvando inteligentemente el cerco policial que pretendía detenerlos en Rancagua-; y tomarse hasta la Cámara de Diputados (Palacio Ariztía), cientos de trabajadores marítimos portuarios de Talcahuano, lograron forzar una mesa de negociación con el gobierno para el 21 de […]
Luego de un mes de permanencia en Santiago; marchar desde la VIII región hasta la capital -salvando inteligentemente el cerco policial que pretendía detenerlos en Rancagua-; y tomarse hasta la Cámara de Diputados (Palacio Ariztía), cientos de trabajadores marítimos portuarios de Talcahuano, lograron forzar una mesa de negociación con el gobierno para el 21 de septiembre.
Se trata de los «obreros del mar» que, víctimas de la privatización de los puertos chilenos, fueron obligados a ser parte de las políticas de «reconversión laboral» propiciadas por la Concertación.
Agrupados en el Sindicato Nacional de Trabajadores Transitorios Industriales Pesqueros y el Sindicato de Trabajadores Marítimos Talcahuano, Penco y Lirquén, el sector agrupa a miles de familias que hoy viven sin salarios, en la precariedad más extrema, con 11 trabajadores muertos entre suicidios y enfermedades asociadas al conflicto, y con un conjunto de acuerdos incumplidos por el gobierno.
PUERTOS PRIVADOS: HISTORIA DEL DESENCUENTRO Y EL ENGAÑO
Bajo el gobierno de Eduardo Frei, en 1997 comenzó la política de «veda de recursos marinos», lo que provocó la primera ola de despidos de trabajadores tripulantes. El 2001, se dictó la Ley de Pesca 19.713, que redujo la flota pesquera de 650 barcos a 99; y tuvo como efecto inmediato el despido masivo de quienes laboraban en la flota pesquera menor (pequeños empresarios), esto es, 10 mil trabajadores tripulantes de flota y trabajadores de plantas procesadoras. El 2003 se dictó la Ley de Pesca 19.849 («Ley Larga»), que dispuso el límite máximo de captura por armador. Esta ley consolidó definitivamente los despidos anteriores. Ese mismo año, se firmó un Protocolo de Acuerdo con el entonces, Presidente de la República , Ricardo Lagos, donde se fijaron las condiciones de la reconversión laboral, jubilaciones, capacitación, y bonos de escolaridad, entre otros beneficios para los trabajadores. El 2005, ante el incumplimiento del Protocolo de Acuerdo, los trabajadores tripulantes marcharon desde Concepción hasta Santiago para exigir la concreción de lo pactado con las autoridades. Producto de la presión de los trabajadores -toma de La Moneda-, se logró la firma de la llamada «Carta Egaña», la cual, en general, reconoce y se compromete a cumplir con el Protocolo de Acuerdo de 2003. A mitad de 2006, y luego de movilizaciones en la VIII Región , se firmó un nuevo acuerdo de cumplimiento de la «Carta Egaña». Finalmente, y debido al persistente incumplimiento de los acuerdos entre el Gobierno y los trabajadores del mar, el 15 de agosto de 2007 tomaron la decisión de marchar desde Concepción hasta la Capital para exigir, una vez más, el cumplimiento justo de lo convenido.
HABLA EL LÍDER DE LOS PESQUEROS
Agustín Cártes es Presidente de los trabajadores que se desempeñaban como tripulantes en Talcahuano, previo a la privatización de los puertos. Su militancia es la causa de los «obreros del mar» y su fortaleza es producto de años de labor coherente y consecuencia insobornable.
El 11 de septiembre se reunieron con autoridades del Ministerio del Trabajo, ¿Cuáles fueron los resultados de la negociación?
«El jefe de gabinete del ministro Andrade nos informó que fue aceptada nuestra propuesta y que el 21 de septiembre nos reuniremos en Santiago en una mesa plena, con los demás ministerios comprometidos en nuestras demandas (Hacienda, Economía e Interior). Ahora estamos esperando que el Ministerio del Trabajo nos otorgue un bono y transporte dignos para pasar las fiestas patrias con nuestras familias en Talcahuano y luego volver a las negociaciones.
Nuestra lucha sienta un precedente. Para ser escuchados hay que presionar desde abajo para remover al mundo político.»
¿Cuáles son las expectativas que tienen para la mesa del 21 de septiembre?
«El Gobierno ya sabe quiénes se quedaron con las platas que estaban destinadas a la reconversión laboral. Saben quiénes cometieron los delitos. El responsable principal es Roberto Alvarado, que es el mismo personaje que participó en el conflicto que protagonizaron los mineros del cobre. Él era asesor de la Sub Secretaría de Pesca en lo que corresponde a los planes de reconversión laboral. Detrás de ese nombre hay muchos más. De hecho, la Contraloría de la República ya hizo un sumario administrativo al respecto. También hay algunos trabajadores que, en cohecho con Alvarado, recibieron beneficios a los cuales no tenían derechos por no ser ni siquiera trabajadores portuarios.»
¿Qué paso con el sector de los trabajadores marítimos que los han acompañado en su lucha?
«Ellos lograron establecer una mesa de trabajo en Concepción después de 6 años de movilización incesante.
Todo esto ha sido una gran victoria, no sólo nuestra, sino también para los compañeros de clase que han estado junto a nosotros en esta «guerra social».
Ahora, la famosa Ley de Pesca hay que volver a votarla. Aquí nosotros le dijimos al Ministro del Trabajo que cómo van a votar una nueva Ley, si ya llevamos 7 años esperando y peleando para que se cumplan los acuerdos que contenía la anterior.»
¿Cuál es el actual estado de ánimo de los trabajadores luego de este largo proceso?
«Hoy día estamos más fuertes que ayer. Los portuarios y los pesqueros somos parte de la avanzada de la clase obrera chilena.»