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Transformar(nos): Una invitación contra el cinismo

Fuentes: Rebelión

Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. Karl Marx, Tesis 11 sobre Feuerbach Ellos saben muy bien lo que hacen… e igual lo hacen. Peter Sloterdijk, Crítica de la razón cínica ¿Qué es la izquierda transformadora? ¿Por qué con ella […]

Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos

modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.

Karl Marx, Tesis 11 sobre Feuerbach

Ellos saben muy bien lo que hacen… e igual lo hacen.

Peter Sloterdijk, Crítica de la razón cínica

¿Qué es la izquierda transformadora? ¿Por qué con ella insistimos en la urgencia de re-pensar las formas de concebir-construir realidades? Estas interrogantes suelen responderse -por parte del cínico «pensamiento oficial»- con un relato que pretende deslegitimar toda concepción que abogue por la posibilidad de cambios reales. Por lo que en el presente artículo intentaremos articular algunas cuestiones básicas que nos permitan entender el tema libre de mistificaciones.

La izquierda transformadora no es una forma política absolutamente constituida sino más bien es una decisión y una problemática, es decir, es la forma crítica en que abordamos las dinámicas de dominación-exclusión que vivimos cotidianamente y cómo conjuntamente nos enfrentamos a estas. Esta «forma política» se encuentra siempre en movimiento, sujeta a toda reformulación y reestructuración histórica; trabajando conjeturalmente con el llamado «pensamiento crítico», o sea, con las formas de pensamiento que se hacen cargo del examen crítico de las coordenadas mismas en las que se despliegan los modos de producción de conocimiento «oficial» (Grüner, 2011).

En ese sentido, desde la izquierda transformadora debemos «insistir en el carácter contingente de la realidad histórica del capitalismo actual» (Alemán, 2010: 17) y en la crítica de la colonialidad del poder y del saber [Al conjunto de relatos del capitalismo-colonialidad lo entendemos como Modernidad]. Esta insistencia es necesaria ya que tanto los modos de producción como los relatos modernos, le confieren a la realidad una conexión de lugares capturados en movimientos circulares, en una temporalidad uniforme y continua [1], esto se ejemplifica con el consumo del trabajo vivo a partir del trabajo acumulado, es el predominio de lo hecho sobre el hacer (Holloway, 2002), en otras palabras, es el establecimiento de lo imposible al consolidarse fracturadamente lo posible.

Lo anterior no sería un problema si su núcleo mismo no fuera el de las dinámicas de dominación-exclusión que conocemos, y los «mandatos» e «imperativos» que debemos intentar comprender para poder transformarlos. Frente a dicha realidad que definitivamente resulta poco alentadora, en donde las salidas históricas son irrepresentables, tenemos que dilucidar en la dimensión «posible-necesario» el encubrimiento de lo «imposible-contingente» (Alemán, 2010), es decir, aquello que fragmenta y agujerea el aparato de la realidad. Esto es la crítica de la ideología, entendida como la matriz que despliega las coordenadas que regulan la relación entre lo visible y lo invisible, entre lo imaginable y lo no imaginable, y sus cambios respectivos; lo crucial acá es que comprendamos que esto no corresponde a una dimensión ideal, sino material, o sea, se encuentra en las propias fachadas [fenómenos] reales, ya que son producto de relaciones de poder y su legitimación (Žižek, 2003).

Siguiendo con el par «imposible-contingente», este nos despliega las condiciones de posibilidad para la transformación, lo cual se fundamenta en un aspecto crucial: La praxis transformadora. La praxis no es mera práctica, sino más bien, es la cristalización de la práctica-teoría, es la superación dialéctica del pensamiento crítico y la práctica revolucionaria, lo que pensadores como Henri Lefebvre o György Lukács denominaron como «metafilosofía» o «conciencia de clase» respectivamente (García, 2001).

Ahora bien, dicha praxis no puede desvanecerse en el aire, ahí es donde podemos indagar en su dimensión organizativa. Una de las formas organizativas que nos debe interpelar es eso que llamamos «partido» -pero puede tomar otras formas y denominaciones- en el cual se despliega la formación-pedagogía política que permite generar horizontes de lucha, lenguajes, emociones y construcciones simbólicas que posibiliten la transformación.

Para concluir, cabe reflexionar que ante el cinismo del tren de la realidad histórica moderna, lo que nos queda es decidirnos a realizar una invitación al cortocircuito en la temporalidad, en donde esas salidas irrepresentables estén en nuestras manos, a punto de ser agarradas: «La revolución no tiene que ser experimentada como la serie de penalidades que tenemos que sufrir para la felicidad y la libertad de las generaciones futuras, sino precisamente como esas penalidades presentes sobre las que esta felicidad y libertad futuras proyectan ya su sombra. En ellas, ya somos libres cuando estamos luchando por la libertad, y ya somos felices mientras luchamos por la felicidad, por difíciles que sean las circunstancias» (Žižek, 2002).

Nota:

[1] Para profundizar en el tema de la temporalidad abstracta del capitalismo revisar el artículo de Sergio Tischler «Teoría marxista: Tiempo de la reificación y tiempo de la insubordinación» en: García, G. (Ed.) (2013). Asincronías: Naturaleza, sociedad y cultura. Ensayos sobre el tiempo. Heredia: Universidad Nacional.

Bibliografía

Alemán, J. (2010). Para una izquierda lacaniana… Intervenciones y textos. Buenos Aires: Grama Ediciones.

García, G. (2001). Las sombras de la modernidad. La crítica de Henri Lefebvre a la cotidianidad moderna. San José: Editorial Arlekín.

Grüner, E. (2011). Los avatares del pensamiento crítico, hoy por hoy. En: Grüner, E. (Coord.) (2011). Nuestra América y el pensar crítico. Fragmentos de pensamiento crítico de Latinoamérica y el Caribe. Buenos Aires: CLACSO.

Holloway, J. (2002). Cambiar el mundo sin tomar el poder. El significado de la revolución hoy. Buenos Aires: Editorial Herramienta.

Žižek, S. (2002). El club de la lucha: ¿verdadera o falsa transgresión? En: Archipiélago, 53 (1), 47-51.

Žižek, S. (2003). El espectro de la ideología. En: Žižek, S. (2003). Ideología: Un mapa de la cuestión. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Mauricio Sandoval Cordero. Estudiante de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.