El presidente de la Comisión de la Verdad de Colombia, el padre Francisco de Roux, aseguró que la entidad lleva un año metida en “la pandemia singular de Colombia, que es nuestro conflicto armado, tan tapado por el silencio de nosotros y para la cual no hay vacuna posible”.
Roux, vía streaming, hizo un contraste con la crisis que ha desatado el coronavirus: por un lado,los 206 muertos que ha dejado esta pandemia contrastan con el millón de personas asesinadas durante el conflicto, con los 166.000 desaparecidos y con los 190 miembros del partido Farc que dejaron las armas creyendo en la paz y han sido asesinados.
Dijo, también, que el confinamiento que están viviendo los colombiajos en sus casas y barrios apenas da una idea del confinamiento que han tenido que vivir cientos de comunidades indígenas y afro por cuenta de los grupos armados presentes en los territorios.
Por otro lado, dijo, está la estigmatización que se ha generado sobre quienes son portadores del coronavirus: “esto permite entender a miles y miles que fueron estigmatizados como comunistas, enemigos internos o señalados como aliados de los paramilitares o como ‘sapos’”.
Como el coronavirus, el conflicto armado interno también es una situación de urgencia a la que se debe responder con grandes medidas para evitar seguir acumulando víctimas. Ese fue el llamado de la Comisión de la Verdad al gobierno del presidente derechista Iván Duque, mientra siguen los asesinatos de líderes populares, sindicales, campesinos e indígenas: en las últimas 24 horas mataron a cuatro en zona del Cauca.
Las ciudades, pueblos y villorios a lo ancho y largo de Colombia, miles de viviendas ondean trapos rojos, indicativos que allí vive gente que necesita comida urgentemente, en un llamado a la solidaridad de los vecinos, ante la falta de atención del gobierno, lo que ha propiciado enfrentamientos de pobladores con la represión policíal.
El miedo que sobrevuela en muchas zonas periféricas o rurales, con un 36% de su población en pobreza extrema, es que se podría morir más gente de hambre que del propio coronavirus.
Los diferentes pueblos indígenas tienen precarias condiciones para enfrentar la pandemia del COVID-19. Los indígenas colombianos han sido y son víctimas de varias pandemias. el conflicto armado, el desplazamiento de sus trritorios y ahora el coronavirus.
La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) confirmó el primer fallecimiento por coronavirus de un indígena del pueblo Yanakuna en San José de Isnos, Huila. Se teme que la pandemia se extienda a estos pueblos, dejados de la mano del Estado.
En Colombia, los casos de covid-19 superan los 4.500 y la cifra de muertos suma más de dos centenares.
* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)