Estos días primeros de octubre se celebra el Salón Erótico de Barcelona. La autora realiza una crítica feminista al patrocinador oficial de este evento que es una empresa de prostíbulos.
El patrocinador oficial del Salón Erótico de Barcelona es una empresa de prostíbulos llamada Apricots que se presenta en Twitter afirmando que quieren «ser tu marca del puterío». Por interés feminista creo pertinente realizar un breve acercamiento a la web de esta empresa que cataloga a las mujeres bien por sus cualidades físicas tales como: rubias, morenas, tetonas, maduras, mulatas o gorditas. O bien por la nacionalidad a la que pertenecen: brasileña, rusa, uruguaya, rumana, cubana, colombiana, venezolana, dominicana, paraguaya, húngara, española, panameña, jamaicana, libanesa e italiana. De esta catalogación de las mujeres por físico y nacionalidad se podrían realizar diferentes lecturas, la mía es la siguiente: en primer lugar, las mujeres son presentadas como objetos de consumo intercambiables clasificables en base a las preferencias físicas solicitadas por los puteros. El nivel de cosificación que se alcanza a través de las etiquetas con las que se clasifica a las mujeres en las webs de clubes como éste, o en los foros donde los demandantes de prostitución intercambian experiencias, es innegable.
Las mujeres son presentadas como objetos de consumo intercambiables clasificables
en base a las preferencias físicas solicitadas por los puteros.
Pero además, es imposible eludir el racismo sexualizado que se da en el ámbito de la prostitución: esa clasificación de las mujeres en torno a procedencias se establece porque muchos demandantes eligen a las mujeres siguiendo estereotipos racistas eurocéntricos. En su catálogo no hay mujeres de países «ricos», las mujeres que ejercen la prostitución en sus establecimientos son mujeres de países de las periferias tanto de la periferia mundial como de la periferia europea.
En su catálogo no hay mujeres de países «ricos», las mujeres que ejercen la prostitución en sus establecimientos son mujeres de países de las periferias tanto de la periferia mundial como de la periferia europea.
Ante empresas proxenetas como estas creo que es fundamental realizar una crítica radicalmente feminista y descolonizadora. Por mucho que se enmascare tras un discurso transgresor la prostitución es funcional para el mantenimiento del (des)orden social patriarcal, así como para el mantenimiento de las relaciones que siguen las lógicas neocolonialistas y clasistas. Somos las mujeres pobres, precarias, periféricas, que vivimos en los márgenes, quienes nos vinculamos a la prostitución. Somos las mujeres quienes somos cosificadas y estereotipadas de esta manera para el mantenimiento de un modelo de masculinidad que nada tiene que ver con la igualdad de género sino que busca en la prostitución un modelo de mujer que cada día es más difícil encontrar fuera del prostíbulo porque en un mundo donde el movimiento feminista del norte y del sur reclama autonomía, libertad e igualdad para las mujeres, la prostitución pervive como escenario donde la masculinidad hegemónica es representada sin crítica.
Como mujer precaria y feminista no podré aplaudir jamás un evento, ni su vídeo promocional, financiado por el proxenetismo, por ese imperio de la prostitución y del porno mainstream.
Fuente: http://tribunafeminista.org/2016/09/tu-marca-del-puterio-patrocinador-oficial/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.