Crean ilusiones vendiendo la idea del turismo sostenible para seguir con el crecimiento. En ausencia de cambios estructurales, las instituciones públicas y la industria seguirán por la senda del crecimiento.
En los últimos años, las instituciones públicas y los medios de comunicación, acostumbrados a promover el turismo y celebrar el crecimiento de este, vienen hablando de turismo sostenible. Pero ¿es realmente tan sostenible el turismo que quieren promover?
Si el turismo es pasar tiempo fuera de donde uno vive, primero debemos considerar cómo nos desplazamos de un lugar a otro. La mayoría de nosotros imaginamos aviones cuando pensamos en medios de transporte relacionados con el turismo. Disponemos de cinco aeropuertos en un radio de 100 kilómetros de Donostia; y quienes se supone deben promover el turismo sostenible, celebran la proliferación de los vuelos, que son los principales productores de emisiones de dióxido de carbono en el mundo. Además, en los últimos años se han multiplicado los jets de lujo en el aeropuerto de Hondarribia cuando deberíamos negar radicalmente el derecho de los ricos a contaminar más y excesivamente, cuando deberíamos prohibirlos. Por otro lado, tenemos los cruceros. Además de contaminar el aire, el mar y su producción masiva de residuos, también propician el modelo turístico más extractivo. Bien lo saben las personas que luchan contra ellos en Venecia, Barcelona, Marsella y Lisboa, entre otras ciudades. Aquí, sin embargo, los defensores del supuesto turismo sostenible intentan atraer cruceros a Pasaia y Donostia.
Pero no se trata solo de movilidad. En los últimos días, la asociación de vecinos Parte Zaharrean Bizi ha difundido un vídeo titulado “Parte Zaharra, parte zaborra”. La acumulación de basura que se ha hecho habitual en ese barrio, la ocupación de las calles, la reducción de la oferta comercial, la proliferación del modelo de hostelería acumulativo y explotador… las condiciones de vida de los vecinos se están volviendo insoportables. Niños, jóvenes, adultos y personas mayores encuentran todo tipo de obstáculos para poder llevar una vida normal en su barrio. Por este motivo, muchos han sido expulsados en los últimos años.
Los pisos turísticos en Donostia, además de las molestias que pueden provocar en la convivencia con los vecinos en los portales, provocan un incremento directo en el precio de las viviendas. También los nuevos hoteles que se han abierto en los últimos años, transformando edificios enteros en hoteles, por ejemplo, han aumentado los precios de alquiler. ¿Es sostenible el modelo turístico que genera una emergencia habitacional que expulsa a miles de donostiarras de la ciudad? El Ayuntamiento de Donostia, como hizo con los pisos turísticos, ha puesto otro parche con los hoteles. Ahora no podrán abrirlos en algunas zonas de Donostia, pero se permiten excepciones en función del tipo de edificio. También cabe destacar que hay una serie de hoteles que ya tienen licencia, pero aún no han abierto. Tendremos que ver su impacto.
Los anteriores son ejemplos de la turistificación de nuestra ciudad. Crean ilusiones vendiendo la idea del turismo sustentable, para seguir con el crecimiento. En ausencia de cambios estructurales, las instituciones públicas y la industria seguirán por la senda del crecimiento. Donostia ha llegado a un momento crítico: tarde o temprano habrá que hacer un cambio en el modelo urbano. Desde Bizilagunekin hemos proclamado más de una vez que las condiciones de vida de los donostiarras deben ponerse en el centro y la ciudad debe encaminarse hacia el decrecimiento turístico. Aunque ahora parezca lejano, la concienciación de los vecinos y el poder de cambio está en nuestras manos.
Hemos hecho propuestas
para el decrecimiento turístico en los últimos años. Hacer desaparecer
progresivamente los pisos turísticos, entre otras cosas. Además, se
deben abordar de forma prioritaria las respuestas al debilitamiento de
la vida vecinal y la expulsión de los residentes de Donostia.
Soluciones como la descentralización, la desestacionalización y la tasa
turística no funcionan. Son excusas para no frenar la turistificación y
mantener abierta la puerta al crecimiento turístico, que se esconden
bajo la trampa del concepto “turismo sostenible”. Seguir creciendo no
es sostenible.
Para cambiar el modelo urbano los donostiarras tienen mucho que hacer. En nuestros barrios y en la ciudad diferentes actores están luchando. Estas son los espacios de resistencia en nuestra ciudad, para transformarlo todo. Estas pequeñas luchas nos muestran que es posible transformar, aunque se parta de la resistencia, que hay alternativas. Por otro lado, estas luchas son palancas esenciales para cultivar la cohesión y la solidaridad vecinal.
Tenemos una fecha importante el domingo 22 de este mes para detener la turistificación salvaje y poner a la ciudad en la dirección del decrecimiento turístico. Porque las reivindicaciones se escuchan con más fuerza si se hacen junto con los vecinos y porque toca vernos en la calle, ¡no falléis!
Eihar Egaña es miembro de la plataforma BiziLagunEkin.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/turismo/turismo-sostenible-donostia