En marzo, el diputado Felipe Ward (UDI) repartió entre los gremialistas un documento titulado «Gramsci en Chile», capítulos seleccionados del libro del historiador Jaime Massardo. El documento apoya la visión que existe en la derecha, en cuanto a que con medidas como las reformas tributaria y educacional se quiere imponer «un comunismo 2.0», siguiendo la […]
En marzo, el diputado Felipe Ward (UDI) repartió entre los gremialistas un documento titulado «Gramsci en Chile», capítulos seleccionados del libro del historiador Jaime Massardo. El documento apoya la visión que existe en la derecha, en cuanto a que con medidas como las reformas tributaria y educacional se quiere imponer «un comunismo 2.0», siguiendo la teoría del marxista italiano Antonio Gramsci, al que ven como «el rostro sutil del totalitarismo». «Primero fue la derrota cultural, porque desde 2011 se fue imponiendo un lenguaje cargado negativamente y se asumió como tal: modelo de derecha, multinacionales, lucro», aseguran desde el gremialismo.
Hace unos días el senador de la UDI Víctor Pérez emplazaba al gobierno «a definirse si es o no marxista», tras los temores que provocaron dentro de la tienda las declaraciones del diputado del Partido Socialista Marcelo Schilling, quien aseguraba que «Marx ha resucitado y vemos a los ricos arrinconados tratando de resistir las hordas».
Pero la verdad es que el verdadero temor de la UDI no sería precisamente el filósofo alemán, sino que el pensador italiano Antonio Gramsci. Esto, luego de que a fines de marzo el jefe de la bancada UDI, Felipe Ward, repartiera entre los diputados gremialistas un documento titulado «Gramsci en Chile», en donde se pueden ver capítulos seleccionados del libro del historiador Jaime Massardo, los cuales explican las circunstancias de que las teorías marxistas del político italiano han sido incorporadas paulatinamente por los trabajadores locales.
La teoría de Gramsci se basa en que en una sociedad libre siempre hay una clase dominante que impone su punto de vista y que, a través de la influencia cultural, se mantiene en una posición dominante y provoca un cambio político.
«Nos ganaron con el método Gramsci. Primero fue la derrota cultural, porque desde 2011 se fue imponiendo un lenguaje cargado negativamente y se asumió como tal: modelo de derecha, multinacionales, lucro. Todo lo que antes se usaba en neutro, se comenzó a usar como sinónimo de lo que había que erradicar, entonces hay ahí cierta mirada ligada al marxismo, pero en la versión de Gramsci», asegura un parlamentario gremialista, según informa The Clinic Online.
En marzo, el diputado Felipe Ward (UDI) repartió entre los gremialistas un documento titulado «Gramsci en Chile», capítulos seleccionados del libro del historiador Jaime Massardo. El documento apoya la visión que existe en la derecha, en cuanto a que con medidas como las reformas tributaria y educacional se quiere imponer «un comunismo 2.0», siguiendo la teoría del marxista italiano Antonio Gramsci, al que ven como «el rostro sutil del totalitarismo». «Primero fue la derrota cultural, porque desde 2011 se fue imponiendo un lenguaje cargado negativamente y se asumió como tal: modelo de derecha, multinacionales, lucro», aseguran desde el gremialismo.
En el gremialismo aseguran que a través de medidas como la Reforma Tributaria y educación gratuita se intenta imponer «un comunismo 2.0» y agregan que estas políticas públicas son «una versión gradual de un Estado cada vez más socialista, y para eso primero hay que destruir el modelo y legitimar su destrucción».
Esta mención a Gramsci, al que ven como «el rostro sutil del totalitarismo», es de larga data en el gremialismo. En su declaración de principios de 1991, la UDI asegura que «el mundo se sitúa hoy en la era post-industrial, con una desarrollada economía de servicios y una ampliación del ámbito de las decisiones individuales, propio del progreso tecnológico actual. Ello torna cada día más obsoleta la estrategia leninista para establecer la dictadura del proletariado. El Marxismo modifica así su fisonomía hacia enfoques más sutiles como el de Gramsci, que preconizan apoderarse de las sociedades libres a través de la erosión de sus instituciones fundamentales y del dominio de la cultura (…) para ello se fomenta la destrucción sistemática de los valores cristianos, especialmente los referidos a la familia y las costumbres públicas y privadas»
El texto agrega que el pensamiento de Gramsci es fomentado por «el debilitamiento del matrimonio, la legalización del aborto y la permisividad frente a la pornografía y las drogas», por esto, dice la declaración, «es una obligación de especial actualidad que Unión Demócrata Independiente asume y respecto de la cual alerta a los chilenos».
En el documento entregado por Felipe Ward están seguros de que en Chile se está introduciendo este tipo de pensamiento marxista, ya que en el libro de Massardo incluso «se habla de que el camino al socialismo incluye una asamblea constituyente, entonces nuestra lectura de la realidad es la adecuada», dice una fuente del gremialismo.