Colectivos, sindicatos, movimientos y procesos organizativos con diferentes historias, experiencias y expresiones políticas y sociales, nos hemos comprometido de manera generosa a juntar esfuerzos para «imaginar y crear» colectivamente una «corriente política» divergente que sirva de referente, para juntar fuerzas y recursos tras un propósito político común que se exprese «como alternativa de poder para […]
Colectivos, sindicatos, movimientos y procesos organizativos con diferentes historias, experiencias y expresiones políticas y sociales, nos hemos comprometido de manera generosa a juntar esfuerzos para «imaginar y crear» colectivamente una «corriente política» divergente que sirva de referente, para juntar fuerzas y recursos tras un propósito político común que se exprese «como alternativa de poder para el pueblo», de la mano con el conjunto del movimiento popular.
Colombia atraviesa por un momento de trascendencia histórica, en el que se discute los alcances y contenidos de la «paz» con el cierre de un ciclo de guerra insurgente, que posiblemente desate una apertura democrática, pero que muy seguramente desatará nuevos conflictos sociales no menos violentos. Aunque, como lo hemos manifestado, la solución política al conflicto armado es beneficiosa, esa «paz» no será suficiente para dar solución a las enormes necesidades del pueblo colombiano, de la misma manera que votar y participar en las elecciones no representa una verdadera «apertura democrática».
Quienes convergemos en ¡Otra Democracia, Sí! coincidimos en que las luchas sociales y políticas de las organizaciones denominadas de izquierda se han visto truncadas por el accionar criminal de la clase política que se han mantenido en el poder. Pero también hemos coincidido, en el juicio crítico, respecto de la falta de un «proyecto» más acorde con los movimientos populares y el pueblo en general, que cuestione y replantee la manera en que se vive, siente, piensa y se hace la política de lo común. Por eso, somos una convergencia de acción, de vida y de proyecto de país y sociedad, con el anhelo de estar a la altura de las demandas del país nacional, forjada desde las confianzas, los afectos, las lealtades en los desafíos y riesgos, en medio de la solidaridad popular, en un gran acuerdo y hermandad ético-política con base en: el respeto, la fraternidad, el reconocimiento y la complementariedad, la convicción de cambiar el modelo de sociedad y construir una nueva, que de conjunto, suman territorio y transforman el conformismo y autosatisfacción de cada uno aparte.
Consideramos que la democracia es el eje y objetivo de nuestra articulación y acción política porque para nosotros y nosotras no se restringe a la desgastada ritualidad del voto que no logra recuperarse del abstencionismo creciente. La democracia es más que el procedimiento electoral, y supone antes bien, la autonomía de las personas y los colectivos para establecer acuerdos y prácticas, para gobernar la comunidad política en sus múltiples dimensiones; económicas, sociales, culturales, etc. En tal sentido, urge impulsar Otra Democracia, puesto que la que existe actualmente en colombia, no vincula al pueblo urbano y rural, con sus identidades y territorialidades en todas las dimensiones que supone gobernar la vida en sociedad.
Partiendo de un ejercicio autocrítico de la experiencia de los movimientos de izquierda, analizando los procesos de crisis, ilegitimidad y recomposición de la clase política que se han mantenido en el poder, hemos buscando con humildad, pero con decisión «imaginar y crear» nuevos referentes políticos, que dialoguen con las necesidades y aspiraciones de un pueblo desencantado de «la política», afrontando de manera creativa la «ritualidad desgastada de la democracia».
A tejer Consejos Territoriales del Pueblo
Respondiendo al reto de «imaginar y crear» nuevos referentes políticos, que movilice al pueblo desencantado de «la política» y de la «ritualidad desgastada de la democracia». Hemos decidido, construir, los Consejos Territoriales del Pueblo: expresión de «poder popular» en los territorios que sirva de palanca organizativa para materializar nuestros ideales de sociedad cada día, desarrollaremos propuestas de economía propia, urbano-rural, con base en niveles de producción, el intercambio económico, saberes y bienes comunes de las comunidades populares. Allí, donde estamos y queremos que sean los territorios concretos el escenario fundamental de construcción de lo que hemos llamado poder popular. De este modo, propugnaremos por un proyecto otro de economía, para no depender de las grandes lógicas del mercado capitalista y en oposición a las expresiones de «democracia participativa» que impone lógicas de dependencia de la burocracia estatal centralista y de las elites regionales. Apuntaremos en cambio, a ser autosuficientes, nosotros mismos, como un elemento imprescindible para construir organización, movilización y país.
Partimos de la puesta en común de las experiencias, capacidades y presencias que hemos creado y recreado por años de lucha social y política, que nos permite refrendar y proyectar el compromiso de meterle pueblo, corazón, afecto y mucho trabajo para que estas propuestas de vida lleguen a las mayorías.
Vamos a desarrollarnos en muchos territorios desde esta hermandad comunitaria con sectores sociales donde tenemos pies y acción social y política. Nos referimos a los sectores agrarios, ambientales, de trabajadores, mujeres y Lgbti, estudiantes y jóvenes, de la salud, víctimas, comunidades de fe, de catedráticos, artistas e intelectuales y científicos entre otros, atentos a la nueva proyección de la insurgencia armada en su tránsito a la vida civil, y al activismo en derechos humanos y de algunas voces que propugnan y admiten cambio en la misión y el honor de las Fuerzas Armadas.
Una tarea grande en el campo de la comunicación
Contamos en la mano, con unos recursos importantes, como son: los periódicos y herramientas comunicativas de cada organización. En especial, hemos decidido hacer nuestro el periódico desdeabajo, para hacer raíz informativa en las diferentes organizaciones de base de cada proceso y en las que vayan engrosando el territorio de nuestra presencia.
En el mundo de hoy, con las posibilidades abiertas por los avances tecnológicos, la comunicación se transformó en un potencial -centro de la acción política-, más aún cuando puede abordarse como sistema, es decir, de manera integral. En nuestro transitar, no descuidamos la urgencia y el aporte en la construcción de un Sistema Nacional de Comunicación Alternativa que cumpla la tarea de disputar la opinión pública, de captar la realidad social en todo su dolor, en su latencia, y en comunicarla a la gente del común; para que conozcamos, nos apropiemos, enamoremos y desarrollemos esta iniciativa en pro de un país otro, según nuestro entender. Y así, lograr una conexión con el conjunto del país, el país real, el de las grandes mayorías, para enfrentar a los gobernantes y su injusticia, mediante la generación de una dinámica movilizadora muy desde abajo, con escucha y diálogo, oído y voz desde todos los territorios.
Tejer acercamientos por un Bloque Popular
En ¡Otra Democracia!, entendemos la diversidad existente, tanto de colectivos y organismos con quienes hay que emprender acercamientos por la unidad. Si logramos articular y construir todo el proceso desde esta base, sin duda, este será un escenario que aportará a irradiar los más amplios círculos sociales por la unidad del campo popular incluyente de los marginados y excluídos. Una rectificación y empeño por superar la ausencia de un Bloque Popular que congregue las diferentes dinámicas sociales y políticas -ciudad y campo- en un proyecto común articulado, colectivo en su conducción, para convocar y liderar las principales luchas contra este régimen político y económico antidemocrático que ha gobernado el país.
Con este propósito, es necesario sumar afectos y esfuerzos que produzcan un nuevo escenario político, de iniciativa y referente, que sirva para llamar a todos: a que transitemos juntos y a la par, sin la manía hegemónica de imponer la agenda propia. Más bien, aprendiendo del otro y sumando los esfuerzos colectivos para resolver los problemas fundamentales de la sociedad y del pueblo colombiano.
Seguiremos propugnando por una relación cordial, amable y complementaria entre las diferentes expresiones políticas y sociales de los sectores populares. En tal sentido, trabajaremos por la creación de escenarios de intercambio, diálogos, acercamientos y construcción de alianzas de diversos sujetos, a fin de avanzar en la concreción de este Bloque Popular. Su dinámica y fuerza no puede quedar aprisionada en las estructuras y decisiones de los sectores políticos organizados, ni partidos. Debe descansar, en el pueblo mismo, en la construcción de mecanismos y lógicas que le devuelvan a éste su protagonismo histórico, en el proceso de cambio, de lucha y gestión por sus reivindicaciones y proyectos de vida.
Dinamismo organizativo
En el aspecto orgánico, tenemos un reto: darnos una estructura flexible y eficiente que no nos asfixie y que permita que toda la gente asista, aporte algo de su tiempo, opine con un sentido más de comunidad, que active y recoja consensos, sin imposiciones de ningún tipo.. Con vigilancia en las prácticas «clientelares», seguidistas de cualquier color y de aplauso fácil, que hacen carrera dentro de la gente. Sencillamente, en el sembrar y regar una participación de todos y todas diferente. En pie de igualdad, con aporte al conjunto y que enriquezca a cada quien en términos de aprendizajes y de vínculos sociales y políticos para darle músculo a un esfuerzo colectivo, definitivo en retomar la iniciativa y alcanzar el triunfo; sin unos pocos dueños.
En nuestro plan, contaremos con equipos permanentes, representativos de todos los procesos que conforman esta iniciativa, de quienes lleguen y nos esperen, dedicado a tramitar todas las iniciativas y debates, y a seguir las circunstancias del proyecto político. Nos esforzaremos por funcionar con verdadera democracia también entre nosotros. Sin autoritarismo ni desproporción de vocería y protagonismo. De esta manera, una vez valorados en la opinión y en el aporte, cada uno y cada una tendremos que engranar como pieza fundamental de esta gran hermandad. Estaremos vigilantes para que ninguna organización intente imponer su enfoque sobre las demás. Es decir, hacer efectivo el acuerdo ético entre nosotros: el respeto, la complementariedad, la fraternidad, la reciprocidad y la acción conjunta.
Convocamos a todos aquellos organismos locales, regionales o nacionales que tienen identidad con estos postulados, a vincularnos a partir de unos criterios muy amplios y respetuosos, democráticos, en la perspectiva de revivir y revitalizar la política para las mayorías y de ruptura con el poder de las clases dominantes. Con la aspiración de una sociedad mejor. Un esfuerzo que no es fácil. Entre más nos tomemos de la mano, del sentimiento, de la profundización teórica acerca de las causas de la miseria y la marginación, más vamos a aportar para acortar los plazos en ver la esperanza, redención y pascua del campo popular.
Organizaciones presentes en ¡Otra democracia, sí!: Comosoc, Modep, Únete y el Colectivo Desde Abajo.
Comosoc, una década de historia
Construir aquí y ahora el mundo nuevo
Nuestro proyecto político (Comosoc – Coalición de movimientos y organizaciones sociales de Colombia) surge en 2005 como respuesta a la debilidad generalizada del movimiento popular, a consecuencia del terrorismo de estado que durante décadas ha costado la vida de miles de luchadoras y luchadores sociales; pero que también, es resultado de prácticas políticas contrarias a los intereses de los empobrecidos, de los oprimidos: La falta de ética, el vanguardismo, el hegemonismo, el colonialismo, el machismo, el caudillismo, entre muchas otras expresiones de nuestra cultura política, han estado presentes en las organizaciones políticas tradicionales de izquierdas y derechas.
Para enfrentar esta situación, desde nuestros orígenes, hemos planteado la necesidad de construir una agenda de acción política común desde las prácticas y las experiencias de las personas, colectivos y organizaciones sociales, para transformar la realidad local, regional y nacional, porque estamos convencidos de que las personas, colectivos y organizaciones populares son sujetos políticos de cambio, que no requieren de la conducción y obediencia ciega a partidos e instituciones (privadas o públicas), ni de prefiguraciones ideológicas foráneas para adelantar procesos de organización política conducentes a la emancipación social.
No obstante, también hemos aprendido, que no es suficiente construir una agenda política que defina temas a disputar contra el poder de los de arriba, es importante construir un poder de los de abajo, que se diferencie, sea expresión y germen del mundo que queremos y estamos construyendo día a día; porque no esperamos igualarnos en fuerza a los poderosos, porque su poder está manchado de sangre y se sostiene con la dominación, explotación y miseria de los de abajo.
Nuestra agenda política no la entendemos entonces únicamente como suma de temas, pues también ha estado acompañada de criterios orientadores para nuestra acción: la defensa de la vida en todas sus manifestaciones, una ética política de respeto, la valoración mutua entre los diversos, la voluntad política de apostarle a la unidad entre los movimientos sociales, la solidaridad popular y nuestra autonomía frente a otras expresiones políticas (Estado y partidos políticos tradicionales).
Además, hemos definido y acordado, a partir de las experiencias y capacidades de todos/as: La protesta, la incidencia y cabildeo, denuncias, acciones jurídicas, campañas de agitación, autogestión, investigación y educación popular, son algunas de las formas en las que se ha concretado nuestra voluntad de acción común frente a la realidad.
Transformar la realidad y construir un país del tamaño de nuestros sueños no es tarea que queramos y podamos emprender solos, por esa razón también nos hemos empeñado durante estos 10 años en construir junto con otras expresiones políticas, iniciativas de Unidad desde la Solidaridad Popular, que recogen el sentir, el pensar y todo el legado de lucha de tantos hombres y mujeres mártires que han ofrendado su vida por la emancipación de los desposeídos y humillados. Hemos impulsado y participado en experiencias como el Encuentro de Unidad Popular, la Coordinación de Movimientos y Organizaciones Sociales y Políticas, la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, el Clamor Social por la Paz, entre otras. Estas experiencias son muestras del avance del movimiento social popular respecto de la necesidad de reabrir caminos de convergencia y unidad política, social e ideológica, para enfrentar la debilidad y fragmentación que sufren los sectores populares, como consecuencia del conflicto social y armado.
Movimiento por la Defensa de los derechos del Pueblo – MODEP
El Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo – MODEP es un movimiento político de carácter social y popular, cuyo propósito es lograr el poder y la construcción de un gobierno democrático popular que se oriente hacia el socialismo. Está conformado por organizaciones de estudiantes, maestros, obreros y trabajadores, campesinos, madres comunitarias, mujeres, LGBTI, jóvenes y pobladores barriales; algunas de carácter nacional, regional o local, que desde el 2002 han venido trabajando y actuando de manera coordinada como pueblo organizado.
Durante estos 15 años nos hemos orientado a construir fuerzas sociales y políticas para luchar con una identidad propia, por el Programa de Lucha: «Por la Democracia para el Pueblo y por la vigencia del Socialismo», con un comportamiento político para las diferentes situaciones que se presentan en nuestro país, en la región, en la universidad, el barrio, la escuela, el trabajo y con los criterios de servir al pueblo y el derecho a la rebelión, oponernos a toda forma de dominación y discriminación, defender y promover la diversidad étnica y cultural, la emancipación de las mujeres, buscar una relación sociedad-naturaleza que no socave los medios de vida y que promueva el internacionalismo y la solidaridad con las luchas de los pueblos del mundo. Nuestro programa y nuestra lucha hacen parte de la experiencia y práctica histórica de los demócratas, socialistas, comunistas y revolucionarios, quienes han bregado por la transformación profunda de la sociedad colombiana, pero también recoge las propuestas de los nuevos movimientos sociales, así como los balances críticos de los aciertos y errores del socialismo, para potenciar su vigencia.
En la Colombia actual el Modep considera necesario construir alternativas de poder popular con base territorial, en las que el pueblo aprenda y practique el ejercicio de decidir sobre aspectos centrales de su vida, independientemente de las clases dominantes y los monopolios imperialistas, que buscan subordinar, cooptar o destruir los proyectos de emancipación popular. En este proceso el Modep ha trabajado por la unidad, a través de alianzas, acuerdos de acción, unidades programáticas, con todas aquellas personas, organizaciones y sectores organizados con los que comparte el interés por transformar las relaciones económicas, sociales, políticas, culturales en el camino de lograr una Colombia diferente, una Colombia Socialista.
Federación Unión Nacional de Trabajadores del Estado, los Servicios Públicos y la Comunidad, ÚNETE
Es una organización con presencia nacional, territorial y sectorial, hace parte del Comando Nacional Unitario del movimiento sindical, y tiene entre sus afiliados a sindicatos de todas las centrales, promueve una autoreforma y un repensar del rol sindical y su estructura, hacia un sindicalismo alternativo, ciudadano y comunitario que supere la anticuada visión gremialista y asuma una agenda amplia, con perspectiva política y social que permita la confluencia con los más variados sectores, hacia una democratización real del Estado y la sociedad.
Ha venido trabajando junto con las centrales y federaciones estatales en la elaboración de un pliego que pretende recoger el sentir y pensar de un millón trescientos mil empleados púbicos, alrededor de algunos ejes como; las garantías y libertades sindicales; defensa del patrimonio público y cese de las privatizaciones; dignificación del empleo público; ampliación de las plantas permanentes del personal; ascensos y permanencia en la función pública; lucha contra la corrupción y reivindicaciones específicas de los sectores de justicia, salud, educación, medio ambiente, etc.
ÚNETE apoya la solución negociada al conflicto social y armado que ha padecido Colombia por más de medio siglo y considera que debe cambiarse el modelo neoliberal por uno que propicie el desarrollo integral del país y nuestros ciudadanos.
Colectivo Desde Abajo
El Colectivo Desde Abajo es un proyecto político ligado a las iniciativas sociales y populares del país, en él confluyen estudiantes, maestros, procesos barriales, ambientales y de comunicación alternativa. A lo largo de 25 años ha realizado diversos análisis críticos de la izquierda, reconociendo la debilidad del actor político y la atomización del actor social en el país, la dispersión territorial y en la acción de las iniciativas populares, la desconexión con los intereses de la gran mayoría del pueblo colombiano que como consecuencia no ha logrado construir una alternativa de poder y de gobierno.
Desde Abajo se ha propuesto aportar en la generación de protagonismo popular, en la conformación de tejidos sociales y de nuevos liderazgos colectivos que construyan nuevas confianzas, dejando a un lado el afán de protagonismo y el límite organizativo y particular de cada proyecto político, que se capaz de ponerse a la cabeza de la inconformidad cotidiana del pueblo colombiano y configure una nueva opción social y política para el país.
En el campo de la comunicación, el colectivo cuenta con experiencia en prensa escrita, una línea editorial y la iniciativa de televisión, Periódico Desde Abajo y Le Monde Diplomatique Colombia, Ediciones Desde Abajo y DA TV, respectivamente. La comunicación debe convertirse en un aspecto central a desarrollar por un nuevo proyecto político, no es un secreto la labor de los medios masivos de comunicación que las élites de este país usan para legitimar las políticas y estrategias de despojo y desigualdad, conviene que se construya un Sistema Nacional de Comunicación Alternativa que dispute la opinión pública, comunique al pueblo colombiano sobre las reales condiciones de los territorios, las luchas y propuestas de los actores sociales, que convoque a soñar y construir otro país.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de las autoras mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.