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Reseña del libro “La interminable ausencia”, de la doctora Paz Rojas

Un estudio imprescindible sobre los detenidos desaparecidos

Fuentes: Rebelión

«En Chile se cometieron crímenes de lesa humanidad y un crimen de delito continuado, como es la desaparición de personas, que sólo se resolverá cuando se esclarezca la suerte que han corrido las víctimas y se conozca y juzgue a los responsables para poder salir de lo abyecto y del mal que penetró Chile y […]

«En Chile se cometieron crímenes de lesa humanidad y un crimen de delito continuado,

como es la desaparición de personas, que sólo se resolverá

cuando se esclarezca la suerte que han corrido las víctimas y se conozca

y juzgue a los responsables para poder salir de lo abyecto

y del mal que penetró Chile y que aún vive oculto en muchos espacios».

Paz Rojas, La interminable ausencia

 

No se puede investigar sobre la represión desplegada por la brutal dictadura militar del general Augusto Pinochet (1973-1990) sin revisar los trabajos publicados por la doctora Paz Rojas en los últimos treinta años, desde el clásico Tortura y Resistencia en Chile (escrito en Francia junto con las doctoras Katia Reszczynski y Patricia Barceló) hasta los elaborados junto con sus compañeros de CODEPU (Todas íbamos a ser reinas; La gran mentira: el caso de la lista de los 119; Crímenes e Impunidad. Derechos humanos, sus huellas en el tiempo; Tarda pero llega: Pinochet ante la justicia española; Páginas en blanco: 11 de septiembre en La Moneda…).

Paz Rojas, médico neuropsiquiatra, consejera de la Asociación de Prevención de la Tortura, con sede en Suiza, y de la Sociedad Internacional de Salud y Derechos Humanos, merecedora del Premio de Derechos Humanos de la Universidad de Oslo en 1998 y ex presidenta de CODEPU, presentó en septiembre en Santiago de Chile su última contribución: La interminable ausencia. Estudio médico, psicológico y político de la desaparición forzada de personas (LOM Ediciones. Santiago de Chile, 2009. 214 páginas), publicado, por cierto, por una editorial independiente que lleva dos décadas difundiendo el pensamiento crítico en Chile con una calidad, una capacidad de distribución y un compromiso dignos de admiración (www.lom.cl).

Con prólogo del gran escritor José Miguel Varas, quien en su última novela Milico (con edición española a cargo de la editorial Alfaqueque) relata de manera magistral la tragedia de los detenidos desaparecidos, el libro se estructura en diez capítulos. En el primero de ellos, la autora evoca cómo en octubre de 1973 atendió a una joven que había sido brutalmente torturada por los organismos represivos de la dictadura militar. Entonces, empezó a colaborar con el Comité de Cooperación para la Paz, un organismo ecuménico presidido por los obispos Fernando Ariztía (católico) y Helmut Frenz (luterano). Casi un año después, agentes de la DINA llegaron al hospital de la Universidad de Chile a detenerla, pero no se encontraba allí. Sí lo estaba su compañera, la joven doctora Katia Resczynski, quien fue torturada durante días. El cerco de la DINA empujó a Paz Rojas al exilio en Francia, de donde regresó en 1981. En 1983, la ayuda del Fondo de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura permitió constituir dentro del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU) el equipo de Denuncia, Investigación y Tratamiento del Torturado y su Núcleo Familiar, del que formó parte y con el que publicó los trabajos de investigación ya citados.

El segundo capítulo («La mirada médica. Síntomas-síndromes-diagnósticos») expone los síntomas y síndromes que presentaron los familiares de detenidos desaparecidos que fueron atendidos por el equipo de salud mental en sesiones terapéuticas individuales, así como los diagnósticos que finalmente realizaron. En el tercer capítulo («Conocer aún más. Entrevistas a familiares de detenidas desaparecidas»), la autora sistematiza las entrevistas realizadas a familiares de detenidos desaparecidos realizadas por su equipo y por otros investigadores, entre ellos el autor de esta reseña en el libro Después de la lluvia. Chile, la memoria herida (disponible en Rebelión: http://www.rebelion.org/docs/55782.pdf). Sus testimonios demuestran las diferentes etapas vividas por los entrevistados, describe Paz Rojas: «En los primeros tiempos predominaban la angustia, la ansiedad y la agitación. Más tarde, después de muchos años, la tristeza, la desesperanza y el cansancio en las madres, hijas, esposas y hermanas. Sus miradas a menudo expresan dolor y, si bien parecen apagadas, son profundas e inquisidoras…».

En el cuarto capítulo, elige tres historias de vida de familiares de detenidos desaparecidos: una madre (Eliana Zamorano), una hermana (Dora Carreño) y una hija (Estela Ortiz): «Estas tres historias parten luego de la pérdida y hasta la actualidad; si bien tienen el mismo origen e inicio, el desaparecimiento, son diferentes, revelan diversas formas de reaccionar, actuar, sentir y sufrir frente a la realidad que van conociendo o desconociendo. Las hemos seleccionado porque aun teniendo un origen similar, tienen un final diferente. En el caso de la madre, Eliana, hasta la actualidad ignora en forma absoluta qué pasó con su hijo Luis (Luis Guajardo Zamorano, militante del MIR), desaparecido en julio de 1974, hace 35 años».

«En el caso de la hija, Estela, la historia aún inconclusa de su padre (el historiador Fernando Ortiz, destacado dirigente comunista), desaparecido en diciembre de 1976, muestra a través de un proceso judicial, en forma deplorable, el actuar de los servicios de la dictadura. El comportamiento inhumano, despiadado y depravado de sus agentes, tanto hombres como mujeres, en la ‘solución final’ de su vida. Sin embargo, no existe certeza de lo que hicieron finalmente con su cuerpo y si sus restos fueron desenterrados para lanzarlos finalmente al mar, en una operación siniestra llamada ‘retiro de televisores». «El caso de Dora, hermana de Cristina (Cristina Carreño, militante comunista), desaparecida en Argentina en 1978, nos lleva al conocimiento progresivo de la alianza creada por los ‘servicios de inteligencia’ del Cono Sur de América Latina conocida como ‘Operación Cóndor».

El capítulo quinto («El abismo de los sin duelo») se centra en el duelo en los familiares de detenidos desaparecidos y también en las sociedades donde este crimen de lesa humanidad ha sido perpetrado. «El acercamiento al problema es a partir de la práctica y también es un imperativo ético, pues la desaparición, con sus propósitos y significados, entrará para siempre en la historia del país, un país aún con duelos pendientes». El capítulo sexto («La agresión humana») parte con una cita de Nelson Caucoto, uno de los más destacados abogados de derechos humanos de Chile: «Al fin y al cabo, la dictadura nos cambió todo; la percepción de la vida y la muerte, los valores, lo ético y moral. Nos cambió la forma de vida, la percepción del mundo, incluso la historia y el futuro del país». En estas páginas la autora reflexiona sobre la desaparición forzada de personas como una política institucional de la dictadura de Pinochet, inscrita en los planteamientos de la Doctrina de Seguridad Nacional y de la «guerra contrainsurgente» y directamente vinculada con la estrategia de la represión nazi.

El capítulo séptimo («Figuras del mal: los responsables») presenta «a los responsables que entraron en los laberintos del mal, para saber quiénes son, cómo fueron, pero principalmente para encontrar una respuesta, si es posible, acerca de su accionar criminal». Paz Rojas selecciona a tres represores (además de Pinochet), destacados miembros de la DINA, que ya han sido juzgados y condenados, junto con otros, por la desaparición de cuatro mujeres (Diana Arón, Julia Retamal, Elsa Leuthner y María Elena González): Manuel Contreras, Pedro Espinoza y Marcelo Moren Brito.

El capítulo octavo («Una historia inconclusa: los crímenes y la impunidad») se refiere a la larga y tenaz lucha de los familiares de los detenidos desaparecidos por conocer la tragedia de sus seres queridos y cómo el silencio de la dictadura fue forjando el oprobio de la impunidad. Parte esencial de esta lucha ha sido en los últimos quince años la «ofensiva internacional contra la impunidad», con el juicio de Madrid contra la dictadura militar que desembocó en la detención del tirano en Londres en octubre de 1998 en primer lugar. En este capítulo la autora tampoco olvida las violaciones de los derechos económicos, sociales y culturales que llevó aparejada la implantación por parte de la dictadura del modelo neoliberal en Chile.

El libro se cierra con los capítulos 9 («Aportes, ideas y reflexiones»), 10 («Comprender lo incomprensible») y los dos anexos finales («La salud mental y la desaparición forzada de personas en el Derecho Internacional» y «Síntomas y síndromes»), así como la completa bibliografía manejada, que ocupa doce páginas. Con La interminable ausencia, Paz Rojas hace una nueva y destacada contribución al conocimiento de la abyecta represión de la dictadura del general Pinochet. Una represión que marcó la historia de Chile hasta hace muy poco tiempo y cuyas consecuencias aún sufre el pueblo chileno.