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Un fantasma recorre Europa, el fantasma del neonazismo

Fuentes: Rebelión

Muchos medios hablan de que estamos volviendo a los tiempos de la Guerra Fría, pero creo que se quedan cortos, pues ya nos encontramos en una situación que más que de “guerra fría” se trata de una guerra templada caliente.

Veamos, parece que se puso de moda buscar gresca y guerra por todas partes: Ucrania, Bosnia, Taiwán, etc.

Por si fuera poco, a la continuación inacabable de la guerra del golpe de Estado nazi-CIA, del euromaidán del año 2014, ahora se suma la guerra de Bosnia y se realiza la visita de la vieja dama Nancy Pelosi a Taiwán, con lo cual se han contagiado las ganas de guerra y de volver a amenazar con misiles nucleares como sucedió en Hiroshima.

Es ésta una guerra en la que, como sucedía en la antigua Guerra Fría, existen dos bloques:

Por un lado, está la “angloesfera” occidental (EE. UU., GB, UE [1], y la OTAN). Por otro lado se encuentra el bloque euroasiático (Rusia, Bielorrusia, Irán, China, la India…).

También podemos distinguir dos actitudes opuestas en cada uno de estos dos bloques:

a). La “angloesfera”, que como siempre tiene una actitud neocolonial y ofensiva. Pero ofensiva en el sentido violento y neonazi.

En la parte del océano Pacífico que rodea parte del bloque euroasiático, (principalmente las costas de China), EE. UU. está desplegando desde hace algunos años un cinturón de ataque de bases militares marítimas y ofensivas; por otra parte, EE. UU. ha ido sucesivamente generando múltiples guerras en el Oriente Medio (Irak, Afganistán, Siria, Ucrania, etc.). Todo esto supone una actitud netamente ofensiva hacia el bloque euroasiático.

Rearme militar global

Además, la “anglosfera” está enviando gran cantidad de armas a Ucrania (y buscando conflictos en Kosovo) y un generalizado rearme en diferentes zonas de la “angloesfera”: en Alemania, en la OTAN, así como creando una obligatoriedad de elevar nada menos que al 2% del presupuesto anual de cada nación de la UE en el gasto militar. También llevan tiempo armando hasta los dientes a Ucrania, al menos desde hace 8 años cuando se inició esta guerra en contra del golpe de Estado nazi-USA. Además, en estos 8 años, el régimen nazi de Kiev ocasiono 14.000 muertos entre los habitantes del Donbás, así como infinidad de torturas practicadas por los grupos neonazis a los rebeldes antinazis. Es decir, está manteniendo una actitud completamente armamentística y ofensiva con el objetivo de que esta ofensa aumente en intensidad y efectividad. Es significativo el gran rearme que se está generando en Alemania, a la que se la había dividido (en Oriental y Occidental) con la finalidad de que no volviera a tomar el gran potencial bélico que desarrolló en la época hitleriana y para evitar holocaustos como los que se produjeron durante la Segunda Guerra Mundial en varios países europeos del Este, principalmente en Polonia y Ucrania.

Expresamente Alemania, que tenía prohibido el ejercicio militar, a partir de ahora será la primera potencia militar de Europa. Sin embargo, para ir abriendo boca el Gobierno alemán ha destinado la friolera de 100.000 millones de euros de presupuesto militar extra. Alemania pretende llegar a ser una potencia militar tan potente como la de tiempos hitlerianos.

Con esto, y con el coqueteo con el nazi Zelenski, parece que Alemania tiene toda la intención de resucitar el fantasma de la Alemania nazi.

Podríamos preguntarnos ¿no fue un error no mantener dividida a Alemania como se hizo en un principio?, parece que este fantasma nazi ya empieza a recorrer otra vez Alemania y Europa.

De hecho últimamente, en el mes de diciembre del 2021, se votó en la ONU una resolución de condena a la exaltación y el enaltecimiento del nazismo cuyo resultado fue de rechazo a condenar el nazismo por parte (que casualidad) de EE. UU. y Ucrania, y también como resultado debe ponernos en guardia la abstención generalizada de todos los países de la UE (incluida Alemania, que fue la fuente del nazismo). Parece que ya está pergeñándose una nueva superpotencia nazi (comandada por EE. UU. y seguida dócilmente por Europa, pero con especial protagonismo por parte de Alemania.

Japón lo considero dentro de la “anglosfera” puesto que (como en el resto de los estados de la UE) se habla mucho inglés. Y además se comporta como un auténtico país de Occidente. Es un país que, paralelamente a Alemania, al final de la Segunda Guerra Mundial vio cómo se prohibía toda política belicista y militar pero en este caso la elección de esta conducta pacifista no, fue, como en el caso de Alemania, por imposición de los aliados vencedores, sino, por elección del propio Gobierno nipón, que odiaba la guerra después de haber sido el único país del mundo en sufrir los terroríficos efectos de una guerra nuclear.

Así dice el aún vigente (pero muy seriamente amenazado, por el militarismo global imperante en el planeta):

Artículo 9 de la Constitución del Japón:

Aspiramos seriamente a una paz internacional basada en la justicia y el orden, el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra, como derecho soberano de la nación, y a la amenaza al uso de la fuerza como medio de solución en disputas internacionales.

Con el objetivo de llevar a cabo este deseo, expresado en el párrafo precedente, no se mantendrán en los sucesivo fuerzas de tierra, mar o aire, como tampoco cualquier otro potencial bélico. El derecho de beligerancia del Estado no será reconocido”

Desde hace una década Japón ya creó un ejército “de autodefensa”, con permiso de los EE. UU.

Japón hoy se encuentra entre los 10 países que tienen más gasto militar. Y eso pese a que el 58% de los japoneses se oponen a la militarización y está en contra de la renovación de esta constitución pacifista.

Pero a partir de la guerra de Ucrania este porcentaje bajó hasta el 50%, aunque a favor de hacer más belicista la constitución sólo está el 48%. Pese a todo, el actual Gobierno del país está a favor de una política abiertamente militarista, prueba de ello es que asistió en mayo de 2022 a la conferencia general de la OTAN de Madrid. Parece que por todos lados hay muchas ganas de desenterrar el hacha dela guerra hasta hacerla completamente global para iniciar una Tercera Guerra Mundial.

Por si fuera poco, toda esta expansiva reorganización del militarismo de la “anglosfera” ofensiva, desde hace unas semanas Suecia y Finlandia han solicitado su ingreso en la OTAN y ya están ultimados los papeles para su ingreso, gracias a la votación unánime de los 30 miembros de esta organización militarista.

Todos estos recientes hechos relatados nos conducen a reflexionar y a hacernos la pregunta ¿ya estamos ante las puertas de un neonazismo y de una Tercera Guerra Mundial, que tiene bastante probabilidad de convertirse en una guerra nuclear, en la que ya tiene experiencia EE. UU.?

Desde luego parece que EE. UU. no se resigna a perder su hegemonía mundial y está buscando iniciar, de la forma más cruel violenta y peligrosa, la Tercera Guerra Mundial, que será ecofascista y nuclear, puesto que dicen que sobra gente y que hay que eliminar a miles de millones de personas y que la mejor forma de hacerlo es con una guerra de este tipo.

b.) El bloque euroasiático, por el contrario, tiene una actitud netamente defensiva. Por ejemplo:

Rusia está defendiendo a los rebeldes de la resistencia democrática atacada por los golpistas nazis-CIA que provocaron el golpe de Estado del euromaidán. Lo de Rusia no es una invasión, ni siquiera una guerra (no fue una guerra declarada), fue una ayuda militar a la resistencia de los combatientes a los golpistas nazis.

China nunca tuvo actitud históricamente ofensiva, tiene una memoria histórica de más de un siglo de invasiones y de luchas defensivas, como fueron: primero la invasión inglesa y luego la nipona. China en el actual siglo se está preparando para una nueva defensiva como lo demuestra su despliegue militar netamente defensivo. Se trata del llamado “collar de perlas”, que consiste en una hilera de bases navales situadas a lo largo de toda la costa china, con la finalidad de DEFENDERSE de la AMENAZANTE invasión que pretende la “anglosfera”. Y lo hace pacífica y sigilosamente para hacer frente a todo un despliegue naval de la “anglosfera” que apunta peligrosamente a sus costas.

La visita de la vieja dama 

Recientemente los EE. UU. han querido amplificar esta actitud amenazante de la “anglosfera” y para lograrlo han enviado a la vieja dama Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de los EE. UU. en viaje oficial, como si la presidenta de la provincia autónoma china de Taiwán fuera la presidenta de una nación independiente. Todo esto en un intento de establecer en esta isla un gobierno títere a las órdenes de EE. UU. y que pueda servir a Washington de base militar estratégica para romper el “collar de perlas” defensivo de China.

Además, con esta actitud beligerante Washington (mientras seguimos con el conflicto ucraniano) provoca el incumplimiento de la resolución 2758 de la ONU adoptada el 25 de octubre de 1971, que reconocía “como verdadero y único representante legítimo del pueblo chino al Gobierno de la República Popular China (RPC)”.

La RPC en la actualidad tiene relaciones diplomáticas con 181países, todos ellos sobre las bases de reconocimiento de “una sola China” (por supuesto incluida en ella la provincia de Taiwán).

Este es el estilo y la acción ofensiva y expansionista constante de Washington: colocar bases militares y de la OTAN en países de Europa cada vez más al Este, empujándoles por presiones, y por lavado de cerebros del poder mediático USA, a ingresar en la OTAN. “Revoluciones de colores” en el Este de Europa y en el Medio oriente. “Revoluciones” que sólo eran pretextos para invasiones brutales (desde luego sin corredores humanitarios) como las de Yugoslavia, Irak, Afganistán, Siria, etc. Y en el año 2014el cruentísimo golpe de Estado del euromaidan, auténtica guerra urbana (con más de cien muertos en una sola plaza), tras el que se instauró en Kiev un Gobierno ilegitimo y de claro tinte nazi. Que desde 2014 en sus ataques a las regiones de resistencia antinazi, en 8 años, ha ocasionado 14.000 muertos entre los habitantes del Donbás. Ocasionaron que el “Don dejara de ser apacible”.

Y es que el imperialismo de los EE UU no se resigna a ceder su dominio hegemónico y unipolar del mundo y no cesa de elevar la tensión bélica por todos los rincones en contra de las potencias emergentes, para desencadenar guerras que pueden desencadenar una Tercera Guerra Mundial. Loa nazis de la “anglosfera”, exclaman: ¡mejor!, más ventas de armas, y más necropolítica.

Recordemos que, precisamente, a partir de las dos guerras mundiales fue cuando EE. UU. se tornó en un imponente imperio, al quedar el resto de las potencias muy debilitadas a expensas de sus abastecimientos, préstamos y economía. Por ello los EE. UU. están añorando una nueva guerra mundial, y están apostando a que venga de la mano de un imperio nazi. Por ello no me sorprendería que Kiev (siempre al mandato de los EE. UU.) hiciera estallar la central nuclear de Zaporiyia (EE. UU. está deseándolo), parece que lo están intentando. Un desastre que podría significar un escenario de inicio de una Tercera Guerra Mundial.

Además, en el caso concreto de Taiwán, también hay un motivo para que EE. UU. tenga especial interés en dominara la isla con un régimen títere en Taipéi, y es que Taiwán es la primera potencia mundial en fabricación de chips. Y se da el caso de que EE. UU. necesita 2.000 millones de chips al año. Incluso le resultan vitales para su Complejo económico-industrial-armamentístico, ya que las armas de última generación precisan inevitablemente microchips. Y los precisan especialmente hoy para poder mandar armas a Ucrania.

Pese a todo, hay que recordar que los EE. UU. siempre fueron una dictadura enmascarada, aunque presumen de campeones modelo democrático y de campeón de difundir la “democracia” y los derechos humanos, aunque (con gran diferencia del resto) es el país con más población reclusa del mundo. ¿Pero cómo puede presumir de modelo democrático si sus relaciones preferentes son con países tremendamente represores y nada respetuosos con los derechos humanos como Catar, Arabia Saudí, Dubái, Marruecos, Israel, etc.?

Tampoco los del bloque euroasiático son unos angelitos, aunque sí de momento un mal menor

Efectivamente, no es que los del bloque euroasiático sean unos angelitos, pero de momento no tienen un comportamiento ofensivo militar, aunque sí económico.

Y no son unos angelitos porque al fin y al cabo no dejan des ser parte del neoliberalismo capitalista global, por lo cual se comportan con la sagrada obsesión del crecimiento de la acumulación oligárquica y practican una lucha capitalista competitiva dentro de un mundo multipolar. Y según esta dinámica competitiva al final terminará en un nuevo mundo unipolar que lo más probable es que sea hegemonizado por China.

Colofón

Y esta actitud obsesivamente ofensiva y bélica de EE. UU. con su maniática proliferación de bases militares súper-amenazantes, puede conducirnos a la situación de una Tercera Guerra Mundial nuclear apocalíptica. Pero es que un gigante imperialista y soberbio herido, en su agonía puede que prefiera la desaparición de toda vida en el planeta antes que perder su manía de la hegemonía mundial.

Deseamos, encarecidamente, que estos insistentes tambores de guerra dejen de oírse.

Nota:

[1] Es cierto que en la UE existen varios idiomas (francés, alemán, español, italiano, etc.), pero el idioma común oficial-obligado, al menos en las altas esferas es indudablemente el inglés.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.