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Festival Lens Política

Un festival para despertar conciencias

Fuentes: Rebelión

Habría muchas cosas que comentar al referirse a la última edición del festival Lens Politica y será siempre injusto destacar sólo unas pocas. Sin embargo este artículo, por su reducida extensión, tendrá que ser un ejercicio injusto, y para desgracia de sus lectores, dará una visión sesgada, limitada y reducida de lo que allí ocurrió. […]

Habría muchas cosas que comentar al referirse a la última edición del festival Lens Politica y será siempre injusto destacar sólo unas pocas. Sin embargo este artículo, por su reducida extensión, tendrá que ser un ejercicio injusto, y para desgracia de sus lectores, dará una visión sesgada, limitada y reducida de lo que allí ocurrió. Aún así, espero poder acercar la emoción de un festival que nace y se hace para despertar las conciencias de un público cada vez más activo, exigente y hambriento de cambios.

Empezaré hablando del artista Steve Kurtz, que vino para abrir el festival y presentar su trabajo y su «caso» retratado en la película de Lynn Hershman Leeson «Strange Culture» («Cultura extraña»). Kurtz no es sólo un reconocido artista americano y prestigioso catedrático, sino que además vive bajo la persecución de su propio gobierno que llegó a procesarle por bioterrorismo tras la muerte de su esposa, muerte que más tarde se demostró fue por causas naturales. Su trabajo, elaborado dentro del grupo Critical Art Ensemble, había experimentado con biotecnología en colaboración con científicos profesionales, pero algunos de los aspectos políticos de su obra parece ser que llegaron a molestar a las élites del gobierno estadounidense, que han elaborado en los últimos tiempos una agresiva estrategia contra estratos del mundo universitario abiertamente opuestos a sus políticas. El caso de Kurtz se encuadra en este marco, y su presencia en el festival despertó la atención generalizada de los medios y el público que presenciaron el acto con gran entusiasmo. Aquellos que estén interesados en saber más y colaborar en la defensa de Steve Kurtz y Critical Art Ensemble pueden dirigirse a: http://www.caedefensefund.org/

Entre las películas más esperadas que se presentaron estaba «Ahlaam» de Mohamed Al Daradji, la primera película de ficción iraquí desde la caída de Sadam Hussein. Al Daradji presentó su película en el festival y habló de la intrahistoria de un rodaje que recordaba al de «Roma Ciudad Abierta», aunque con rasgos de auténtica pesadilla; entre las muchas historias que narró, la captura y tortura de algunos de los miembros del equipo, incluido el propio director, por parte de diversas facciones, entre ellas los ejércitos «salvadores», le dieron a la obra una dimensión nueva. En pocas ocasiones, el relato de las circunstancias en las que se ha desarrollado un trabajo puede adquirir tanta notoriedad y servir como marco para descubrir de primera mano los condicionantes del infierno en el que vive todo un pueblo masacrado por la invasión: el iraquí. (http://humanfilm.org/ff/ahlaam/index.html)

Otra de las películas más destacables fue la brasileña «¿Cuánto vale o es por kilo?» de Sergio Bianchi, uno de los mejores relatos visuales de ficción sobre la segregación social y racial en el Brasil actual que se atreve a comparar la historia de la esclavitud pasada con las políticas contemporáneas llevadas por parte de las «altruistas» ONGs en mano de las clases altas. La provocadora visión de Bianchi, repleta de humor negro, no deja títere con cabeza al abordar la hipocresía social que rodea a ese supuesto «altruismo», que en muchos casos se ha convertido en una respetada fórmula de control social y de mantenimiento de la segregación que caracteriza la historia de Brasil… y de buena parte de este planeta. Seguramente el cine de Bianchi es demasiado incómodo como para ser comercializado masivamente, pero al mismo tiempo se presenta como imprescindible en un panorama controlado por un sistema que se esfuerza por conducirnos a la sociedad y al hombre unidimensional, conceptos a los que nos introdujo Marcuse hace ya bastante tiempo y que por desgracia cada vez están más vigentes. Sin lugar a dudas, «¿Cuánto vale o es por kilo?» es una de las películas más impactantes que se pueda ver en el cine actual tanto por su dimensión temática como crítica, así como por sus novedosas formas de narración que combina lenguajes propios de la ficción con otros más cercanos al documental, la publicidad e incluso la filmación casera.

Otra de las películas que se podrían destacar es «The Planet» de Johan Söderberg, Michael Stenberg y Linus Torell. Se trata del documental más caro producido en la historia de los países escandinavos que ha llevado tres años de rodaje y un largo proceso de postproducción. Un documental sobre el cambio climático inusual en su contenido y en su estilo visual, en el que se han juntado auténticos malabaristas de imágenes para dar un empaque francamente impactante. Entre ellos se encuentra un nombre relacionado con Lens Politica casi desde el primer día: Johan Söderberg. Director, editor, artista y músico, Söderberg es una de esas figuras detallistas y minuciosas responsable de la revolución que las nuevas tecnologías están llevando al mundo de la imagen en movimiento, capaz de emitir mensajes comprometidos y contundentes sin abandonar un estilo visual extraordinario que le ha llevado a hacer desde vídeos musicales hasta documentales, trabajos experimentales (como «The Voice»), instalaciones artísticas o las famosas «viñetas» de humor de la serie «Read my Lips» («Leeme los labios»), en los que los más conocidos políticos «cantan» las canciones más… apropiadas. Un paseo recomendable por el mundo de este inquieto creador está en: http://www.soderberg.tv/

Una de las visitas más esperadas en el festival fue la del crítico mediático, autor y analista político belga Michel Collon (http://www.michelcollon.info/), que participó dando una conferencia sobre la propaganda que rodea a los conflictos bélicos y en una mesa redonda sobre la Revolución Bolivariana de Venezuela. Collon vino junto a Vanessa Stojilkovic, directora de la película «Bruselas-Caracas», que se presentó en el festival y sirvió para despertar el debate que se concretó en la mesa redonda. La obra sirvió también para valorar un cine actual que hecho con pocos medios, puede ser una herramienta de comunicación y transmisión de ideas sensacional cuando se tiene un mensaje claro que se quiere transmitir, algo que está en el espíritu de Lens Politica y que se puede dsfrutar en parte de las películas que se seleccionan.

Otro de los invitados que introdujo su película fue la documentalista suiza Kristina Konrad, directora de «Nuestra América», una exquisita pieza personal sobre su regreso a la Nicaragua neoliberal veinte años después de haber vivido el sueño de la revolución sandinista. La obra bombea el pulso íntimo de un viaje tan personal como revelador, el que hace la propia autora buscando a dos guerrilleras sandinistas a las que filmó en 1985 recitando a Rubén Darío mientras se encontraban acampadas en la defensa de su país frente a la Contra financiada por Estados Unidos. El delicado trabajo de Konrad y la fuerza que emana el camino en el que le acompañamos, hace de la película una pieza excepcional para conocer el devenir de un país tan significativo en el panorama político reciente de América Latina.

Y así podría continuar hablando hasta completar los más de 60 títulos que se presentaron, la exposición, las mesas redondas, las conferencias, los seminarios y las clases maestras de los autores que visitaron el festival. Pero como ya lo anticipé, este artículo es injusto, entre otras cosas porque su extensión no da para más. Por mi parte, añadir que no es sólo un problema de extensión sino que, para disfrutar por uno mismo de un festival como este, hay que vivirlo, porque sólo vivéndolo podrá el evento alcanzar su verdadera finalidad: despertar conciencias.