Por donde va y a diario el presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, se niega a pasar la página de la extradición de Seuxis Pausias Hernández Solarte, más conocido como Jesús Santrich, liberado por orden de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y posesionado este martes 11 de junio como representante a […]
Por donde va y a diario el presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, se niega a pasar la página de la extradición de Seuxis Pausias Hernández Solarte, más conocido como Jesús Santrich, liberado por orden de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y posesionado este martes 11 de junio como representante a la Cámara después de decisiones tanto del Consejo de Estado que mantuvo su curul argumentando que Santrich no se había podido posesionar dado que se encontraba detenido por órdenes de la Fiscalía General de la Nación por solicitud de una corte federal de New York que lo pedía en extradición por delitos relacionados con narcotráfico después del 1 de diciembre de 2016. Al mantener su curul y una vez liberado por orden de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia que le abrió investigación penal por el supuesto delito de narcotráfico la película no paró allí. Duque señaló que el gobierno respetaba las decisiones de la Justicia, pero no las compartía.
En un claro abuso de poder Duque pidió al Procurador General de la Nación que solicitara a la Corte Suprema de Justicia que lo detuviera dado que el procurador Fernando Carrillo, ha manifestado que es la Corte Suprema quien debe definir la extradición de Santrich. Como la Corte abrió formalmente una investigación por el delito de narcotráfico supuestamente cometido por Santrich después del 1 de diciembre de 2016 y a la espera de que la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, resuelva una apelación a la Sentencia de primera instancia de la JEP que ordenó también la libertad de Santrich al no poder comprobar la fecha del presunto delito según Duque, Fernando Carrillo, debería solicitar a la Corte la detención de Santrich pues para el presidente Duque hay suficientes pruebas que demostrarían que Santrich delinquió y es un narcotraficante que traicionó el proceso de Paz. Duque oficia como Juez.
Duque no hace más que repetir lo que su partido político señala y ordena al presidente. Es más, Uribe fue quien señaló que sí se había contemplado la posibilidad de decretar la Conmoción Interior para extraditar a Santrich por vía administrativa y a renglón seguido señaló porque Duque no lo había hecho. Dijo Uribe que al elevar el acuerdo de paz firmado con las FARC-EP al rango de norma constitucional no se podía utilizar el mecanismo de la Conmoción Interior para su extradición por que expresamente la Constitución prohíbe que por medio de la Conmoción Interior se pueda modificar la Constitución, obvio que no dejo de señalar que en última instancia el responsable había sido Juan Manuel Santos que le dio rango constitucional al Acuerdo suscrito con las FARC-EP.
Lejos de contribuir a amainar la tormenta los uribistas la profundizan llamando a la movilización para oponerse y denunciar a las Cortes que según este partido político son las responsables de que Santrich esté libre y para colmo se haya posesionado en el Congreso de la República. Con ello y como consecuencia del llamado a condenar las decisiones de las altas cortes de justicia el desencuentro y la confrontación con ellas trata de ser proyectado a la movilización, a las calles. Los sectores extremos del uribismo en el cual milita el propio expresidente Uribe, habían convocado para este domingo 9 de junio una movilización en contra de las decisiones de las altas cortes. La convocatoria no tuvo relevancia pues muy pocas personas concurrieron al llamado. Inicialmente el propio Uribe respaldo estas convocatorias pero ante el fracaso trato de desligarse de la misma. Pero una cosa importante es que las convocatorias no tuvieron eco en la ciudadanía a pesar del despliegue que los grandes medios de comunicación le dieron. Pienso que la opinión pública castiga al uribismo pues ya se manifiesta un cansancio en amplios sectores de esa opinión que piden que tanto el gobierno como el Congreso se ocupen de problemas cruciales que está enfrentando el país con el aumento de las tasas de desempleo, la desaceleración del crecimiento económico, la violencia contra los líderes sociales que no paran y contra los desmovilizados de las FARC-EP que ha llegado a la cifra de 133 asesinados desde la firma de los acuerdos de paz.
Pero parece que el uribismo no lee la coyuntura pues aún con el fracaso de las movilizaciones de este domingo siguen insistiendo que promoverán la movilización callejera contra las decisiones de la Justicia. También anuncian que propondrán nuevos proyectos en el Congreso de la República para modificar los Acuerdos de Paz en lo poco que se ha avanzado. Entretanto engavetan el proyecto de reforma rural integral o las reformas políticas pactadas como parte de los Acuerdos para la desmovilización de la guerrilla. Y sus políticas para detener el asesinato de los líderes no muestran resultados positivos, según reciente informa del CINEP ya supera la cifra de los 600 líderes asesinados desde la firma de los Acuerdos de Paz. Esto lo tiene claro la comunidad internacional. El pronunciamiento de los expertos de Naciones Unidas ante el asesinato del reincorporado Dimar Torres Arévalo a manos de una patrulla del ejército que además de forma subrepticia, intento enterrar su cadáver. Estos hechos ocurrieron en el departamento del Norte de Santander y fue lo que provocó el duro pronunciamiento de los expertos de Naciones Unidas que llamó al gobierno a no seguir instigando la violencia en contra de los guerrilleros desmovilizados y a cumplir con los acuerdos de Paz. Obviamente que el gobierno rechazó el duro pronunciamiento de Naciones Unidas. Pero los hechos están ahí y tanto el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como el mecanismo de seguimiento a los Acuerdos de Paz tienen claro que el gobierno como dijo el diario norteamericano The New York Times sabotea el acuerdo de paz.
Lo novedoso es que esto que es claro en amplios sectores de la comunidad internacional parece que en Colombia también se refleja en el hartazgo de una parte muy importante de la opinión pública que pide pasar la página y cumplir los acuerdos. Ya veremos frente a esta realidad que postura asume el gobierno cuestionado en múltiples frentes. Hasta ahora no da muestras de independencia de su partido, por el contrario y como ya señalamos también Duque se niega a pasar la página.