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Un grito, dos oídos

Fuentes: Rebelión

Sarno y los pigmeos baka de África El americano de USA, Louis Sarno, escuchó a los 30 una melodía irresistible en una radio holandesa. Y nunca más se quitó de encima porque se apoderó de su vida. Aquella trenza polifónica de voces de mujer, sonidos refinados de garganta, melodías expansivas y menguantes, repeticiones infinitas…, pura […]

Sarno y los pigmeos baka de África

El americano de USA, Louis Sarno, escuchó a los 30 una melodía irresistible en una radio holandesa. Y nunca más se quitó de encima porque se apoderó de su vida. Aquella trenza polifónica de voces de mujer, sonidos refinados de garganta, melodías expansivas y menguantes, repeticiones infinitas…, pura magia, causaron un salto de ida en su vida. Le enterneció la voz de un pueblo hasta entonces sin nombre en sus libros. Y desapareció en el aeropuerto de Bangui, capital de la República de Centro África. Tras meses perdido y desaparecido sobrevivió a la hepatitis, malaria y la lepra alimentándose de renacuajos en las selvas tropicales centroafricanas. Y el Herodoto musical de las selvas, el pigmeo blanco de 1´90, Louis Sarno, aquel hombre nacido en New Jersey en 1954, encontró en 1985 la garganta de los gorjeos maravillosos, la tribu pigmea de los baka, un pueblo de 1´50 de altura. Luego de 25 años con ellos, casado y padre de dos pigmeos, ha escrito Der Gesang des Waldes, el sonido del bosque, libro que enternece, y ha recogido 500 horas de su música, en su investigación «uno de los tesoros más preciados de la humanidad, anterior a las pirámides». En la selva encontró la música de aquella radio holandesa, y en la profundidad de aquel sonido vislumbró la cercanía misteriosa de un mundo, que un día, como dice Michael Obert en Zeit magazin, debió ser el nuestro, cuando probablemente éramos aún todos cazadores y recolectores en el África negra. «Los baka escuchan el fluir del agua, el chasquido de los troncos, el trino de las aves y el susurro y vuelo del viento. La selva ha afinado su oído y hoy saben interpretar a coro sus melodías. La selva es una orquesta a la que los baka añaden su voz». Una pigmea, escuchando a las aves, sabe si su marido ha tenido éxito en la caza.


Azkuna, Marlaska y la tortura española

Tres de los cuatro navarros, que ayer, 22 de enero de 2011, comparecieron ante el juez Grande-Marlaska han relatado duras sesiones de tortura durante el periodo de incomunicación que han permanecido en manos de la Guardia Civil. Los cuatro -Iñigo González, Gorka Zabala, Jon Patxi Arratibel y Gorka Mayo- fueron enviados a prisión .

A la vez que se supo de la decisión de Marlaska, el movimiento pro amnistía informó de que González, Zabala y Jon Patxi Arratibel denunciaron haber sido objeto de duras sesiones de torturas, y Gorka Mayo, por su parte, denunció haber sido amenazado y presionado sicológicamente, así como objeto de largas sesiones de interrogatorio que versaban sobre política.

Los relatos de González, Zabala y Arratibel coinciden en que el trato recibido «ha sido muy duro» en todo momento, y que fueron objeto de métodos de tortura como «la bolsa» hasta llegar a la extenuación, así como «golpes por todo el cuerpo, simulacros de violación y de aplicar los electrodos» y constantes amenazas con la familia.

Y mientras los detenidos eran torturados, el juez que les atendía, Grande-Marlaska, y el alcalde de Bilbao, Sr. Azkuna, departían amigablemente conversación y trago en la Fitur de Madrid.

Sarno, Azkuna y Marlaska, un grito, un pueblo y dos oídos.


 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.