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Entrevista a Carlos A. Velásquez Romero, coronel retirado del Ejército y profesor de la Universidad de La Sabana

«Un guerrillero (a) también es una persona, con la dignidad que esto implica, que lucha por ideales de un país más justo»

Fuentes: Rebelión

Entrevista a Carlos A. Velásquez Romero, coronel retirado del Ejército, profesor de la Universidad de La Sabana, analista y conferencista sobre conflicto armado y paz. Autor de varios ensayos y capítulos de libro en temas de seguridad y paz y del libro «La esquiva terminación del conflicto armado con las Farc» (Editorial La Carreta, septiembre […]

Entrevista a Carlos A. Velásquez Romero, coronel retirado del Ejército, profesor de la Universidad de La Sabana, analista y conferencista sobre conflicto armado y paz. Autor de varios ensayos y capítulos de libro en temas de seguridad y paz y del libro «La esquiva terminación del conflicto armado con las Farc» (Editorial La Carreta, septiembre 2011).

FSJ: ¿Cómo se explica que dos hijos del brigadier general Alfonso Velásquez Mazuera, su padre, tomen caminos tan distintos en la vida: usted en el ejército y su hermana menor, Adriana Velásquezi en la guerrilla del M-19?

CVR: Cuando nuestro padre falleció yo, que era el mayor de los hijos, tenía solo 16 años de edad y Adriana, la menor, cuatro. Ingresé a la Escuela Militar un mes después y ella siguió su camino en la vida. Cada quien, por su libertad, va tomando las decisiones alrededor de su proyecto de vida. De todas maneras ambos coincidimos en ser personas críticas y con ideales.

FSJ: ¿En qué medida lo ha afectado a usted ser hermano de una ex guerrillera del M-19?

CVR: Pese a que algunas personas quisieron desprestigiarme, realmente no me ha afectado negativamente. Por el contrario me ayudó a comprender a fondo que un guerrillero (a) también es una persona, con la dignidad que esto implica, que lucha por ideales de un país más justo. El que no haya estado de acuerdo con los métodos (la violencia) para alcanzarlos, no implica que no los valore como personas, que como todas, pueden atravesar períodos de equivocación.

FSJ: Usted se define como un conservador del siglo XXI. ¿Es decir que está de acuerdo con el aborto, el matrimonio igualitario, la adopción por parte de parejas gay y respeta la diversidad sexual?

CVR: En efecto me defino como un conservador del siglo XXI en el sentido de conservar lo que conviene al bien común de la sociedad y cambiar las tradiciones innecesarias o inconvenientes. He estudiado los temas que plantea la pregunta y he llegado a la conclusión que todos, en diferente medida, introducen discordia en la convivencia social y afectan a las personas que los practican por cuanto contradicen su naturaleza – masculina o femenina- en sus aspectos más profundos o esenciales. Lo anterior no implica que esté de acuerdo o aplique hacia esas personas gestos de irrespeto o discriminación, por el contrario, cada vez que he tenido la oportunidad de ayudarles en algún sentido, si lo piden, lo he hecho.

FSJ: ¿En qué términos está su relación con los militares retirados Harold Bedoya y Bonnet?

CVR: Frías y distantes. Desde que salí del Ejército pocas ve ces me he encontrado con ellos y cuando esto ha sucedido, si dan la cara, los saludo de manera distante.

FSJ:¿Por qué no guardó copia del informeii que presentó a los miembros del Estado mayor sobre sus denuncias por las actuaciones de Rito Alejo del Río en Urabá?

CVR: Lo que no guardé fueron unos documentos anexos que respaldaban las afirmaciones del informe que le entregué al General Bedoya como Comandante del Ejército. No guardé los anexos porque confiaba en que se mantendrían dentro del proceso disciplinario interno que me adelantaron. Con el tiempo supe que ese proceso «lo extraviaron», pero conservo el cuerpo principal del informe en archivo electrónico.

FSJ: La alianza entre militares y paramilitares en el Urabá no empezó con la llegada de Rito Alejo del Río sino mucho antes cuando la UPiii ganó las primeras elecciones populares en las que participó en 1986. ¿Por qué cuando habla del Urabá no se refiere a eso?

CVR: Porque si bien también presté mis servicios en Urabá durante seis meses de 1987, en ese entonces, quizás por el cargo que desempeñé (Jefe de relaciones cívico-militares) no tuve elementos de juicio para detectar esas alianzas.

Ejecuciones extrajudiciales

FSJ: ¿Qué pensó al escuchar el informe de la CCEU el año pasado que denunció 5.763 ejecuciones extrajudicialesiv entre 2000-2010 tiempo en que el Ejército contó con la asistencia de los Estados Unidos?

CVR: Lamenté el grado de degradación al que llegaron varios miembros del Ejército colombiano. También evidencié el error en que incurrieron los jefes que no quisieron escucharme (o no le dieron importancia) cada vez que – además del problema de la deslegitimación del Ejército por el asunto paramilitar- sostenía que era equivocado en la guerra contrainsurgente tener como principal parámetro de evaluación del desempeño militar la cantidad de «bajas enemigas».

FSJ: ¿Por qué militares como Jaime Lasprilla, Jorge Enrique Navarrete y Juan Pablo Rodríguezv mencionados en esos informes sobre ejecuciones extrajudiciales no han sido investigados?

CVR: No sé, pero creo que sí están siendo investigados.

Proceso de paz

FSJ: ¿Qué opina usted del pronunciamiento de Timoshenkovi, acerca de que el gobierno piensa establecer dos justicias transicionales: una para la guerrilla y otra para el ejército?

CVR: Que el jefe guerrillero tiene buena parte de razón en el sentido de que el álgido tema de la justicia transicional debe salir de un acuerdo en la mesa de La Habana. Es más, si se atendiera lo que declaró Roy Barreras (distinto rasero) algunos miembros de las FF.MM. enjuiciados o por enjuiciar, podrían salir más perjudicados por cuanto como miembros de un organismo del Estado tenían una mayor obligación ética que los guerrilleros de cumplir con la ley.

FSJ: ¿Cree usted que hay compromiso -por parte de los militares retirados- con el proceso de paz y con asumir responsabilidades por sus actuaciones cuando eran militares activos?

CVR: No he participado en sus reuniones, pero he hablado con algunos individualmente. Mi percepción es que el compromiso a favor del proceso de paz y la disposición a asumir responsabilidades por sus actuaciones cuando eran activos, va en concordancia con la ética con que actuaron. Es decir, quienes no practicaron las demandas de la ética profesional son los más renuentes, pero creo que, aunque hacen más ruido, no son la mayoría.

FSJ: ¿Por qué ha sido partidario solo del cese al fuego temporal y para desminar algunas zonas?

CVR: De lo que he sido partidario desde que comenzaron las negociaciones – y así lo he expresado públicamente, por ejemplo en un foro el 2 de octubre de 2012 en la Universidad de los Andes- es de que en la medida en que se alcanzaran acuerdos en los puntos de la agenda, en esa misma medida se fueran acordando medidas para el desescalamiento del conflicto, con el fin de ambientar el cese bilateral definitivo al mismo tiempo en que se llegara al último punto. Recuerdo que en los Andes propuse, a medida de ejemplo, que una vez despachado el asunto agrario acordara suspender los bombardeos desde el aire por parte del Ejército y, a cambio, la guerrilla se comprometiera a no atacar ninguna unidad militar o policial que estuviera ubicada en un radio de cinco kilómetros a la redonda de cualquier cabecera municipal. En ambos casos para evitar «daños colaterales» sobre los civiles.

FSJ: ¿Qué piensa de la idea de tener dos mesas de negociación, una con las Farc y otra con el ELN y un solo proceso de paz como lo expresó Alias ¨Gabinovii? ¨

CVR: Es una propuesta viable siempre y cuando previamente se acuerden los puntos de la agenda entre el Gobierno y el Eln.

FSJ: ¿Se puede hablar de paz mientras el ejército continúa con sus bombardeosviii en zonas campesinas, asesina líderes campesinosix y ataca el cese al fuego unilateral decretado por las FARC?

CVR: Lo que plantea contraría la ambientación de la paz. No he tenido información sobre asesinato de líderes campesinos por parte de miembros del Ejército.

FSJ: ¿Qué piensa de la propuesta del presidente Juan Manuel Santos de crear un comando especialx entre fiscalía y policía para investigar amenazas contra defensores de derechos humanos? ¿No llega un poco tarde esta propuesta?

CVR: Se puede ver como tardía, pero presumo que antes no tenía información completa al respecto. De todas maneras es importante que se implemente con funcionarios rectos con voluntad de cumplir a fondo con el cometido.

FSJ: ¿Cree usted que sea cierto que los panfletos firmados por las Águilas Negrasxi, son en realidad escritos por el Ejército con base en una lista del año 2009 donde figuran defensores de derechos humanos, algunos de los cuales ya no trabajan en ese campo?

CVR: No tengo elementos de juicio para creerlo.

FSJ: ¿Cuándo estaba activo en las Fuerzas Militares con qué término se refería a la guerrilla: enemigo o adversario?

CVR: Hasta que alcancé el grado de Teniente Coronel como enemigo, de ahí en adelante como oponente.

FSJ: ¿Por qué usa la palabra pacificación y no paz?

CVR: Porque la palabra «paz», en toda la dimensión de su significado, se nos empezó a desgastar desde 1982 (proceso durante el gobierno Betancur). Y pacificación pretende indicar un proceso en el que tanto lo político como lo militar desde el Estado (de manera convergente y no paralela), van aplicando políticas que permitan avanzar de manera cierta hacia el punto de llegada: la paz.

FSJ: Finalmente, ¿Se considera usted un activista por la paz?

CVR: No, realmente no soy «activista por la paz». Lo que busco es ser una persona pacífica que con serena firmeza plantea ideas y propuestas – fruto de sus estudios y experiencia militar decantada con estudios civiles- para que Colombia arribe a la terminación del conflicto interno armado con las guerrillas y emprenda de lleno el camino para la construcción de la paz político-social.

Fernanda Sánchez Jaramillo, periodista, maestra en relaciones internacionales y trabajadora comunitaria.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.